Victoriano Huerta, general porfiriano y usurpador del poder en México

Después de la caída del dictador Porfirio Díaz, unos de sus generales, Victoriano Huerta, usurpa el poder presidencial tras mandar asesinar al presidente democráticamente electo, Francisco I. Madero. Ilustración: Barriozona Magazine © 2016
Después de la caída del dictador Porfirio Díaz, unos de sus generales, Victoriano Huerta, usurpa el poder presidencial tras mandar asesinar al presidente democráticamente electo, Francisco I. Madero. Ilustración: Barriozona Magazine © 2016

Primera de dos partes José Victoriano Huerta Márquez nació el 23 de marzo de 1854 en el estado de Jalisco, México. Como cadete destacó en el Heroico Colegio Militar, y estando ahí fue elogiado por el presidente Benito Juárez por su ascendencia indígena. Su ascenso en el ejército se debió en parte a sus conexiones con el general Bernardo Reyes, la figura militar más influyente en el ejército porfiriano.

Tras la caída del dictador Porfirio Díaz, durante su mandato el presidente Francisco I. Madero consideró que Huerta no era completamente leal, pero necesitaba hacer uso de sus habilidades militares. Madero ordenó a Huerta eliminar tres rebeliones importantes: la de Pascual Orozco en el norte del país, la de Emiliano Zapata en el sur, y la de Bernardo Reyes y Félix Díaz en la capital. Huerta derrotó a Orozco, fue incapaz de detener a Zapata y se unió al grupo de Reyes-Díaz después de la muerte de Reyes, quien fue asesinado durante el episodio conocido como la Decena Trágica (Febrero 9-19, 1913).

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El 19 de febrero, los generales Huerta y Díaz (sobrino de Porfirio Díaz) se reunieron con el embajador estadounidense Henry Lane Wilson en la Embajada de Estados Unidos en México para diseñar el Pacto de la Embajada. Ambos lados coincidieron en reconocer a Huerta como presidente interino, pero acordaron que Díaz se postularía a la presidencia con el apoyo de Huerta en 1914. Huerta se convirtió así en presidente y todos los gobernadores, excepto Venustiano Carranza, de Coahuila, lo reconocieron como tal.

Para el 21 de febrero la Corte Suprema, e incluso Carranza, habían aceptado al nuevo presidente de México. Sin embargo, más tarde ese mismo día, el presidente Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez fueron arteramente asesinados por órdenes de Huerta.

Victoriano Huerta usurpa el poder

La noticia de los asesinatos inflamó los ánimos de la nación. Muchos revolucionarios, incluyendo a Pancho Villa, Zapata, Carranza y sonorenses como Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles se rebelaron contra Huerta, a quien apodaron “El Usurpador”. Debido a los asesinatos de Madero y Pino Suárez, y a la transparencia del encubrimiento, el mundo político y revolucionario comenzó a cuestionar la legitimidad de Huerta como presidente interino.

En este grabado de Alfredo Zalce, Victoriano Huerta usurpa el poder presidencial tras ordenar los asesinatos de Madero y Pino Suárez.
En este grabado de Alfredo Zalce, Victoriano Huerta usurpa el poder presidencial tras ordenar los asesinatos de Madero y Pino Suárez.

El 22 de febrero de 1913, la misma noche en que Madero y Pino Suárez fueron asesinados, el régimen de Huerta detuvo al gobernador de Chihuahua Abraham González. González había sido un partidario y asesor político del presidente Madero y mentor político de Pancho Villa, después de haberlo reclutado en el movimiento para derrocar a Porfirio Díaz.

El cónsul estadounidense en Chihuahua se puso en contacto con el jefe estatal de la zona militar, Antonio Rábago, quien negó que la vida de González estuviera en peligro y prometió transportarlo a la frontera de Estados Unidos. González pasó casi dos semanas en custodia federal y el 6 de marzo de 1913 fue subido a un tren militar rumbo al sur. Después de recorrer una distancia de 65 kilómetros el tren se detuvo y González se bajó con su escolta militar. Las tropas federales dispararon contra González, matándolo, y luego lo enterraron junto a las vías del ferrocarril.

Un año después, una vez que Villa lograra recuperar los restos de González, el pueblo de Chihuahua realizó un funeral para el gobernador asesinado. González se convirtió en un símbolo de la violencia del régimen Huerta. Años después del arresto de Huerta en Nuevo México, Estados Unidos por cargos de conspiración en junio de 1915, el gobernador de Chihuahua solicitó que el ex dictador fuera extraditado para que pudiera ser juzgado por el asesinato de González.

Huerta se prepara para competir por la presidencia

Huerta anunció que celebraría elecciones presidenciales abiertas en una fecha futura pero sin especificarla. El pueblo mexicano asumió que las elecciones se celebrarían dentro un breve periodo, ya que a principios de marzo de 1913, Félix Díaz había proclamado su candidatura junto con la de Francisco de la Barra como compañero de fórmula para la vicepresidencia. La plataforma política de Díaz estaba bien redactada, pero era imprecisa. Entre sus promesas de campaña, el sobrino del ex dictador prometía reformas en materia agraria, social y electoral, manejar con honestidad y transparencia el gobierno y una mayor libertad para los estados. Sin embargo, Díaz no ofreció propuestas concretas.

Un cartón político de 1913 hace mofa de Victoriano Huerta, en donde se muestra apoyado sobre un podio mientras los soldados sostienen armas apuntando a las cabezas de los congresistas mexicanos. Huerta se aseguró que los miembros del ejército mexicano votaran por él. Caricatura: Thomas E. Powers, 1913. Colección Swann de caricatura y dibujo. Biblioteca del Congreso, Washington, D.C. EE.UU.
Un cartón político de 1913 hace mofa de Victoriano Huerta, en donde se muestra apoyado sobre un podio mientras los soldados sostienen armas apuntando a las cabezas de los congresistas mexicanos. Huerta se aseguró que los miembros del ejército mexicano votaran por él. Caricatura: Thomas E. Powers, 1913. Colección Swann de caricatura y dibujo. Biblioteca del Congreso, Washington, D.C. EE.UU.

En abril de 1913, Huerta anunció que las elecciones presidenciales se efectuarían en dos meses, pero el Congreso pospuso por primera vez las elecciones indefinidamente y luego se fijaron para el 26 de octubre. Díaz comenzó a hacer campaña, pero Huerta lo sacó de la contienda nombrándolo como embajador en Japón. Muchos decidieron apoyar a un candidato alternativo, formando la Junta Unificadora Nacional. Sin embargo, antes de que el partido pudiera elegir a un candidato, Huerta la suprimió.

Muchos aspirantes a ocupar la silla presidencial declararon su candidatura, entre ellos Manuel Calero por el Partido Liberal Independiente; David de la Fuente por el Gran Partido Liberal Republicano; Federico Gamboa por el Partido Católico y Francisco Vásquez Gómez por el Partido Anti-reeleccionista, el cual se formó al inicio de la Revolución mexicana.

Huerta permitió que Félix Díaz regresara a México pensando que una victoria electoral creíble contra Díaz reforzaría su posición.

Huerta ordenó al Ejército Mexicano que votara por él, mientras que a la población civil le aseguraba que no tenía planes de postularse a la presidencia. Varios de los contendientes se retiraron, afirmando que la elección sería fraudulenta sin importar el número de candidatos.

El 26 de octubre, día de las elecciones, las urnas estaban desiertas y el público se mostraba apático. Huerta ganó la gran mayoría de los votos porque sus seguidores, los militares, fueron los únicos que votaron. Ahora, él era el presidente legítimo de México. El Congreso Electoral Especial lo confirmó; Huerta había ganado la presidencia de México por unanimidad.

Continúa en la segunda parte 

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