El sistema político mexicano: Hacia un modelo de democracia mayoritaria – Primera parte

México, como la mayoría de los países latinoamericanos posee una sociedad heterogénea y su sistema político está caracterizado por ser de mayoría, lo que conlleva a que no todos los diferentes grupos de la sociedad estén representados de igual manera. Por estas razones se registra un grado de satisfacción muy bajo con el funcionamiento de la democracia. Foto: Barriozona Magazine

Modelos de democracia de mayoría y de consenso según Arend Lijphart

Antes de empezar por diferenciar entre dos modelos democráticos, hay que definir el término democracia. Democracia: del griego demos: pueblo; y cracia: gobernar, significa en primer plano el gobernar de la mayoría del pueblo. Esta definición no corresponde satisfactoriamente las necesidades de muchas democracias actuales, puesto que generalmente las minorías no son consideradas dentro del “demos”.

Para comprender este dilema, Abraham Lincoln propuso que democracia como “government of the people, by the people, for the people” debería ser entendida como una definición más acertada.

De este modo, Arend Lijphart nos propone dos modelos de democracia: de mayoría y de consenso. Gobernar a través de una mayoría corresponde al modelo de democracia de mayoría y a la definición mencionada arriba. Esta tesis rechaza la idea de “government by and responsive to a minority” (gobernar a través y en respuesta a una minoría).

Visto desde un punto de vista bastante estricto, el modelo de democracia de mayoría no abarca la idea de considerar la opinión de todo el pueblo de una igual manera, ya que aquí es donde las mayorías gobiernan y las minorías son puestas a un lado.

En la gran mayoría de los países en los que se ha gobernado con un “sistema de mayoría” (digo sólo “de mayoría” y no “democrático de mayoría”), el modelo democrático no se ha podido desenvolver ni interponer en su totalidad. Curiosamente, los países en los que se registra un grado alto de satisfacción con el gobierno y la funcionalidad de la democracia, predomina el modelo de consenso.

Arend Lijphart enfatiza que dentro de un sistema de mayoría el poder político se encuentra en las manos de una determinada mayoría. Él describe este modelo como exclusivo, competitivo y adversario. Como ejemplo de este modelo, Arend Lijphart nos recomienda Gran Bretaña, cuyo sistema de gobierno arroja casi todas las características de este modelo. Igualmente tomaré este país como ejemplo y lo compararé con México como modelo contrario al de democracia de mayoría:

El modelo de consenso
Lijpart nos explica que este tipo de gobierno intenta distribuir de manera equitativa el poder político entre los órganos ejecutivo y legislativo; ambos órganos poseen un poder equilibrado. El modelo de consenso incluye en su plataforma política a todos los actores, lo que conlleva a que los actores tengan más disponibilidad de compromiso y negociación que en el modelo mayoritario. Por esta razón, a esta forma de gobierno se le puede considerar como “negotiation democracy”. Contrariamente a la idea inicial de la teoría de mayoría: “government by the majority of the people”, se basa la teoría de consenso en la idea “government by and responsive to a minority”.

Un ejemplo de esto que nos muestra Arend Lijphart es la Comunidad Europea. Así mismo emplearé la comunidad europea como ejemplo y lo compararé con el modelo de mayoría que es Gran Bretaña y con México.

Estos dos modelos pueden ser vistos desde un punto de vista dimensional, o sea, dos dimensiones. Arend Lijphart propuso en su libro un sistema de comparación en el que se diferencian ambos modelos: Modelo de democracia de mayoría, y de consenso, con la ayuda de diez criterios. A continuación se pueden ver en la siguiente gráfica los diez criterios ejemplificados para así obtener una mejor comprensión.

Tabla 1-A: Diez criterios ejemplificados de los modelos de democracia de mayoría y de consenso según Lijphart. Ilustración: Barriozona Magazine © 2006
Tabla 1-A: Diez criterios ejemplificados de los modelos de democracia de mayoría y de consenso según Lijphart. Ilustración: Barriozona Magazine © 2006

Explicar estas diez variables, considero innecesario para este ensayo, por lo que únicamente me concentraré en las siguientes cinco: concentración del poder ejecutivo, relación ejecutivo-legislativo, sistema de partidos, forma de estado y concentración del poder legislativo.

1. Concentración del poder ejecutivo en gabinetes mayoritarios unipartidistas versus distribución de poderes en coaliciones de dos o más partidos – Este tipo de variable se puede considerar como la típica diferencia entre democracias de mayoría y de consenso. Esta diferenciación la podemos confirmar claramente al comparar sistemas presidenciales y parlamentarios. La única excepción hasta ahora conocida es Gran Bretaña (descrito arriba), puesto que este país posee casi todas las características estructurales de un sistema presidencial, está clasificado como parlamentario. Arend Lijphart les adjudica a los sistemas presidenciales la característica de tener gobiernos unipartidistas, mientras que los sistemas parlamentarios se componen de coaliciones de dos o más partidos. Hay diferentes tipos de coaliciones.

Unas de las características más importantes de los sistemas parlamentarios, es que el canciller o primer ministro depende de la confianza del parlamento, esto quiere decir que el parlamento es capaz de “despedir” al canciller en cualquier momento. Esta característica no la encontramos en los sistemas presidenciales, donde la dominación del presidente es “suprema”, y por consiguiente no puede ser “despedido” por el parlamento.

2. Relación ejecutivo-legislativo dominada por el ejecutivo versus relación ejecutivo-legislativo equilibrada, “Balance of Power” – Como ya lo he mencionado, el canciller o el primer ministro en los sistemas parlamentarios no es concebido como la máxima autoridad, esto implica que el gabinete del jefe de gobierno sea dependiente de la confianza del parlamento, lo que significa que el jefe de gobierno no puede hacer lo que él quiera. Un claro ejemplo de esto es Alemania, donde existe la llamada “pregunta de confianza” y el “voto de desconfianza”. En sistemas presidenciales el presidente es elegido para un determinado periodo y gobierne como gobierne, no puede ser despedido. En algunos casos, como el de México, el presidente tiene la facultad de hacer cambios en la constitución aún sin tener la mayoría a su favor en el congreso. Es por esto que los sistemas presidenciales se caracterizan por tener poderes separados, es decir el uno no depende del otro. En adición a esta, existen otras dos características de suma importancia que son: en sistemas parlamentarios el canciller es elegido por el parlamento y no por el pueblo, mientras que en los presidenciales, el pueblo elige al presidente, y que los sistemas parlamentarios dispone de un “ejecutivo colegial” o sea todo tipo de decisiones políticas son tomadas por el gabinete, mientras que el “one-person-executive” en manos del presidente es capaz de tomar importantes decisiones políticas con o sin la afirmación del congreso. Otra diferenciación típica de este tipo de relaciones implica que el canciller debe pertenecer obligatoriamente al parlamento, siendo que la estructura presidencial puede llegar a hasta prohibir cualquier vínculo formal entre el congreso y el presidente. A los sistemas políticos presidenciales se les considera del tipo “ejecutivo cerrado” (México pertenece a este tipo), mientras que los sistemas parlamentarios son concebidos como “doble ejecutivo”.

3. Sistemas de partidos bipartidistas versus multipartidista – Lihphart clasifica a los sistemas presidenciales como gobiernos unipartidistas y a los sistemas parlamentarios como coaliciones de varios partidos o multipartidistas. De acuerdo a esta observación se pueden asociar los términos concentración de poder, por un lado, y distribución de poder, por el otro. Según A. Lawrence, los sistemas multipartidistas suelen ser débiles y de corta duración, mientras que los sistemas bipartidistas más bien duraderos y dominantes. Encontrar un sistema bipartidista en su forma pura es raro o casi imposible. Gran Bretaña es el ejemplo existente en tal caso y el único que puede ser denominado como tal, sin embargo se pueden observar algunos pequeños partidos en el parlamento. Por esta razón, Arend Lijphart propone un método para localizar el número efectivo de partidos en un sistema político: se divide uno entre el número de asientos porcentual de cada partido al cuadrado. Por ejemplo, hay tres partidos cada uno tiene 45, 40 y 15 asientos en el parlamento respectivamente (todo nos da 100%), por lo tanto el número porcentual equivale a 0.45, 0.40 y 0.15. La ecuación es de la siguiente manera: 1÷ 0.45² + 0.40² + 0.15² = 2.6 es el número efectivo de partidos dentro del parlamento. Arend Lijphart diferencia cuatro tipo de sistemas de partidos: bipartidista, dos partidos y medio, multipartidista con un partido dominante y multipartidista sin partido dominante.

4. Gobiernos unitarios y centralizados con unicameralismo vs. gobiernos federales y descentralizados con bicameralismo – El término “division of power” es concebido como el sinónimo de federalismo. El federalismo únicamente puede prevalecer si el poder entre el gobierno central y gobiernos regionales o estatales es estrictamente separado. La segunda condición para la existencia del federalismo es la garantía de la representación de los gobiernos regionales mediante una segunda cámara (bicameralismo fuerte) además de una constitución rígida, así como la existencia de una jurisprudencia fuerte. Dicha separación de poderes puede tener lugar si:

a) La separación federal está escrita en la constitución y no puede ser cambiada, por eso se necesita una constitución rígida.

b) Hay un juez neutral que regule los conflictos entre gobierno central y regionales; una fuerte jurisprudencia es imprescindible.

c) Los gobiernos regionales están representados a través de una segunda cámara: bicameralismo fuerte.

La principal meta del federalismo es fomentar una forma de gobierno descentralizada. Según el número uno de la gráfica de arriba, ni descentralismo ni bicameralismo son cualidades exclusivas de modelos de consenso como se podría creer. El federalismo aparece con más frecuencia en dos tipos de sociedades: países con población numerosa y países con sociedades plurales o heterogéneas. Desde este punto de análisis resulta, que todos los estados federales disponen de un legislativo bicameral y que estados unitarios disponen de ya sea un legislativo unicameral o la segunda cámara es muy débil.

5. Sociedades plurales y no-plurales en relación con los modelos de democracia mayoritaria y de consenso  El ganador del Premio Nobel en economía, Sir Arthur Lewis, enfatiza que “La regla o principio de mayoría: gobierno versus oposición, puede ser concebida como antidemocrática, puesto que contiene principios de exclusión. A este respecto, según mi punto de vista, partiendo de un modelo democrático de consenso, será fácil responder a la pregunta, si los principios de exclusión son antidemocráticos. En la mayoría de los países europeos, los cuales disponen del modelo de democracia de consenso, existe un alto grado de satisfacción con el gobierno. El trabajo en cooperación de los actores políticos se puede reconocer claramente en estos países en su crecimiento económico.

Partiendo de un modelo de democracia, tampoco será difícil responder a la misma pregunta. Antes ya he mencionado que el sistema político de Gran Bretaña es de mayoría, y puesto que este país goza de un buen desarrollo económico y además de que no hay indicios de descontento de la población con la forma de trabajo del gobierno, me dirigiré a partir de ahora a los países latinoamericanos, los cuales son dominados por modelos de mayoría.

Gran Bretaña y la mayoría de los países latinoamericanos tienen algo en común: que sus sistemas de gobierno están marcados fuertemente por características atribuidas al modelo de mayoría. No obstante, en estos países se registra un bajo grado de satisfacción por parte de la población con el funcionamiento de sus gobiernos, de acuerdo a una encuesta realizada por el Latinbarómetro en el año 2001 (en porcentaje de los encuestados):

Figura A-2: Encuesta de latinbarómetro de 2001.
Figura A-2: Encuesta de latinbarómetro de 2001. Ilustración: Barriozona Magazine © 2006

Una de las posibles causas para el descontento con la democracia registrado en estos países, es que todos están estructurados por sociedades heterogéneas, es decir, sociedades plurales y mixtas, y solamente ciertas partes de la sociedad (las cuales representan y son denominados como la mayoría) participan en los procesos de decisiones de la vida política, mientras las minorías son excluidas casi por completo. Para tal tipo de sociedades se recomienda el modelo de consenso, el cual se caracteriza por integrar a todas las ramas de la sociedad. Hay, sin embargo dos excepciones: Venezuela (antes de la entrada del presidente Hugo Chávez al poder venezolano) y Costa Rica, cuyo grado de satisfacción con la democracia es relativamente más alto que en los otros países. Esta conclusión se puede confirmar de igual manera por medio de una gráfica emitida por el Banco Mundial y por el programa de desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas en el año de 1997.

Esta gráfica divide a 36 países en tres grupos: sociedades plurales, sociedades semiplurales y sociedades no-plurales. Una explicación para el alto grado de satisfacción con la democracia en Venezuela y Costa Rica es que estos caen dentro de los grupos con sociedades no-plurales, por lo que se puede deducir que el modelo de mayoría es apropiado en estos países. Este es el mismo caso en Gran Bretaña, cuya sociedad es más bien homogénea y dispone de un modelo de mayoría. No es importante ni decisivo el tipo de gobierno que tenga una sociedad, clave es, el que este se adapte al tipo de sociedad y en su capacidad de adaptación.

México, como la mayoría de los países latinoamericanos posee una sociedad heterogénea y su sistema político está caracterizado por ser de mayoría, lo que conlleva a que no todos los diferentes grupos de la sociedad estén representados de igual manera. Por estas razones se registra un grado de satisfacción muy bajo con el funcionamiento de la democracia. Después del siguiente capítulo trataré las variables, las cuales describen a México como un sistema de mayoría. Pero antes describiré brevemente la historia de la Revolución mexicana, así como el surgimiento del partido político Partido Revolucionario Institucional (PRI).


Perfil de Arendt Lijphart

Arend Lijphart Profesor Emérito de Ciencias Políticas
Profesor emérito de Ciencias Políticas de la Universidad de California – San Diego. Su investigación se centra en la política comparada, las elecciones y los sistemas de votación, las instituciones y la etnia y la política. Su trabajo ha tenido un profundo impacto en el estudio de la democracia y es ampliamente considerado la principal autoridad en consociacionalismo. Es autor o editor de más de una docena de libros, entre ellos Democracy in Plural Societies: A Comparative Exploration (1977), Democracies: Patterns of Majoritarian and Consensus Government in Twenty-One Countries (1984), Power-Sharing in South Africa ( 1985), Leyes electorales y sus consecuencias políticas (1986), Gobierno parlamentario versus gobierno presidencial (1992), Sistemas electorales y sistemas de partidos: un estudio de veintisiete democracias (1994) y Patrones de democracia: formas de gobierno y desempeño en treinta y seis países (1999; 2a ed., 2012). Lijphart ha recibido numerosos premios a lo largo de su prestigiosa carrera en reconocimiento a su investigación pionera, que incluyen: el Premio Johan Skytte en Ciencias Políticas, Premio del Libro Aaron Wildavsky y doctorados honoris causa por la Universidad de Leiden, la Universidad Queen’s de Belfast y la Universidad de Gante. Fue elegido presidente de la Asociación Estadounidense de Ciencias Políticas en 1995-96 y es miembro de la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias, la Academia Británica y la Academia de Ciencias de los Países Bajos. Más recientemente, en 2010, recibió el Premio Emérito Distinguido Constantine Panunzio en reconocimiento a sus contribuciones únicas y extensas a la Universidad de California, la disciplina y el mundo.

 

 

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