Entre los iconos revolucionarios de Latinoamérica del siglo XX más reconocidos en todo el mundo se encuentra sin duda el Che Guevara.
Su historia generó numerosos artículos en los medios de comunicación al cumplirse 50 años de su ejecución en Bolivia, ocurrida el 9 de octubre de 1968, poco después de su captura en el contexto de su fallida guerrilla en ese país sudamericano.
La enorme popularidad de quien se convirtiera en símbolo de lucha para millones alrededor del mundo aumentó a partir de 1968, cuando su imagen comenzó a propagarse masivamente en carteles que se usaban durante protestas y manifestaciones.
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A partir de ese año y durante la mayor parte de los años 70s, la imagen del Che Guevara era vista de manera cotidiana en libros, revistas, posters, carteles y pancartas, para después transformarse paulatinamente en un popular producto de consumo al aparecer en un sinfín de mercancía a la venta como prendas de vestir, llaveros y calcomanías.
No obstante que la gran notoriedad de este revolucionario argentino-cubano nacido en 1928 ha menguado a través de las décadas, su vida y muerte continúan siendo causa de controversia y análisis. Entre algunos aspectos que contrastan con los ideales de Guevara a medio siglo de su muerte destacan los siguientes.
Espías cubanos de la CIA involucrados en su captura y muerte
En la década de 1950 –durante su estancia en México– Guevara se adhirió a la causa de disidentes cubanos que buscaban derrocar a Fulgencio Batista, el dictador cubano respaldado por Estados Unidos desde 1952 hasta 1959. Los servicios prestados a la Revolución cubana por el Che Guevara fueron ampliamente reconocidos por el nuevo gobierno de la isla tras la caída del régimen de Batista y del triunfo de la revolución. Guevara incluso llegó a recibir la ciudadanía cubana. Sin embargo, fueron precisamente ciudadanos cubanos como Gustavo Villoldo y Félix Rodríguez quienes operando como espías al servicio de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos colaboraron en actos que contribuyeron a su captura y ejecución. De hecho, las fuerzas especiales que lo capturaron también habían sido entrenadas por la CIA. Tenaz enemigo del capitalismo e imperialismo, se puede afirmar que el Che Guevara fue ejecutado de manera indirecta por el gobierno de EE.UU. por el papel que la CIA jugó en su búsqueda y captura. Se sabe que el gobierno estadounidense no quería precisamente la muerte de Guevara, ya que lo quería someter a interrogatorios y posteriormente a un proceso jurídico. La decisión de matarlo vino del presidente de Bolivia, René Barrientos, de quien posteriormente se reveló que formaba parte de la nómina de la CIA. Barrientos había llegado al poder mediante un golpe de estado y al final llegó a ser considerado como un dictador brutal que estuvo al servicio de intereses extranjeros. Aunque fue el gobierno boliviano quien ejecutó al revolucionario, Estados Unidos, así como opositores cubanos, tuvieron un papel determinante en la muerte de Guevara.
Ejecución sumaria en Bolivia
Algunos de los detractores del revolucionario resaltan su rol en la ejecución de lo que se estima fueron cientos de cubanos tras el triunfo de la revolución. La mayoría de los cubanos –quienes formaron parte del régimen de Batista– fueron ejecutados con juicios sumarios de muy corta duración. Irónicamente, Guevara también fue ejecutado de forma sumaria, sin un juicio y simplemente por la orden del presidente de Bolivia. Al ser capturado, el Che Guevara reveló a sus captores su identidad, pidiendo que no dispararan, ya que él consideraba que para ellos él valía más vivo que muerto. Sin embargo, Guevara fue muerto de manera expedita y casi inmediatamente después de su captura.
El Che Guevara convertido en producto comercial del capitalismo
Guevara era un férreo opositor del capitalismo estadounidense, e incluso se manifestó en contra de lo que consideraba elementos capitalistas dentro del mismo sistema socialista de la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS o Unión Soviética), lo cual manifestó en sus escritos conocidos como los ‘Cuadernos de Praga”. Resulta irónico que a través de los años su icónica imagen se haya convertido en un producto de consumo y en un artículo a la venta. Incluso en el poblado de Bolivia a donde fue llevado su cadáver tras su ejecución, existe en la actualidad una economía basada en la venta de productos relacionados a su persona. Hoy en día existen incontables productos a la venta estampados con su imagen que pueden.
Devoción religiosa al Che Guevara
La filosofía socialista y antirreligiosa de Guevara es también causa de ironía al contrastarla hoy en día con la devoción religiosa que le guardan algunos de los pobladores de los lugares asociados con la presencia del Che Guevara en Bolivia. Guevara recibe el trato de un santo católico por parte de algunas personas que le rezan e incluso piden sanaciones de parte del espíritu del Che Guevara.
Che Guevara tiene poco reconocimiento en Argentina
El culto al Che Guevara en muchos puntos del mundo es la excepción en su país natal, Argentina. El revolucionario no es objeto de homenajes oficiales, y sólo existe un controversial monumento a su memoria en Rosario, donde nació el 14 de junio de 1928, y este no fue construido por el gobierno. La historia del Che Guevara es mínimamente enseñada en las escuelas, y aunque existe un museo en la ciudad de Alta Gracia, pocos estudiantes argentinos lo visitan. Solamente existe una pequeña calle en su nombre. En Argentina, muchos cuestionan la nula contribución del Che Guevara a su país natal, notando que aunque luchó en Cuba, África y Bolivia, realmente no hizo nada por la nación sudamericana. De esta manera, uno de los argentinos más universales tiene muy poco reconocimiento en su propio país.
Ernesto Guevara de la Serna, mejor conocido como Che Guevara, nació el 14 de junio de 1928 en Rosario, Argentina, y murió el 9 de octubre de 1967 en La Higuera, Bolivia. Guevara fue un teórico y táctico de la guerra de guerrillas, una prominente figura comunista en la Revolución Cubana (1956 -59) y un líder guerrillero en Sudamérica. Después de su ejecución por el ejército boliviano, fue considerado como un héroe mártir por generaciones de izquierdistas en todo el mundo, y su imagen se convirtió en un ícono del radicalismo izquierdista y el antiimperialismo. Lee aquí su biografía.
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