PHOENIX — Miembros de la comunidad tribal y activistas se reunieron el martes en la Wesley Bolin Memorial Plaza para realizar una ceremonia en honor a Emily Pike, la adolescente de 14 años asesinada en enero, antes de marchar hacia el Capitolio de Arizona para exigir justicia. El mitin puso de relieve la crisis de indígenas desaparecidos y asesinados (MMIP, por sus siglas en inglés).
Los restos de Pike fueron encontrados el mes pasado en el condado de Gila, a casi 160 kilómetros (100 millas) de donde fue vista por última vez el 27 de enero en Mesa. Las autoridades, entre ellas la Oficina del Alguacil del Condado de Gila, el FBI y la Policía Tribal, continúan la búsqueda de su asesino. Su caso se ha convertido en un símbolo de la lucha por una mayor respuesta ante la crisis de personas indígenas desaparecidas en Estados Unidos.
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Un patrón de desapariciones
Manifestantes portaban carteles para subrayar que la muerte de Pike no es un caso aislado. Según datos oficiales, al menos 91 indígenas siguen desaparecidos en Arizona, aunque defensores de derechos humanos advierten que la cifra real podría ser mayor debido a la falta de registros adecuados y a la compleja jurisdicción entre agencias tribales, estatales y federales.
Organizaciones comunitarias han denunciado la falta de urgencia en la respuesta de las autoridades cuando desaparece una persona indígena. En muchos casos, las denuncias son clasificadas como huidas voluntarias, lo que reduce los recursos y la prioridad de la investigación. Pike fue reportada inicialmente como una menor fugitiva de un hogar grupal, una designación que, según activistas, representa un obstáculo para la pronta localización de personas desaparecidas.
Presión por reformas legislativas
Durante la manifestación, los participantes instaron a los legisladores a aprobar el proyecto de ley HB 2281, que establecería un sistema de alerta estatal para indígenas desaparecidos, similar a la Alerta Amber utilizada en casos de menores secuestrados.
Defensores de la propuesta sostienen que un sistema de alerta específico podría haber acelerado la búsqueda de Pike y aumentado la posibilidad de encontrarla con vida.
Sistemas similares han sido implementados en Montana, Washington y Canadá, con resultados positivos en la difusión y localización de personas indígenas desaparecidas.
Un hallazgo preocupante
Los restos de Emily Pike fueron encontrados el 14 de febrero cerca del marcador de milla 277 en la autopista U.S. 60, aproximadamente a 30 kilómetros (19 millas) al norte de Globe. Hasta el momento, las autoridades no han revelado detalles sobre las circunstancias de su muerte, pero han conformado un grupo de trabajo interinstitucional para continuar la investigación.
Algunos manifestantes han expresado preocupación por el lugar donde fue hallada, señalando que en el pasado se han encontrado los restos de otras mujeres indígenas en zonas remotas similares. Organizaciones comunitarias advierten que esto podría formar parte de un patrón de violencia contra mujeres indígenas, un problema de larga data en Estados Unidos y Canadá.
Una lucha en crecimiento
La manifestación en Phoenix es parte de una serie de marchas, vigilias y esfuerzos comunitarios para mantener la atención en el caso de Pike y en la crisis de indígenas desaparecidos y asesinados (MMIP por sus siglas en inglés). Líderes tribales y activistas han exigido mayor transparencia en las investigaciones, más financiamiento para agencias tribales y una mejor coordinación entre los distintos niveles de gobierno.
La tribu de Pike ha ofrecido una recompensa de 75,000 dólares por información que conduzca al arresto de los responsables. Cualquier persona con información puede comunicarse con la Oficina del Alguacil del Condado de Gila o enviar pistas de manera confidencial a través de un servicio de denuncias en línea.
Al concluir la marcha frente al Capitolio de Arizona, los participantes reafirmaron su compromiso de seguir luchando, no solo por Emily Pike, sino por cada persona indígena que ha desaparecido sin respuestas.
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