Este artículo histórico sobre la seguridad fronteriza, publicado originalmente el 27 de agosto de 2016, ofrece una visión retrospectiva de la política migratoria en Estados Unidos en ese periodo. Los datos y opiniones aquí presentados corresponden a la información disponible hasta dicha fecha y no reflejan eventos o desarrollos posteriores. Una actualización al artículo se hizo el 22 de agosto de 2023.
(Estados Unidos) — En 2017, un año marcado por elecciones presidenciales en Estados Unidos, el tema candente de la inmigración ilegal cobró prominencia, avivando las campañas de los candidatos a la Casa Blanca. Un estudio de 2016 reveló que la seguridad fronteriza emergió como una prioridad clave para el futuro presidente.
Tanto el entonces aspirante republicano Donald Trump como la contendiente demócrata Hillary Clinton abordaron el tema polarizado, exponiendo sus respectivas posturas sobre la inmigración indocumentada en sus campañas.
El magnate de negocios, en su papel como candidato republicano, anunció su firme intención de tomar medidas enérgicas contra la inmigración ilegal en caso de ser elegido en noviembre. Una de sus declaraciones implicaba la implementación de acciones contundentes contra aquellos que permanezcan en Estados Unidos después de la expiración de sus visas.
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En un discurso pronunciado en el estado de Iowa, Trump propuso el establecimiento de un sistema de seguimiento para asegurar la deportación rápida de extranjeros que no abandonaran el país al finalizar sus visas.
Esto solo representó una de las muchas polémicas declaraciones sobre inmigración que Trump pronunció a lo largo de su campaña. No obstante, posteriormente buscó suavizar su postura en torno al tema.
Por su parte, Clinton prometió, entre otras medidas, introducir una reforma migratoria integral y poner fin a la detención de familias inmigrantes, así como a los centros de detención privados bajo contrato gubernamental, si llegaba a ocupar la presidencia, lo cual no sucedió.
La opinión de la población sobre la seguridad fronteriza en Estados Unidos
Si bien ambas agendas de los candidatos buscaban apelar a sus electorados, resulta crucial analizar la percepción de los estadounidenses sobre la inmigración ilegal en el país.
Las posturas de los aspirantes presidenciales reflejaban las agendas de sus respectivos partidos. A pesar de las diferencias partidistas evidentes en temas migratorios, existían puntos en común entre la población estadounidense.
Esto se evidenció en una encuesta realizada en 2016 por el Centro de Investigaciones Pew. La encuesta reveló que aunque persistían divisiones dentro del público estadounidense en lo que respectaba a la política migratoria, también existían puntos de convergencia.
A los encuestados se les planteó la pregunta de cuál consideraban que debería ser la prioridad central en la política de inmigración ilegal: ¿fortalecer la seguridad fronteriza o establecer un proceso hacia la ciudadanía para los inmigrantes?
La respuesta reveló que ambas medidas deberían tener igual prioridad, sin que se prefiriera exclusivamente una de ellas.
La encuesta a nivel nacional también reflejó que una amplia mayoría, el 76 por ciento, consideraba que los inmigrantes indocumentados son tan trabajadores y honestos como los ciudadanos estadounidenses.
Asimismo, el 67 por ciento de los encuestados expresó que los inmigrantes sin estatus legal en Estados Unidos no tenían mayor propensión a cometer delitos graves que los ciudadanos.
El estudio realizado por este respetado centro de investigaciones también arrojó que existe una continua oposición pública a la construcción de un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, propuesta defendida por el candidato republicano. El 61 por ciento de los estadounidenses se oponía a esta idea, una tendencia que apenas ha variado desde principios de 2016.
En términos generales, el sondeo reveló que el 29 por ciento de los estadounidenses consideraba que establecer un proceso para que los inmigrantes indocumentados que ya residen en el país puedan obtener la ciudadanía cumpliendo ciertos requisitos debe ser una prioridad.
Por otro lado, el 24 por ciento opinó que el enfoque debía centrarse en reforzar la seguridad fronteriza y asegurar un mayor cumplimiento de las leyes migratorias.
El punto sobresaliente de esta encuesta radicó en que, al ofrecerles a los encuestados la opción de elegir entre las dos políticas que consideran prioritarias, un 45 por ciento sostuvo que ambas deberían tener igual importancia.
Datos adicionales de interés
• En 2014, se estimaba que alrededor de 11.3 millones de inmigrantes indocumentados vivían en Estados Unidos, según las primeras estimaciones del Centro de Investigaciones Pew basadas en datos del gobierno federal. Esta población indocumentada se había mantenido relativamente estable desde 2009.
• Aunque los inmigrantes indocumentados de México conforman la mayor parte de esta población, el número de inmigrantes mexicanos indocumentados en Estados Unidos había decrecido desde 2007.
Los resultados de aquella encuesta coincidieron con sondeos realizados durante los últimos años. El estudio, titulado “Acerca de la inmigración, existen diferencias partidistas pero también un punto en común”, fue llevado a cabo entre el 9 y el 16 de agosto de 2016, con la participación de dos mil 10 adultos.
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