El problema de las personas sin vivienda con enfermedades mentales en Estados Unidos

En la ciudad de Los Ángeles, California, la de mayor población de individuos que viven en las calles, un transeúnte camina a lado de un hombre sin hogar sentado sobre la banqueta. Estados Unidos se enfrenta a una complicada crisis con más de medio millón de personas sin vivienda. Muchas de ellas viven con trastornos mentales que representan un peligro para ellas y el resto de la población. Foto: Max Böhme | Unsplash | 2019
En la ciudad de Los Ángeles, California, la de mayor población de individuos que viven en las calles, un transeúnte camina a lado de un hombre sin hogar sentado sobre la banqueta. Estados Unidos se enfrenta a una complicada crisis con más de medio millón de personas sin vivienda. Muchas de ellas viven con trastornos mentales que representan un peligro para ellas y el resto de la población. Foto: Max Böhme | Unsplash | 2019

(Phoenix, Arizona) — Entre las cuestiones políticas, sociales y morales más complejas que enfrenta la sociedad en Estados Unidos está la crisis de salud mental de las personas sin vivienda.

Aunque las cifras varían con base a la fuente, de acuerdo a un informe de 2016 (en inglés), un tercio de la población total de personas sin hogar en Estados Unidos tiene enfermedades mentales graves no tratadas, entre ellas esquizofrenia, trastorno esquizoafectivo, trastorno bipolar o depresión mayor.

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Algunas de las respuestas gubernamentales a esta situación incluyen la de la Ciudad de Nueva York, que ha habilitado a sus cuerpos de policía y socorro a detener a individuos que viven en las calles y presentan enfermedades mentales graves, a fin de llevarlos a hospitales para someterlos a evaluaciones y tratamiento.

En California, el gobernador Gavin Newsom implementó una ley estatal a finales de 2022 que autoriza a funcionarios del gobierno a internar hasta por dos años a personas que viven en las calles y presentan casos de enfermedades mentales. 

Las personas sin vivienda, un prolongado problema en Estados Unidos

El problema de las personas sin vivienda con trastornos mentales ha sido persistente durante décadas desde el cierre de muchas instalaciones de cuidado psiquiátrico por la creencia de que los hospitales psiquiátricos eran crueles e inhumanos

El cierre de hospitales psiquiátricos comenzó en la década de 1950 y envió a personas con enfermedades mentales graves de los hospitales a la comunidad por la creencia de que los hospitales psiquiátricos eran crueles e inhumanos. Se creía que el surgimiento de nuevos tranquilizantes ofreciera una cura.

En el ámbito político algunos opinan que el problema de las personas sin vivienda plantea una obligación moral de ayudar a esta población desamparada a protegerse de sí misma.

Las miles de personas sin hogar en algunas ciudades han llevado al resto de la población a objetar enérgicamente su presencia en las calles, partiendo de escenarios en donde se les ve a estos individuos orinando y defecando en lugares públicos a la vista de todos, así como con frecuencia cometiendo actos violentos.

Ciudades como Nueva York, Los Ángeles, Seattle, San Francisco, Portland y otras, son ejemplos de esta situación que contrapone a los gobiernos con sus habitantes y demanda soluciones drásticas, efectivas e inmediatas.

Algunos grupos que abogan por las personas sin vivienda analizan el problema desde la óptica de las libertades civiles, argumentando que la población sin hogar en Estados Unidos está en su derecho de elegir ese estilo de vida callejero.

Otros puntos de vista citan ejemplos como el de un individuo sin hogar con esquizofrenia que mató a una mujer de la ciudad de Nueva York al empujarla hacia las vías de un tren subterráneo que llegaba a una estación.

Este tipo de incidentes de violencia perpetrados en las calles por personas sin vivienda en contra de otras no son aislados y han ido en aumento en ciudades como Nueva York.

Desde cualquier perspectiva, el problema de las personas sin hogar, con o sin enfermedades mentales, no tiene fácil solución.

Una escena cotidiana en la ciudad de Nueva York que ilustra el problema de las personas sin vivienda en ciudades de Estados Unidos. Foto: Stéphane Burlot | 2017 | Creative Commons
Una escena cotidiana en la ciudad de Nueva York que ilustra el problema de las personas sin vivienda en ciudades de Estados Unidos. Foto: Stéphane Burlot | 2017 | Creative Commons

La cuestión de las personas sin vivienda plantea problemas a los gobiernos

Internar a personas sin vivienda que presentan un trastorno mental demanda a la vez una cantidad suficiente de camas disponibles en los hospitales psiquiátricos, lo cual es otro reto para las autoridades.

El asunto también implica cuestiones constitucionales a los gobiernos que traten de detener a individuos con trastornos mentales que viven en las calles para someterlos a tratamientos sin su voluntad.

Una decisión judicial del más alto tribunal de Estados Unidos determinó a mediados de la década de 1970 que una enfermedad mental no es una causa justificada para privar a una persona de su libertad.

Por tanto, las autoridades pueden encontrarse en problemas judiciales al tomar acciones para ayudar a personas que viven en las calles con trastornos mentales, pero se enfrentan asimismo a la obligación de atender las quejas de los habitantes por la presencia de estos individuos y hacer cumplir la ley por los problemas que crean.

El reto de obtener una vivienda permanente

Hay quienes opinan que uno de los principales factores que crean una población de personas sin hogar es precisamente la escasez de vivienda.

Este planteamiento se respalda por innumerables estudios que han concluido que ningún tratamiento puede ser completamente eficaz si no existe una vivienda permanente que contribuya a que una persona que ha vivido en la calle pueda restablecer su autonomía y autodependencia.

Esto conlleva a la necesidad de crear viviendas a la par de proveer servicios de salud mental para la población desamparada, una solución que representaría altos costos y batallas legislativas para la aprobación de presupuestos para solventar dicha infraestructura.

Finalmente, otros factores en contra de proponer soluciones efectivas al problema de las personas sin vivienda con enfermedades mentales es que muchas de ellas no viven en las calles por falta de un hogar sino por su misma enfermedad mental, su incapacidad para mantener un trabajo, así como su adicción a las drogas o al alcohol.

Durante décadas las autoridades de Estados Unidos han creado albergues para las personas sin hogar, tratamientos para el abuso de sustancias, programas sociales para integrarlos a la fuerza laboral.

Aún así, un gran número de ciudades de Estados Unidos se enfrentan a la crisis social y de salud mental que representan los cientos de miles de personas que duermen sin un techo permanente en las calles o en albergues, lo que significa una situación de peligro para sí mismas y para quienes transitan alrededor de ellas.

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