En 1968 el mundo fue testigo de una abierta rebelión de los jóvenes. La juventud tomó como escenario de sus protestas las calles de ciudades como Berlín, París y México. Fue un año de protestas, esperanza y desilusión. Medio siglo después el mundo recuerda 1968 como un año de rebelión juvenil.
A mediados de la década de 1960, recintos universitarios en Estados Unidos y Europa servían como escenario catalizador de las denuncias contra la guerra de Vietnam. Los estudiantes demandaban el retiro de Estados Unidos del conflicto armado.
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Para 1968, el movimiento estudiantil no solamente cuestionaba la guerra en el sudeste asiático sino a toda la sociedad. Mientras la juventud del mundo criticaba el sistema del capitalismo, abogaban por la libertad sexual, el feminismo y la ecología.
La rebelión de los jóvenes en Europa
En Alemania, una protesta contra el intento de asesinato del líder estudiantil Rudolf “Rudi” Dutschke el 11 de abril, inició una serie de revueltas en Berlín, y en decenas de ciudades alemanas. Dutschke fue un prominente portavoz del movimiento estudiantil alemán de los años sesentas.
En Francia, la universidad de Nanterre, cerca de París, se convirtió en el foco de protestas. El centro universitario fue cerrado en abril de ese año, pero en la noche del 10 de mayo los enfrentamientos se convirtieron en una insurrección en la capital de Francia.
Dos días más tarde, los obreros franceses se unieron a las protestas estudiantiles, lo que condujo a una huelga general que paralizó el país durante varias semanas.
El primer ministro francés Charles De Gaulle disolvió la Asamblea Nacional el 30 de mayo. Sus partidarios realizaron una manifestación ese mismo día y ganaron las elecciones legislativas en junio.
El movimiento se extendió a otros países como Italia, Turquía y Japón, además de varios países latinoamericanos, como México.
Masacre en la Plaza de las Tres Culturas de México en octubre de 1968
El 2 de octubre en la Ciudad de México fuerzas del gobierno mataron al menos a decenas estudiantes y civiles faltando 10 días para la inauguración de los Juegos Olímpicos de 1968. La masacre ocurrió mediante una intervención militar y un grupo de civiles armados cuando los jóvenes realizaban una manifestación en la Plaza de las Tres Culturas, en el complejo habitacional Tlatelolco.
Los jóvenes venían demandando desde el inicio del verano de 1968 la apertura democrática del país.
Según la versión oficial, cerca de 40 estudiantes murieron en la Plaza de las Tres Culturas, pero organizaciones civiles contradijeron esa cifra afirmando que la noche de la masacre murieron entre 200 y 300 personas.
La masacre quedó impune a pesar de los fuertes reclamos e intentos en los tribunales mexicanos de juzgar a Luis Echeverría Álvarez, quien al tiempo de la matanza de estudiantes fungía como secretario de Gobernación, y quien en el siguiente sexenio ocupara la silla presidencial (1970-1976).
La matanza fue la respuesta del gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) para terminar de golpe con el movimiento estudiantil antes de la apertura de los Juegos Olímpicos.
Protestas en los Juegos de la XIX Olimpiada
Durante las Juegos Olímpicos, dos atletas negros estadounidenses subieron al podio a recibir sus respectivas medallas con los puños cerrados en alto en forma de protesta en contra la desigualdad racial en su país.
La protesta silenciosa de los atletas Tommie Smith y John Carlos se convirtió en una imagen icónica del movimiento por los derechos civiles en EE.UU. Peter Norman, un tercer atleta de nacionalidad australiana, se mantuvo en silencio mostrando su solidaridad portando la insignia del Proyecto Olímpico para los Derechos Humanos en su chamarra.
Los tres atletas eran miembros del Proyecto Olímpico para los Derechos Humanos, un grupo de deportistas que buscaban, además de competir, valerse de los Juegos Olímpicos como una plataforma para llamar la atención del mundo a las injusticias raciales en Estados Unidos.
La primavera de Praga de 1968
Las protestas que marcaron 1968 también ocurrieron en el bloque comunista.
En Checoslovaquia, Alexander Dubcek, nombrado como líder del partido comunista en enero, instigó las reformas liberales de la Primavera de Praga en 1968, cuando el país experimentó más libertades, ya que parecía encontrar su propia identidad individual mientras permanecía como un país comunista, en lo que se llamó “socialismo con rostro humano”.
Pero Moscú no aceptó la primavera de Praga y el 21 de agosto envió los tanques del Pacto de Varsovia para invadir el país. Checoslovaquia tuvo que esperar 20 años para ver resurgir la esperanza.
Polonia también vivió su “primavera” en marzo de 1968 mediante una revuelta estudiantil fuertemente reprimida por el régimen comunista. Como varios líderes estudiantiles eran judíos, las autoridades lanzaron una campaña antisemita que obligó a varias personas a emigrar fuera de Polonia.
Asesinatos de King y Kennedy en Estados Unidos
En Estados Unidos, 1968 también fue un año trágico para activistas que venían luchando por cerca de una década en contra la segregación racial. El pastor negro Martin Luther King, Jr. y premio Nobel de la Paz 1964, fue asesinado el 4 de abril por un segregacionista blanco de nombre James Earl Ray en Memphis, Tennessee.
Su asesinato desató la furia negra con disturbios en grandes ciudades del país que dejaron más de 45 muertos, más de 2 mil 500 heridos y más de 15 mil detenidos.
Otro asesinato que estremeció a Estados Unidos poco después del de King en Los Ángeles, California fue el del senador y aspirante presidencial Robert Kennedy, hermano del presidente John Kennedy, asesinado en 1963. La noche del 6 de junio de 1968, tras su victoria como candidato en las elecciones primarias demócratas de California, Bob Kennedy fue asesinado a quemarropa por un palestino con ciudadanía jordana de nombre Sirhan Sirhan.
ENLACE EXTERNO → Consulta el Archivo Histórico de la UNAM sobre 1968
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