William McKinley fue el tercer presidente de Estados Unidos en ser asesinado. El mandatario fue atacado con un arma de fuego por un fanático anarquista en 1901 mientras asistía a la Exposición Panamericana en la ciudad de Buffalo, Nueva York.
McKinley fue acribillado 36 años después del asesinato del presidente Abraham Lincoln, y 20 años después del magnicidio del mandatario James Garfield. Así, tres presidentes estadounidenses fueron asesinados en un período de 36 años, y habrían de pasar otros 62 años para que el cuarto presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, fuera muerto a tiros en Dallas, Texas el 22 de noviembre de 1963.
William McKinley fue elegido como el vigésimo quinto presidente de Estados Unidos, y en el momento del atentado habían pasado seis meses desde el inicio de su segundo mandato.
El 6 de septiembre de 1901, el jefe del Ejecutivo participaba en un acto oficial cuando acudía a la inauguración de la Exposición Panamericana y se encontraba dentro el Templo de la Música.
El presidente se encontraba en el auditorio del edificio saludando a los dignatarios y visitantes que asistían al evento. A pesar de que dos presidentes ya habían sido asesinados anteriormente, McKinley disfrutaba conocer al público y se negaba a llevar guardaespaldas o escolta de seguridad personal.
Temeroso de que el presidente fuera víctima de un atentado en la Exposición Panamericana, el secretario del presidente, George B. Cortelyou, lo quitó dos veces de participar en el programa inaugural de la exposición, pero McKinley insistió en asistir.
William McKinley saludaba a los asistentes cuando un hombre se acercó a él con un revólver ‘Iver Johnson’ calibre .32 escondido en un pañuelo blanco en la mano derecha. Cuando el presidente extendió la mano para saludarlo en su mano izquierda, el atacante le disparó dos veces en el abdomen. Solo un disparo penetró el cuerpo del presidente, el otro se incrustó en un botón de su saco.
Tras el atentado se descubrió que el homicida se llamaba León Czolgosz, un hombre de afiliación anarquista, oriundo de Detroit, Michigan, e hijo de inmigrantes polacos. Czolgosz se interesó por el anarquismo tras perder su empleo. En 1901, las autoridades estadounidenses consideraban al movimiento anarquista como una amenaza en Estados Unidos. Tras el crimen afirmó haber matado al presidente por verlo como el principal impulsor de la corrupción en el gobierno.
Tras recibir los disparos McKinley dio un paso hacia adelante, y mientras Czolgosz se preparaba para realizar un tercer disparo, James Parker, un estadounidense de ascendencia africana y española del estado de Georgia que había estado detrás de Czolgosz en la fila, se aventó contra el asesino y le quitó el arma. Más tarde varios hombres lo golpearon.
William McKinley sobrevivió inicialmente el ataque pero murió ocho días después, el 14 de septiembre, a causa de una gangrena provocada por las heridas causadas por la bala que se le incrustó en el cuerpo.
El asesino fue juzgado por el asesinato de McKinley en un tribunal estatal en Buffalo el 23 de septiembre de 1901, nueve días después de la muerte del presidente. El testimonio de la acusación duró dos días y consistió principalmente en las declaraciones de los médicos que trataron a McKinley y de varios testigos presenciales del tiroteo.
El jurado del caso encontró culpable a Czolgosz, y posteriormente fue condenado a la pena de muerte y ejecutado en la silla eléctrica el 29 de octubre de 1901. Se colocó ácido en el ataúd para disolver su cuerpo, antes del entierro en el cementerio de la prisión.
Igual que sus antecesores Abraham Lincoln y James Garfield, el presidente McKinley murió a causa de las heridas provocadas por un asesino armado que, como quienes asesinaron a los otros dos presidentes, aprovecharon la falta de seguridad personal y el exceso de confianza del jefe del Ejecutivo para acercarse a ellos y terminar con sus vidas.
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