(México) — El 6 de julio de 1924, México celebraba elecciones presidenciales. El presidente Álvaro Obregón se preparaba para transferir el poder después de cuatro años de gobierno. La elección de Plutarco Elías Calles, su coterráneo y compañero en la lucha revolucionaria, marcaría, a partir del 1 de diciembre de 1924, el inicio de una era que transformaría profundamente el panorama político y social del país.
A cien años de aquel acontecimiento político, México está en la antesala de sus elecciones generales del 2 de junio de 2024, convirtiendo el legado de Calles en un tema de estudio relevante. Mientras el presidente actual, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se prepara para ceder el cargo a la candidata de su partido, Claudia Sheinbaum, se genera un intenso debate sobre la influencia que el mandatario saliente ejercerá en las decisiones futuras del país. Esto cobra especial relevancia ante su evidente intención de seguir adelante con su visión de gobierno, conocida como la Cuarta Transformación.
Las acciones de AMLO no dejan lugar a duda de que él espera ejercer poder e influencia tras dejar la presidencia. Durante meses ha hecho movimientos estratégicos para posicionar a políticos aliados a fin de mantener el control y la autoridad sobre el rumbo del país. AMLO busca extender su gobierno fuera del Palacio Nacional, algo que no puede sino hacernos recordar que entre 1928 y 1934, Plutarco Elías Calles llegó a ejercer control sobre los tres presidentes que él mismo designó.
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De maestro de escuela en Guaymas a estratega táctico en política
Nacido en 1877 en Guaymas, Sonora, Calles comenzó su vida profesional como maestro de escuela en esa ciudad. No obstante, el estallido de la Revolución mexicana en 1910 lo llevó a abrazar la causa revolucionaria.
El sonorense participó activamente en la lucha junto a Francisco I. Madero contra la dictadura de Porfirio Díaz, demostrando habilidades organizativas innatas y un compromiso inquebrantable que lo impulsaron rápidamente en la jerarquía revolucionaria.
Tras la revolución, Calles encontró en el gobierno de Sonora en 1917 una plataforma para proyectarse a nivel nacional. Como Secretario de Comercio bajo la presidencia de Venustiano Carranza, impulsó reformas pragmáticas que llamaron la atención de Obregón. El apoyo de Calles fue crucial en el derrocamiento de Carranza en 1920, consolidando su reputación como un astuto estratega político.
La elección de Plutarco Elías Calles
La elección de Plutarco Elías Calles tuvo lugar el 6 de julio de 1924, en el contexto de las elecciones federales de México. Calles fue el candidato de una coalición de ocho partidos políticos, liderada por el Partido Laborista Mexicano (PLM), fundado por el líder sindical Luis N. Morones. Durante la década de 1920, el PLM se consolidó como la fuerza política dominante, llevando a la presidencia a Álvaro Obregón (1920-1924) y posteriormente a la de Calles (1924-1928), quien fue elegido con el 84.15% de los votos.
Tras asumir la presidencia, Calles dio inicio a un período de reformas profundas y controvertidas. Su gobierno se caracterizó por la promoción de la redistribución de tierras, la justicia social, los derechos laborales y el fortalecimiento de la democracia.
Bajo su administración, México experimentó una modernización significativa. Se ampliaron las oportunidades educativas, se renovó el sistema financiero y se emprendieron proyectos de infraestructura que abordaron problemas de salud pública.
En el ámbito laboral, Calles promovió la consolidación de sindicatos bajo el liderazgo de Morones y reguló la industria petrolera, medidas que ocasionalmente tensaron las relaciones con Estados Unidos.
Calles contra los líderes religiosos
Sin embargo, su postura anticlerical desató la Guerra Cristera, un conflicto sangriento entre el gobierno y los rebeldes católicos que dejó una marca indeleble en la historia del país.
Es importante notar que Calles, durante un discurso pronunciado el 12 de mayo de 1924 en Michoacán, trató de aclarar su postura ante la Iglesia Católica al decir: «Dicen mis enemigos que soy enemigo de las religiones y de los cultos, y que no respeto las creencias religiosas. Yo soy un liberal de espíritu amplio, que dentro de mi cerebro me explico todas las creencias y las justifico, porque las considero buenas por el programa moral que encierran».
Al continuar su discurso, Calles dejó claro a quiénes se oponía: «Yo soy enemigo de la casta sacerdotal, del cura intrigante, del cura explotador, del cura que pretende tener sumido a nuestro pueblo en la ignorancia, a merced del explotador del trabajador. Yo declaro que respeto todas las religiones y todas las creencias, mientras los ministros del culto no se mezclen en nuestras contiendas políticas con desprecio a nuestras leyes, ni sirvan de instrumento a los poderosos para explotar a los desvalidos».
El 14 de junio de 1926, Calles promulgó una legislación anticlerical formalmente, llamada Ley de Reforma del Código Penal, y conocida popularmente como la Ley Calles. Esta legislación incluía medidas como la prohibición de las órdenes religiosas y la prevención de la corrupción en la Iglesia. Las políticas anticatólicas de Calles exacerbaron la antipatía de los católicos hacia su gobierno, debido a su abierto anticlericalismo.
El Maximato y el nacimiento del PRI
Tras el asesinato de Obregón en 1928, Calles gobernó de facto desde las sombras durante el período conocido como el Maximato (1928-1934). Este fue un tiempo crucial para la política mexicana, durante el cual se fundó el Partido Nacional Revolucionario (PNR), precursor del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Bajo la tutela de Calles, el PNR se convirtió en una maquinaria política que dominaría México durante más de siete décadas.
La injerencia de Calles terminó en 1936, cuando el presidente Lázaro Cárdenas del Río lo expulsó del país para debilitar su creciente influencia y terminar con el Maximato. Cárdenas, decidido a consolidar su propio liderazgo y avanzar con su ambicioso programa de reformas agrarias y nacionalistas, consideró esencial deshacerse de la presencia autoritaria de Calles.
Durante su exilio, Calles residió principalmente en California, Estados Unidos. En 1941, se le permitió regresar a México, pero nunca volvió a ejercer la poderosa influencia política que había tenido anteriormente.
El legado de Plutarco Elías Calles sigue siendo objeto de debate. Sus partidarios lo ven como un modernizador que mejoró la salud pública, la educación y la infraestructura del país. Reconocen su papel en la estabilización de México tras la turbulencia postrevolucionaria y la muerte de Obregón. Sin embargo, sus críticos no olvidan la Guerra Cristera ni sus inclinaciones autoritarias.
Calles fue un líder de grandes contrastes. Visionario en sus reformas, también mostró tendencias autoritarias que polarizaron a la nación. A cien años de su llegada a la presidencia, su figura nos invita a reflexionar sobre la complejidad de su legado.
Al reconocer tanto sus logros como sus controversias, obtenemos una visión más completa del hombre que dejó una huella imborrable en la identidad moderna de México. Su nombre está entrelazado para siempre con el destino del país, y sigue siendo fundamental para entender la historia y la política mexicanas.
De la elección de Plutarco Elías Calles a las elecciones presidenciales de 2024 en México
En el centenario de la elección de Plutarco Elías Calles como presidente de México, recordarlo no es solo un ejercicio histórico, sino una oportunidad para reflexionar sobre el camino que México ha recorrido y los retos que enfrenta hoy, en la continua búsqueda de equilibrio entre progreso y justicia.
Después de las elecciones generales de 2024, México estará ante en un momento crucial. Los ciudadanos constatarán si la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, heredó no solo la presidencia, sino también la injerencia de su predecesor y protector, Andrés Manuel López Obrador.
Los mexicanos de 2024 están viviendo su propia transición presidencial, preguntándose si la historia se repetirá como en 1928 y si la Cuarta Transformación continuará su curso o enfrentará desafíos similares a los que Calles dejó atrás hace casi un siglo.
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