El sistema político mexicano: Hacia un modelo de Democracia Mayoritaria – Cuarta parte

El triunfo del candidato panista Vicente Fox Quesada no solamente representó una batalla ganada para el partido, sino el triunfo de la democracia y del pueblo mexicano sobre una dictadura que prometía el retroceso del país en todos los aspectos. Ilustración: Barriozona Magazine © 2006
El triunfo del candidato panista Vicente Fox Quesada no solamente representó una batalla ganada para el partido, sino el triunfo de la democracia y del pueblo mexicano sobre una dictadura que prometía el retroceso del país en todos los aspectos. Ilustración: Barriozona Magazine © 2006

El cambio de gobierno en el año 2000 con la elección de Vicente Fox, y la caída del PRI

Un evento muy importante que causó que mucha gente le diera por primera vez la espalda al Partido Revolucionario Institucional (PRI), fue la demostración de estudiantes que ocurrió en 1968 en la ciudad de México, la cual estuvo marcada por ideas marxistas. Miles de estudiantes fueron asesinados por órdenes del gobierno, lo que ocasionó que muchos de los líderes de los movimientos sociales de liberación se rindieran; algunos de ellos se dejaron corromper. Había un movimiento llamado Frente de Liberación Nacional (FLN), cuyos integrantes se retiraron hacia el estado de Chiapas, para así poder continuar con sus actividades.

Las deudas del país crecían cada vez con más rapidez, hasta que en 1981 cayeron los precios del petróleo, llevando a México a declararse incapaz de pagar sus deudas. Este acontecimiento fue sin duda alguna, después de la demostración estudiantil del 68, la segunda crisis más grande a la que habría de enfrentarse la hegemonía priísta. Pocos años más tarde, en 1986, fue dado a conocer que el 60 por ciento de la población mexicana vivía bajo condiciones de pobreza extrema.

En 1982, el presidente Miguel de la Madrid Hurtado (1982–1988) subió al poder y promovió una economía política neoliberal bastante rígida. Esto contribuyó a un empeoramiento de la situación social, aumentando el desempleo de forma dramática. Su sucesor, Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), el cual también ganó las elecciones aplicando el fraude electoral, decidió continuar con la misma estrategia política neoliberal que su antecesor, la que alcanzó su auge con la ratificación del tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (NAFTA: North American Free Trade Agreement) el 1. de enero de 1994.

Para poder llevar a cabo este convenio, Salinas de Gortari modificó el artículo 27 de la Constitución, el cual ahora les permite a los terratenientes (en este caso, a las empresas privadas extranjeras) expropiarles las tierras a los campesinos. Además, cambió varias partes de la Constitución, con el fin de permitirles a los consorcios extranjeros establecerse en el país sin ningún riesgo. Las consecuencias inevitables de este convenio, además de una economía política liberal, fue el levantamiento armado de campesinos indígenas: Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en el estado de Chiapas el primero de enero de 1994.

Este ejército indígena tiene como base fundamental las ideas del héroe de la Revolución mexicana, Emiliano Zapata, descrito en el capítulo tres. El EZLN estaba inconforme con la ratificación del Tratado de libre Comercio, puesto que esto sólo agravaría la situación de los indígenas que habitan la región de Chiapas, los cuales vivían bajo circunstancias casi inhumanas, y realzando el hecho de que el significado del término “Derechos Humanos”, es casi desconocido.

Al inicio del sexenio del siguiente presidente, Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), el país revivió el estallido de una segunda crisis económica y financiera. El crecimiento de la deuda externa, la devaluación del peso mexicano, una inflación imparable, y el asesinato del candidato a la presidencia por el PRI, Luís Donaldo Colosio, contribuyeron a que el descontento y la desconfianza del pueblo mexicano hacia el gobierno se fortalecieran cada vez más.

A raíz de esto, los hasta entonces oprimidos e insignificantes partidos de oposición, pudieron ganar simpatía entre el pueblo mexicano. Una de las primeras señales de esta inconformidad, fueron las elecciones del congreso en 1997, en las cuales el PRI perdió – por primera vez en la historia de su reinado durante casi 71 años – la mayoría en el Congreso. El principio de una lenta democratización se pudo también reconocer, cuando en 1999, el mismo PRI decidió que el próximo candidato a la presidencia sería elegido por el pueblo, y no nombrado por el presidente en turno, como siempre había sido el caso.

Las elecciones presidenciales del 2000 y el triunfo del Partido de Acción Nacional (PAN)
Al iniciar la campaña política, el PRI podía percibir de manera clara que no sería fácil ganar la contienda electoral por la presidencia de la república, como había sido seis años antes. El tipo de propaganda, y la forma de hacer campaña por parte del partido del candidato panista, fue algo nunca antes visto en la historia de México. Tanto el partido mismo, así como muchos militantes y seguidores del PRI, estaban convencidos que este llegaría a ser el fin del dominio priísta. El triunfo del candidato panista Vicente Fox Quesada, no solamente representó una batalla ganada para el partido, sino el triunfo de la democracia y del pueblo mexicano sobre una dictadura que prometía el retroceso del país en todos los aspectos. Creíamos vivir en una sociedad tranquila, cuando realmente vivíamos en una tranquila suciedad.

A principios del año 1999, los partidos PAN y PRD formaron juntos una alianza, cuya meta era vencer al PRI. Cuando el candidato del PRD se enteró de que él no sería el candidato a la presidencia de esta alianza, renunció a ella. Poco después, el PAN volvió a formar una alianza, pero esta vez con el PVEM (Partido Verde Ecologista de México). De este modo, el P.R.D. se convirtió nuevamente en un adversario del PAN.

Asimismo, en este año tuvieron lugar debates entre los candidatos en televisión (un suceso jamás antes ocurrido): Francisco Labastida (PRI), Vicente Fox (PAN), y Cuauhtémoc Cárdenas (PRD). Este debate político favoreció la candidatura del aspirante panista, ganando así más simpatizantes. Vicente Fox creó un tipo de red o grupo de apoyo: el llamado “Amigos de Fox”, para así reforzar su popularidad y acrecentar el número de votos a su favor.

A este grupo no sólo pertenecían miembros del partido, sino también electores que se sentían atraídos por dicha campaña. El 2 de julio de 2000, tuvo lugar la contienda presidencial en la que participó el 63 por ciento de la población. Los resultados fueron dados a conocer pocas horas más tarde: La coalición PAN/PVEM había ganado con 43 por ciento de los votos, mientras que el PRI obtuvo el segundo lugar con 37 por ciento, y el PRD el tercer lugar con 17 por ciento de los votos.

 

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