Prevenir tiroteos escolares, el complicado desafío de Estados Unidos

Un salón de clase con estudiantes y maestro. La epidemia social de los incidentes de violencia armada en las escuelas de Estados Unidos plantea una seria problemática que exige urgentemente formular soluciones efectivas para prevenir tiroteos escolares. Foto: Taylor Wilcox | Unsplash
La epidemia social de los incidentes de violencia armada en las escuelas de Estados Unidos plantea una seria problemática que exige urgentemente formular soluciones efectivas para prevenir tiroteos escolares. Foto: Taylor Wilcox | Unsplash

(Estados Unidos) — La matanza de 19 estudiantes y dos maestras en una escuela primaria de la ciudad de Uvalde, Texas, ha vuelto a atizar el debate sobre el control de armas en Estados Unidos, así como la discusión acerca de cómo prevenir tiroteos escolares.

El tema de las masacres perpetradas en centros escolares tras una tragedia como la ocurrida en Texas el 24 de mayo de 2022, por lo general enfrenta a corrientes políticas opuestas que hacen eco en todos los niveles de gobierno en Estados Unidos, y sin variación conducen a un punto muerto en las altas esferas del gobierno donde algunas soluciones legislativas pudieran surgir.

Durante al menos dos décadas, a raíz de la brutal masacre de estudiantes y maestros en la Preparatoria Columbine en 1999, la búsqueda por encontrar soluciones para prevenir tiroteos escolares se ha tornado en un reto casi imposible.

A fin de poner en contexto este tema, debemos establecer que la violencia armada en las escuelas del país se ha convertido en una grave crisis de salud, con precedentes desde la década de 1970.

Información recabada por el Centro para la Defensa y Seguridad Nacional de Estados Unidos señala que desde 1970 se han registrado dos mil 56 tiroteos en escuelas, lo que ha resultado en 682 muertes y mil 923 heridos.

Un dato sorprendente es que la muerte por armas de fuego fue la principal causa de muerte de menores de edad en los Estados Unidos en 2020. Anteriormente, la principal causa de muerte habían sido los accidentes automovilísticos.

Este giro estadístico obedece a un incremento en las muertes de menores por armas de fuego de un 30 por ciento de 2019 a 2020. Con base a esta trágica tendencia, las cifras indican que todos los días mueren 12 niños a causa de la violencia con armas de fuego en Estados Unidos, mientras que otros 32 son heridos con impactos de bala.

Un salón de clase con estudiantes y maestro. Las instalaciones educativas y los salones de clase se han convertido en zonas de alto peligro para estudiantes y maestros debido a los frecuentes tiroteos perpetrados por otros estudiantes. Foto Kenny Eliason | Unsplash
Las instalaciones educativas y los salones de clase se han convertido en zonas de alto peligro para estudiantes y maestros debido a los frecuentes tiroteos perpetrados por otros estudiantes. Foto Kenny Eliason | Unsplash

Prevenir tiroteos escolares, un complicado desafío en Estados Unidos

El tema de los tiroteos en las escuelas y la violencia armada en el país es uno de los más politizados en las esferas gubernamentales, desde el nivel local hasta el federal. No obstante, administradores y personal docente de todas las escuelas de Estados Unidos, así como la sociedad en general, y particularmente los padres de familia, están altamente preocupados por la constante amenaza latente de incidentes trágicos como el ocurrido en la Escuela Primaria Robb.

Ante esta situación, varios sectores de la sociedad continúan buscando afanosamente soluciones efectivas para prevenir tiroteos escolares y evitar el derramamiento de sangre en los centros de estudio.

Algunas propuestas incluyen las siguientes:

Simulacros de tirador activo

Algunas medidas incluyen realizar simulacros en las escuelas para enfrentar un posible escenario de un tirador activo. De acuerdo al Buró Federal de Investigación (FBI), un tirador activo es un individuo involucrado activamente en matar o intentar matar personas en un área en la que se encuentran varias personas.

Estos simulacros para enfrentar la presencia de un tirador activo ya se efectúan en más del 95 por ciento de las escuelas de Estados Unidos, y la ley los hace obligatorios en al menos 40 estados de los 50 que componen la Unión Americana.

Estos simulacros consisten en hacer que los estudiantes y docentes permanezcan en silencio dentro del aula, cierren la puerta con llave y apaguen las luces, pero también pueden incluir contraatacar o distraer al tirador.

¿Son efectivos estos simulacros? Algunos estudios al respecto señalan que los simulacros de tirador activo aumentan los niveles de depresión, estrés y ansiedad entre el estudiantado, sus padres y maestros. El consenso parece indicar que la realización de estos simulacros resulta un factor contraproducente.

Proporcionar armas y entrenamiento al personal docente

La medida que contempla que los maestros y maestras, así como otro personal escolar, porten armas para prevenir tiroteos escolares se ha discutido durante varios años. Esta propuesta ha encontrado más rechazo que aceptación por la complejidad que implica contar con un presupuesto destinado a la compra de armas, proporcionar capacitación al personal sobre el uso de armas de fuego, así como las medidas para almacenar las armas en lugares seguros y con llave pero al mismo tiempo con fácil acceso a ellas. La mayoría de los maestros se oponen a portar armas en la escuela y mucho menos a usarlas en una situación de violencia armada. Todo lo anterior indica que esta medida es poco práctica y no cuenta con el consenso necesario.

Las medidas que según algunos estudios pudieran tener mayor efectividad para prevenir tiroteos escolares se enumeran a continuación:

Aumentar las regulaciones para la compra de armas de fuego

Se debe restringir la compra de armas de alto poder y los cargadores de alta capacidad que en la actualidad pueden ser fácilmente adquiridas, incluso por jóvenes de 18 años, como Salvador Ramos, el autor de la masacre en la primaria de Uvalde, Texas.

Almacenamiento seguro de armas a fin de prevenir tiroteos escolares

El 80 por ciento de las armas que se utilizaron en tiroteos masivos en escuelas fueron robadas por el atacante a un miembro de la familia que descuidó el almacenamiento seguro del arma. Esta medida de prevención requiere que todos los dueños de armas de fuego las guarden bajo llave y en un lugar separado de la munición.

Fomentar un ambiente escolar sin acoso ni intimidación

Los datos muestran que la mayoría de los individuos que han perpetrado un tiroteo en una escuela fueron víctimas de rechazo e intimidación. Las escuelas deben de tener cero tolerancia a la intimidación y crear mecanismos para denunciar el acoso escolar.

Recursos para atender la salud mental de estudiantes con problemas

Las cifras muestran que más de la mitad de los autores de tiroteos en escuelas tienen un historial de problemas psicológicos. Estos individuos también presentan dificultades para controlar sus emociones, en particular el enojo. Suficientes recursos para la atención de la salud mental deben estar al alcance de los estudiantes y sus familias.

Saber cómo identificar los indicios o señales de un tirador potencial para prevenir tiroteos escolares

La mayoría de los individuos que han cometido un tiroteo en una escuela le han compartido a alguien sus planes o intenciones antes de llevar a cabo el ataque. Los estudiantes deben de ser capacitados para reconocer un comportamiento que indique la posibilidad de un tiroteo y saber los pasos concretos para denunciarlos de inmediato.

Los tiroteos escolares, un problema sin soluciones inmediatas

Expertos en el tema de la violencia armada en los centros de estudio proyectan que llegar a alcanzar un alto y efectivo nivel de seguridad para prevenir tiroteos escolares tomará varios años.

La realidad actual es que aparentemente, esta situación carece de soluciones a corto plazo, y que la amenaza latente de otro tiroteo trágico es muy probable.

Es necesario aceptar que así como buscar soluciones a este problema no es responsabilidad de una sola entidad, tampoco existe una medida única para hacer frente a este problema. De igual manera, esta grave y presente amenaza debe tratarse por una variedad de expertos en diferentes profesiones que se comprometan a formular y probar métodos efectivos que puedan comenzar a devolver a los centros de estudios de Estados Unidos el sentido de paz y seguridad perdido hace varias décadas.

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