Ciudades santuario en Estados Unidos, foco de arrestos de indocumentados

Durante la última semana de septiembre y las dos primeras de octubre de 2020, las autoridades federales de inmigración han ejecutado redadas de inmigración para capturar a indocumentados con antecedentes penales en ciudades santuario. Foto: Michael Johnson | ICE
Durante la última semana de septiembre y las dos primeras de octubre de 2020, las autoridades federales de inmigración han ejecutado redadas de inmigración para capturar a indocumentados con antecedentes penales en ciudades santuario. Foto: Michael Johnson | ICE

(Washington, D.C.) — A menos de 20 días de las elecciones presidenciales, las llamadas ‘ciudades santuario’ continúan en la mira de las autoridades federales para capturar a indocumentados prófugos del sistema de inmigración de Estados Unidos.

Este viernes el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) anunciaron los resultados de sus operativos de inmigración efectuados del 3 al 9 de octubre, los cuales concluyeron con el arresto de más de 170 extranjeros en varios estados del país.


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Esta vez, las redadas migratorias se centraron en ciudades santuario como Seattle, Denver, Nueva York, Filadelfia, Baltimore y Washington D.C., en donde las autoridades federales no cuentan con la cooperación de las agencias del cumplimiento de la ley locales, que ponen en libertad a indocumentados que cometieron algún delito aún con una orden de deportación pendiente.

En un comunicado, ICE informó que más del 80 por ciento de los extranjeros que arrestaron tenían antecedentes o cargos penales pendientes en el momento de su captura. Datos adicionales revelan que varios detenidos ya había sido previamente deportados del país.

Los operativos de ICE localizaron a delincuentes indocumentados que a pesar de tener órdenes de detención de inmigración activas en jurisdicciones dentro de ciudades santuario, no fueron entregados a las autoridades de inmigración.

Los arrestos se ejecutaron en el marco del ‘Operativo RISE’, el cual está dirigido a jurisdicciones que no cumplen con las solicitudes de ICE de retener a los inmigrantes encarcelados para que ICE pueda detenerlos y procesarlos.

Cuando un individuo prófugo de las leyes de inmigración es detenido por autoridades locales o estatales, ICE presenta una detención de inmigración activa (detainer en inglés) solicitando que previo a ser liberada, la persona les sea entregada para ser puesta en un proceso judicial con miras a su deportación.

Cuando las autoridades locales en ciudades santuario —como en las que se llevó a cabo esta nueva ola de operativos migratorios— liberan a un individuo sin tomar en cuenta la orden detención de inmigración de ICE, la persona es rastreada, identificada y detenida por las autoridades federales de inmigración.

Durante las más recientes redadas, solamente en el área de la ciudad de Nueva York, agentes federales arrestaron a casi 50 personas indocumentadas y con antecedentes penales como delitos sexuales, agresión, robo, negligencia familiar y manejar un vehículo bajo la influencia del alcohol o drogas.

Ciudades santuario, redadas y política

Los recientes operativos, incluyendo los efectuados del 28 de septiembre al 2 de octubre en California, han sido catalogados por activistas y organizaciones que abogan por los indocumentados como una maniobra electorera de la Casa Blanca para mantener el tema de la inmigración ilegal en la mente de votantes republicanos que respaldan la política del el presidente Donald Trump sobre este tema.

Las redadas suceden en el contexto de las campañas políticas de Trump y su contendiente demócrata Joe Biden, quienes se encuentran en la recta final hacia la elección presidencial del 3 de noviembre.

Desde su primera campaña y el inicio de su mandato en 2017,  Trump prometió medidas enérgicas en contra de la inmigración ilegal, incluyendo la construcción del controversial muro fronterizo en la frontera México-Estados Unidos.

A la fecha, Trump ha firmado más de 400 decretos presidenciales sobre inmigración que implican medidas más restrictivas y sanciones más severas. El gobierno del presidente ha dejado en claro que está comprometido a aumentar la aplicación de la ley de inmigración y reducir la inmigración.

Hasta ahora, el presidente ha logrado la construcción de casi 350 millas de muro fronterizo, eliminando el asilo en la frontera entre Estados Unidos y México, y dificultando en general la inmigración legal al país.

De ganar un segundo mandato, Trump ha dicho que continuará impidiendo que los indocumentados, así como inmigrantes legales potenciales, reciban beneficios públicos, aumentando las deportaciones de pandilleros, combatiendo la trata de personas, y tomando medidas enérgicas contra las ciudades santuario.

El Instituto de Política Migratoria, una organización no partidista que aboga para mejorar las políticas de inmigración e integración, afirmó en un reciente artículo que Trump “continúa promoviendo una visión oscura del papel que juegan los inmigrantes en la economía y la sociedad”.

El presidente, ahonda el artículo, “ha caracterizado las posiciones de los demócratas como alentadoras de la violencia y el caos, y ha calificado el plan de inmigración del candidato demócrata Joe Biden como ‘el plan de inmigración más radical, extremo, imprudente, peligroso y mortal jamás presentado por un candidato de un partido importante’”.

Una encuesta del Centro de Investigación Pew en julio y agosto reveló que el 52 por ciento de los votantes piensa que la inmigración era un tema importante, un porcentaje por debajo del 70 por ciento que opinó lo mismo a mediados de 2016.

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