¿Quieres ser un intelectual? Qué hicieron algunos intelectuales latinoamericanos para llegar a serlo

Convertirse en un intelectual es un proceso de por vida que implica un profundo compromiso con el aprendizaje, el pensamiento crítico y la participación social.
Convertirse en un intelectual es un proceso de por vida que implica un profundo compromiso con el aprendizaje, el pensamiento crítico y la participación social.

Un intelectual es una persona que se involucra en el pensamiento crítico y la reflexión, y que utiliza su conocimiento y experiencia para analizar y comprender ideas, temas y problemas complejos. Los intelectuales a menudo juegan un papel importante en la configuración del discurso público y en la influencia de los movimientos sociales y políticos.

Convertirse en un intelectual implica una combinación de educación, curiosidad y pensamiento crítico. Los intelectuales suelen tener un conocimiento profundo de uno o más campos, como la filosofía, la ciencia, la literatura o la política, y pueden conectar ideas y conceptos entre disciplinas. También tienen un fuerte deseo de aprender y explorar nuevas ideas, y están dispuestos a cuestionar las suposiciones y desafiar la sabiduría convencional.

Muchos pensadores latinoamericanos conocidos y respetados se convirtieron en intelectuales a través de una combinación de educación formal y experiencia personal. Por ejemplo, el filósofo mexicano Enrique Dussel estudió filosofía y teología en Europa antes de regresar a América Latina y convertirse en una voz líder en el movimiento de la teología de la liberación.

Por su parte, el escritor argentino Jorge Luis Borges estuvo profundamente influenciado por sus experiencias de vida en Europa y su interés por la literatura, la filosofía y las matemáticas.

Otros intelectuales latinoamericanos, como el sociólogo brasileño Paulo Freire y el líder revolucionario cubano Ernesto Che Guevara, se hicieron conocidos por su activismo político y sus esfuerzos por promover la justicia social y la igualdad.

Estas figuras utilizaron sus habilidades intelectuales para analizar y criticar las estructuras de poder existentes y proponer modelos alternativos de organización social y política.

En general, convertirse en un intelectual es un proceso de por vida que implica un profundo compromiso con el aprendizaje, el pensamiento crítico y la participación social. Ya sea a través de la educación formal o la experiencia personal, los intelectuales tienen la capacidad de tener un impacto significativo en la sociedad desafiando el status quo y promoviendo nuevas ideas y perspectivas.

¿Quieres ser un intelectual? Aprende lo que hicieron algunos intelectuales latinoamericanos para llegar a serlo

Hay varios intelectuales latinoamericanos que han escrito autobiografías o memorias que brindan información sobre sus experiencias personales y las cosas específicas que hicieron para convertirse en grandes pensadores e influir en sus sociedades. Aquí están algunos ejemplos:

Eduardo Galeano: El escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano escribió una autobiografía llamada “Días y noches de amor y guerra”, en la que narra sus experiencias como activista político y escritor en América Latina. En el libro, Galeano describe cómo se interesó por la literatura y el periodismo, y cómo usó sus escritos para abogar por la justicia social y los derechos humanos. También reflexiona sobre su participación en movimientos políticos de izquierda en Uruguay y otros países, y cómo esto moldeó sus puntos de vista sobre la política y la sociedad.

Rigoberta Menchú: La activista por los derechos indígenas guatemalteca y ganadora del Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú escribió una autobiografía llamada “Yo, Rigoberta Menchú”, que describe sus experiencias al crecer como miembro de la comunidad maya quiché y su participación en la guerra civil guatemalteca. En el libro, Menchú explica cómo sus experiencias de pobreza, discriminación y violencia la inspiraron a convertirse en activista política y cómo usó su voz para defender los derechos de los pueblos indígenas y otros grupos marginados.

Gabriela Mistral: La poeta y diplomática chilena Gabriela Mistral escribió una autobiografía llamada “Mi vida”, que brinda información sobre su desarrollo personal e intelectual. En el libro, Mistral describe cómo se interesó por la poesía y la literatura, y cómo usó su escritura para explorar temas como el amor, la maternidad y la justicia social. También reflexiona sobre sus experiencias como docente y su participación en la diplomacia internacional, y cómo estas experiencias influyeron en sus puntos de vista sobre la educación, la cultura y la política.

Sor Juana Inés de la Cruz: Sor Juana Inés de la Cruz fue una monja, poeta y erudita mexicana del siglo XVII que escribió extensamente sobre una amplia gama de temas, que incluyen religión, filosofía y derechos de la mujer. En su autobiografía, “Respuesta a Sor Filotea”, Sor Juana explica cómo desarrolló su pasión por el aprendizaje y la erudición, a pesar de las limitaciones sociales y culturales impuestas a las mujeres en ese momento. También reflexiona sobre su controvertida decisión de abandonar sus estudios seculares y convertirse en monja, y cómo esto influyó en sus actividades intelectuales y sus interacciones con otros académicos y funcionarios de la iglesia.

José Martí: José Martí fue un poeta, ensayista y activista político cubano que desempeñó un papel clave en la Guerra de Independencia de Cuba contra España. En su autobiografía, “Ismaelillo”, Martí describe su infancia en Cuba y sus experiencias como estudiante y periodista en España, México y Estados Unidos. También reflexiona sobre sus creencias políticas y su compromiso con la causa de la independencia de Cuba, y cómo usó sus habilidades de escritura y organización para movilizar apoyo para la revolución. Las obras de Martí continúan siendo influyentes en América Latina y más allá, y a menudo se lo celebra como un símbolo de identidad nacional y justicia social.

En general, estas y otras autobiografías de intelectuales latinoamericanos brindan información valiosa sobre sus experiencias personales y las cosas específicas que hicieron para convertirse en grandes pensadores e influir en sus sociedades. También ofrecen una ventana a los contextos sociales y políticos en los que vivieron y trabajaron estos intelectuales, y cómo respondieron a los desafíos y oportunidades de su época.

Intelectual vs. Influencer, cuál es la diferencia

Ser intelectual y ser “influencer” no es lo mismo, y hay diferencias importantes entre ambos.

Como apuntamos al principio de este artículo, un intelectual suele ser alguien que ha desarrollado experiencia en un campo particular del conocimiento y que emplea sus habilidades de pensamiento crítico y conocimiento para aproximarse ideas y cuestiones relevantes a fin de hacer su contribución al debate y el discurso intelectual. Los intelectuales suelen ser escritores, académicos, artistas y figuras públicas reconocidas por sus contribuciones a las artes, las ciencias, las humanidades o las ciencias sociales.

Por otro lado, un “influencer” en el contexto actual de las redes sociales y la industria del entretenimiento es alguien que ha acumulado una gran cantidad de seguidores en plataformas de redes sociales como Instagram, TikTok o YouTube, y que usa su plataforma para promocionar productos, servicios o ideas.

Los influencers a menudo se asocian con el estilo de vida, la moda, la belleza, el estado físico o los viajes, y pueden usar su marca personal y su presencia en las redes sociales para generar ingresos a partir de patrocinios, colaboraciones o publicidad.

Si bien puede haber una superposición entre las dos categorías, ser un intelectual requiere un profundo compromiso con el aprendizaje y el pensamiento crítico y, a menudo, implica años de estudio, investigación y reflexión.

Por otro lado, convertirse en un influencer o persona influyente puede ser un proceso relativamente rápido y puede depender más del conocimiento de las redes sociales y las habilidades para establecer contactos que de la destreza intelectual.

Dicho esto, vale la pena señalar que la popularidad y la influencia pueden provenir de una variedad de fuentes, y que ser un intelectual o una persona influyente no son las únicas formas de tener un impacto en la sociedad o contribuir al discurso cultural e intelectual.

Muchas figuras públicas y activistas sociales han ganado influencia a través de su trabajo de promoción, organización comunitaria o expresión creativa, por ejemplo, sin encajar necesariamente en ninguna categoría.

Un "influencer" en el contexto actual de las redes sociales y la industria del entretenimiento es alguien que ha acumulado una gran cantidad de seguidores en plataformas de redes sociales. Foto: Bruce Mars | Unsplash
Un “influencer” en el contexto actual de las redes sociales y la industria del entretenimiento es alguien que ha acumulado una gran cantidad de seguidores en plataformas de redes sociales. Foto: Bruce Mars | Unsplash

Tu éxito y la realización no está limitado a ser un pensador o un influencer

Hay algunos datos disponibles que pueden arrojar luz sobre si los jóvenes del siglo XXI están más interesados en convertirse en influencers o en intelectuales.

Un estudio realizado en Estados Unidos en 2020 encontró que el 51% de los millennials (personas nacidas entre 1981 y 1996) y el 44% de la Generación Z (personas nacidas entre 1997 y 2012) aspiran a convertirse en influencers, frente al 35% de los baby boomers (personas nacidas entre 1946 y 1964).

Sin embargo, el mismo estudio también encontró que el 79% de los millennials y el 85% de la Generación Z creen que es importante tener una educación universitaria, lo que sugiere que muchos jóvenes todavía están interesados en seguir carreras y actividades intelectuales.

Otro estudio realizado en el Reino Unido en 2021 encontró que el 40% de los jóvenes de 16 a 24 años dijeron que querían ser famosos, y un número significativo aspiraba a convertirse en personas influyentes en las redes sociales o estrellas de los reality shows.

No obstante, el mismo estudio también encontró que muchos jóvenes estaban interesados en seguir carreras que involucraran la creatividad, como la escritura, el diseño o el cine, lo que sugiere que las actividades intelectuales aún pueden ser atractivas para muchos.

Si bien estos estudios brindan una idea de las aspiraciones de los jóvenes de hoy, es importante tener en cuenta que las motivaciones e intereses individuales pueden variar ampliamente y que hay muchos caminos diferentes hacia el éxito y la realización, tanto como influenciador como intelectual.

Para concluir, aquí hay tres preguntas que los jóvenes pueden hacerse para ayudar a determinar su mayor interés entre ser un intelectual o un influenciador:

1. ¿Qué temas o temas me apasiona aprender o discutir? Si te atraen las actividades intelectuales, es posible que te interese explorar temas como la ciencia, la filosofía, la literatura o la historia. Si te atrae convertirte en un influencer, es posible que te interese promover ideas, productos u opciones de estilo de vida que se alineen con tu marca y valores personales.

2. ¿Qué habilidades o talentos tengo que quiero desarrollar más? Si estás interesado en convertirte en un intelectual, es posible que desees concentrarte en desarrollar habilidades de pensamiento crítico, investigación y comunicación, así como buscar oportunidades educativas, como asistir a la universidad o a una escuela de posgrado. Si estás interesado en convertirte en un influencer, es posible que desees centrarse en desarrollar habilidades en redes sociales y redes, así como perfeccionar tu capacidad para crear contenido atractivo que resuene con tu audiencia.

3. ¿Qué tipo de impacto quiero tener en el mundo? Si estás interesado en convertirte en un intelectual, puedes estar motivado por el deseo de contribuir al conocimiento y la comprensión, desafiar las suposiciones o creencias existentes o abogar por el cambio social. Si estás interesado en convertirte en un influencer, puedes estar motivado por el deseo de construir una plataforma e influir en la opinión pública o el comportamiento, para promover valores o causas positivas, o para crear un sentido de comunidad o conexión con sus seguidores.

De acuerdo a la Real Academia de Española (RAE), la voz influencer es un anglicismo que se refiere una persona con capacidad para influir sobre otras, principalmente a través de las redes sociales, y recomienda el uso de la palabra influyente como alternativa en español.

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