Una lucha prolongada, entrevista con el organizador comunitario Salvador Reza

Salvador Reza, aquí en el edificio de la organización Tonatierra en Phoenix, cree que el trabajo para que el pueblo reconozca sus raíces indígenas es una lucha a largo plazo. Foto: Jon Hernández © 2007
Salvador Reza, aquí en el edificio de la organización Tonatierra en Phoenix, cree que el trabajo para que el pueblo reconozca sus raíces indígenas es una lucha a largo plazo. Foto: Jon Hernández © 2007

Parte de esta entrevista hecha por Eduardo Barraza, editor de Barriozona Magazine, al organizador comunitario Salvador Reza se realizó durante un vuelo de avión de la ciudad de Phoenix, Arizona a la Ciudad de México el 8 de mayo de 2007, y otra parte en las oficinas de la organización Tonatierra, en Phoenix, el 12 de junio de 2007. En esta segunda parte, Reza habla sobre los desafíos en la lucha por una reforma migratoria.


PRIMERA PARTE Organizador de taqueros, jornaleros e inmigrantes
SEGUNDA PARTE Aprender del pueblo


Basándose en el contexto migratorio actual de Arizona —y del país— ¿cuáles son los retos que se pueden esperar en el futuro inmediato?

Básicamente, dentro del contexto de Estados Unidos, es bien difícil ver cómo se van a mejorar las cosas, porque aún si se mejoran para algunos, se van a empeorar para otros. Aún si algunos llegan a entrar dentro de la famosa reforma migratoria —si es que pasa— muchos de ellos se van a convertir en “criminales” automáticos, Nosotros no pensamos que por ahí va la salida; claro, se va a luchar para que todos los que puedan entrar que entren, y a la misma vez, más bien para nosotros, es llegar a la concientización, al punto en donde la gente conozca su historia, conozca de dónde viene, que esté en algún momento de hacer lo que hizo Joe Kennedy, el indígena [de la tribu Western Shoshone de Estados Unidos] que en marzo [27 del 2007] fue hasta Guatemala con su propio pasaporte, porque se reconoce él mismo como indígena y porque su pueblo se reconoce a sí mismo como indígenas, y pudieron ir hasta Guatemala con su propio pasaporte [para asistir a la III Cumbre Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas de Abya Yala], y volver e ir a Europa con su propio pasaporte y volver. Ahora, no estamos nosotros en ese nivel —estoy hablando del pueblo mexicano, del pueblo chicano, a los que nos han robado la memoria. Nosotros no estamos en ese nivel, porque, cómo podemos ir nosotros ante la “migra” y decirle, “Sabes qué, yo soy indígena, cuando ni siquiera te crees indígena, ¿no?, cuando ni siquiera lo reconoces. Para nosotros, esa es la lucha que tenemos a la larga. En lo inmediato, pues viene la educación, la concientización en todos los niveles donde se pueda, y tratar de mantener los espacios que se han abierto, digamos como el Centro de Trabajo [Macehualli], los negocios que se han abierto a través de taqueros, este pequeño edificio [de la organización Tonatierra] que tenemos aquí; empezar y seguir con las Jornadas de Paz y de Dignidad que van a seguir en el 2008, los vínculos internacionales con Sudamérica —yo digo “América” porque así nos los dicen, pero en realidad es “Abya Yala”, que es el continente nuestro—, todas esas cosas en donde los vínculos con los propios pueblos y entre los mismos pueblos van a comenzar a cambiar los estados nacionales. Si no hay esos vínculos con esos pueblos, los estados nacionales no van a cambiar. Por ejemplo, formas esos vínculos entre los pueblos —cuando van todos los pueblos indígenas representados a través del Foro Permanente de las Naciones Unidas—, y que van ante el Nuncio Papal, y el Nuncio Papal les dice que la bula papal Inter caetera está abrogada, en otras palabras, el Vaticano ya la quitó, ya no está vigente, pues ese es un cambio, ¿no? —cuando menos a nivel legal, que no hubiera salido nunca si no hubiera sido por la presión de los mismos pueblos continentalmente. Eso es lo que se tiene que hacer. Aquí, a “nivel de hormiga”, pues tenemos que seguir trabajando en los barrios, seguir trabajando con los Calpullis, aunque no se llamen ellos así —asambleas de pueblo—, llámense como se llamen, hacen el mismo efecto y trabajan en la misma cosa, en donde en lugar, como dije anteriormente, en lugar de tratar de movilizar masivamente, hacer el trabajo en cada vecindario y lograr organizar —esa organización básica que se necesita—, para que después, por ejemplo, cuando se va a votar por algo, o se va a votar por alguien, cuando menos ya tienen los vínculos para que digan, “Sabes qué, Russell Pearce, en [la ciudad de] Mesa, tenemos que sacarlo”, que haya bastante gente que lo pueda sacar, o alguien como [Jim] Weiers o alguien como [el Representante] Ben Miranda, para qué decirlo que no; por lo menos ponerle “la lumbre en los talones” y decirle: “¿Cómo puedes estar votando [en la Legislatura a favor] por estas cosas, cuando dices que estás por nosotros?” Eso es lo que tiene que hacer el pueblo, no nomás que lo usen, ni lo manipulen, ni lo mangoneen como les gusta hacerlo.


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Salvador Reza impartiendo un taller en la ciudad de Prescott, Arizona, acerca de los métodos para una organización efectiva de los jornaleros . Foto: Eduardo Barraza © 2008
Salvador Reza impartiendo un taller en la ciudad de Prescott, Arizona, acerca de los métodos para una organización efectiva de los jornaleros. Foto: Eduardo Barraza © 2008

¿Es más fácil para la gente seguir a un supuesto líder que les da “la fórmula” y que les digan, “ustedes nomás síganme”, que estar dispuesta a trabajar al nivel de barrios y familias al que te refieres?

Mira, depende del trabajo que se haga. La gente se moviliza porque hay un vacío, y cuando hay un vacío, una voz en el vacío se escucha. El vacío es que no hay organización real, y las organizaciones que hay son organizaciones mediatizadas; mediatizadas ya sea por los poderes mismos desde [el gobierno de] la ciudad [de Phoenix], por diferentes organizaciones no lucrativas, hasta organizaciones como Inmigrantes sin Fronteras, que manejan muy bien los medios de comunicación, y entonces manejan el mensaje. Al haber ese vacío, la voz en el vacío es la que llama. Sin embargo, el trabajo verdadero va a ser el trabajo que se haga en los barrios. Además, la gente, si se hace una movilización, como no hay nada, lo va a hacer porque está desesperada. Mucha de la gente [me] dice, “Sabe qué, yo voy ir a la marcha”, y luego le preguntó, “¿Por qué vas a ir a la marcha?”, [y me contestan] “No, es que tiene que haber un cambio en la reforma migratoria?”, [y le vuelvo a preguntar], “¿Y tú sabes lo que se está pidiendo en esa marcha?”, [y me contestan], “Pues que haya una reforma migratoria”, [entonces les respondo], “Okay, ¿sabes específicamente, por ejemplo, de los trabajadores huéspedes y lo que dice el programa de trabajadores huéspedes, de que tienes que estar atado a un patrón?”, [luego me preguntan], “¿Cómo que tienes que estar atado a un patrón?”, [les explico], “Solamente si el patrón te pide vas a poder venir, y si el patrón no te pide entonces no puedes venir, ¿sabes eso?”; no saben eso. Entonces, en esas cosas no hay bastante información para la gente, se maneja con ambigüedades. Es como manejar la democracia, ¿no? —toda la gente es pro-democrática—, no saben lo que quiere decir “democracia”, y no lo saben porque la democracia que ellos conocen es como el nacionalismo, es como la patria, y eso es lo que pasa. Yo pienso que los líderes individuales en el sistema en el que operamos, van a seguir teniendo efecto y van a seguir movilizando —ponle que hasta a 100 mil personas—, pero esas 100 mil personas cuando se acaba la marcha, se van a su casa y siguen en su misma rutina y no se organizan en su barrio, no se organizan en su escuela, no se organizan en sus iglesias—quizás en la iglesias un poco más, porque ya están más organizadas. Entonces cuando, por ejemplo, están maltratando a su hijo en la escuela, que no le están enseñando bien, no van y le ponen presión a esa escuela o a ese distrito escolar o a ese maestro para que cambien sus cosas. Ahí es donde haces los cambios o no los haces, y al final de cuentas, ya para cuando —por ejemplo ahorita— si tuviéramos un pueblo organizado, el Superintendente de Educación [Pública de Arizona], Tom Horne, no implementaría las cosas que implementa; no se hubiera implementado [la medida de] “English Only” [solamente inglés], que eso es más dañino para nosotros que muchas cosas, porque a los niños les dicen, “Okay, si pueden ir a la escuela porque la Corte Superior dice que si vayan a la escuela”, pero ya que van a la escuela y hablan español, los castigan, a los maestros si hablan español los castigan. Al rato, por ejemplo, si alguien va a un departamento [del gobierno], la ciudad a pedir información le piden papeles [de estatus legal]. Le dicen, “¿Estás seguro que estás legal aquí en Estados Unidos?”, porque no les hablan en inglés. Entonces el “English Only” y todo eso son cosas que se pueden cambiar si estamos organizados. Si no estamos organizados entonces se hace un voto allá en la legislatura y la legislatura siempre gana. Por eso tenemos que ser muy sofisticados, y no quiero decir que muchas organizaciones no están sofisticadas; están teniendo mucha sofisticación como [la organización] Somos América, los sindicatos; hay mucha sofisticación, pero aún esos [grupos] no vienen de abajo pa’ arriba, vienen de arriba pa’ bajo. Claro, pararon que los policías se hicieran “migras” [que hicieran funciones como si fueran agentes de inmigración], la iniciativa [de ley] que iban a poner. Somos América, a través de la ayuda de los sindicatos, lo pararon [el intento de aprobar esa iniciativa.] Retaron los votos, retaron las firmas, utilizaron la tecnología, hicieron el mismo juego que ellos [los legisladores] jugaban y lo pararon. Si hubiera pasado eso, estuviera ahorita peor de lo que estamos. Pero a la misma vez sacó a flote a [el gobierno de] la Ciudad de Phoenix, que de todos modos hizo un trato con Homeland Security [Departamento de Seguridad Nacional] para entrenar diez policías supuestamente y diez “migras” [agentes de inmigración], que esos diez policías se van a ser 100 pronto, mil, dos mil, tres mil, y al rato todos los policías van a hacer eso. Otro cambio que pasó, es que ahora el policía no deja pasar a alguien que traiga una licencia “chueca” [fraudulenta] de México, cuando antes no le importaba, pero ahora está revisando; si la licencia es “chueca” de México, automáticamente le pone cargos de [portar] documentos falsos, lo meten a la cárcel, no le dan bail [fianza] –porque [tampoco] ya no les dan bail– lo deportan; tan sencillo como eso. Entonces están utilizando las técnicas [del Servicio de Inmigración] sin decirse que son “migras”. Entonces [todo] eso, si no estamos organizados, no lo podemos parar.

En el año 2007, ¿estamos mejor o peor que cuando el niño Salvador Reza recibió los tablazos de castigo en su escuela en Texas por hablar español cuando asistía al kínder?

Estamos peor, porque ahora son tablazos invisibles.


Salvador Reza habla con un reportero de un canal local rodeado de un grupo de abogados y activistas después de dar una conferencia de prensa frente al Capitolio de Arizona en la ciudad de Phoenix. Foto: Eduardo Barraza © 2011
Salvador Reza habla con un reportero de un canal local rodeado de un grupo de abogados y activistas después de dar una conferencia de prensa frente al Capitolio de Arizona en la ciudad de Phoenix. Foto: Eduardo Barraza © 2011

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