(Ciudad de México) — La realidad de que las ruinas de una ciudad destruida yacen bajo un amplio perímetro de otra ciudad ―la Ciudad de México― no es motivo de sorpresa para nadie. No obstante, los descubrimientos arqueológicos a partir de lo que fuera Tenochtitlan no cesan de causar asombro cada vez que estos resurgen desde sus sitios milenarios, como uno ubicado en un antiguo barrio mexica.
Desde el inicio de las obras de construcción del Metro de la Ciudad de México en 1967, los arqueólogos mexicanos concluyeron que donde se hicieran excavaciones, ahí se encontrarían vestigios de la antigua ciudad de los mexicas.
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Los trabajos de construcción de este medio de transporte han devuelto de las entrañas de la tierra mexica más de 20 mil hallazgos de piezas y estructuras arqueológicas, así como hecho posible un gran número salvamentos arqueológicos.
Una década más tarde del inicio de las obras del Metro, el descubrimiento del monolito de Coyolxauhqui corroboró la deducción de los arqueólogos. El hallazgo de aquella piedra se convirtió en un hito histórico al revelar a los investigadores el sitio exacto en donde se encontraba el Templo Mayor de Tenochtitlan, lo que llevó a la excavación masiva de sus ruinas.
Nuevo hallazgo en antiguo barrio mexica
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio a conocer este lunes el descubrimiento de restos humanos en un recinto de lo que se considera fueron nobles mexicas que vivieron en el barrio mexica de Colhuacatonco.
El hallazgo se hizo bajo una antigua vivienda en el Centro Histórico de la Ciudad de México, de las conocidas como vecindades. Estas son casas grandes con varias viviendas en donde habitan distintas familias, por lo general de bajos recursos económicos.
La vivienda de dos pisos que abrió las puertas a este hallazgo se ubica en la calle República del Perú. Especialistas de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH deducen que lo hallado se trata de construcciones de nobles mexicas, o de sus familias, que habitaban en Colhuacatonco.
Lo anterior se deriva de que solamente los nobles tenían habitaciones construidas con piedra, una característica que diferenciaba sus viviendas de las de los habitantes comunes.
Parte de lo encontrado es una plataforma mexica en el lado norte del terreno. Se trata de un pequeño recinto, posiblemente de uso ceremonial, con piso pulido en muy buenas condiciones, y similar en calidad a las superficies del Templo Mayor.
Con base a la descripción de la arqueóloga María de la Luz Escobedo, el recinto es un “lugar íntimo”. Un círculo con rayos que fue plasmado con pintura negra se ubica en el centro del piso, el cual pudiera representar un escudo. Asimismo se encontró un adoratorio que aún muestra la huella de un fogón o bien donde se ponía el brasero para iluminar aquel espacio.
Los trabajos arqueológicos revelaron siete entierros de tres adultos y cuatro niños. Se estima que los entierros son contemporáneos y datan de la época del contacto de los mexicas con los españoles, según Escobedo. Las sepulturas fueron dispuestas con ofrendas sencillas.
Debido a los objetos encontrados, para los investigadores este descubrimiento representa una verdadera “cápsula del tiempo”, con una continuidad a través de cinco siglos.
“Estamos sorprendidos de la continuidad de más de 500 años, reflejada en los materiales recolectados”, afirman los arqueólogos involucrados en este trabajo.
Algunos de los objetos encontrados son:
• Molcajetes
• Platos Azteca III
• Figurillas mexicas
• Pequeños silbatos en forma de aves
• Personajes de rasgos occidentales y con sombrero
• Representaciones de monjas
• Candeleros y jarras con adornos
Una vez concluido el trabajo de excavación, estos vestigios de la cultura mexica contarán con la protección del proyecto de vivienda social al que se asignará este terreno.
Colhuacatonco: rebeldía indígena
Tras la invasión de los españoles y paulatina sumisión forzada de los nativos, se sabe que los habitantes del barrio mexica de Colhuacatonco resistieron la conquista de forma “pasiva”.
Fray Bernardino de Sahagún relata que fue en Colhuacatonco donde los mexicas capturaron una bandera española. Esta rebeldía indígena continuó aún después de que los conquistadores impusieran su dominio, de acuerdo a lo revelado en el contexto arqueológico.
Evidencia encontrada por los arqueólogos indica que los habitantes de Colhuacatonco mantuvieron una resistencia “pasiva” tras la caída la ciudad de México-Tenochtitlan en 1521.
Los vestigios de quienes habitaron este barrio mexica sacan a la luz otro eslabón arqueológico de la interminable cadena de secretos que aguardan su descubrimiento. Estos confirman y acrecientan el acervo arqueológico de Tenochtitlan. De esta manera, en palabras de Escobedo, la historia sigue hablando por la Ciudad de México.
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