(Estados Unidos) — Frente al aumento récord de muertes por sobredosis de drogas en Estados Unidos y al crecimiento de los homicidios en México, se ha cuestionado la efectividad de la cooperación en seguridad entre ambos países, llevando al Congreso estadounidense a revisar su enfoque.
El informe recientemente publicado por el Servicio de Investigación del Congreso (CRS), titulado “Cooperación en materia de seguridad entre Estados Unidos y México: de la Iniciativa Mérida al Marco Bicentenario”, arroja luz sobre la evolución de esta asociación desde 2008 hasta la actualidad.
El informe destaca estadísticas preocupantes, revelando que la tasa de homicidios en México se triplicó de 2007 a 2021, alcanzando 28 por cada 100,000 personas. Simultáneamente, las muertes por sobredosis de drogas en Estados Unidos aumentaron de 27,700 en 2007 a la asombrosa cifra de 107,000 en 2021, siendo el 66 por ciento atribuible al fentanilo, principalmente proveniente de México.
Este sombrío panorama ha suscitado dudas sobre la eficacia de iniciativas anteriores, especialmente la Iniciativa Mérida, sentando las bases para evaluar el recientemente adoptado Marco Bicentenario para la Seguridad, la Salud Pública y las Comunidades Seguras entre Estados Unidos y México.
La Iniciativa Mérida, surgida de un llamado a una mayor cooperación del entonces presidente mexicano Felipe Calderón en 2007, inicialmente se enfocó en la lucha contra los narcóticos, la seguridad fronteriza y el contraterrorismo. A lo largo de los años, la asociación enfrentó desafíos, incluyendo preocupaciones sobre derechos humanos y una creciente variedad de prioridades sin una financiación proporcional.
En la fase final, de 2018 a 2021, bajo el presidente Donald Trump, hubo un cambio de enfoque, poniendo énfasis en controlar la migración irregular y reducir la producción de drogas sintéticas, dejando de lado los esfuerzos para institucionalizar el sistema de justicia y los derechos humanos.
No obstante, la Iniciativa Mérida experimentó más contratiempos bajo el gobierno del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien criticó y redujo la cooperación en seguridad con Estados Unidos, especialmente después de la disolución de la policía federal en 2019.
La pandemia de COVID-19 obstaculizó aún más los esfuerzos bilaterales, y el arresto del exministro de Defensa Salvador Cienfuegos en 2020 tensó las relaciones.
El punto de inflexión parece ser el Marco Bicentenario introducido en 2021, que aboga por un enfoque holístico de “todo el gobierno”. Los esfuerzos de la Administración Biden por reconstruir las relaciones resultaron en el Diálogo de Seguridad de Alto Nivel en octubre de 2021, allanando el camino para el Marco, compuesto por tres pilares centrados en la salud pública, la prevención del delito transfronterizo y la persecución de redes criminales.
Los eventos más recientes, a partir de marzo de 2023, resaltan el inicio de la “fase dos” del Marco, dirigida a la producción de fentanilo, el tráfico de armas y las organizaciones criminales transnacionales. Aunque se observan algunos avances, persisten las incógnitas, especialmente en relación con la inclusión del control migratorio y la idoneidad del apoyo de Estados Unidos a la corrupción y los esfuerzos de fortalecimiento institucional en México.
Según la Agencia Contra el Control de Drogas (DEA), el fentanilo producido ilícitamente, procedente principalmente de laboratorios encubiertos en el extranjero y traficado a Estados Unidos a través de México, está permeando el país y circulando dentro del tráfico ilícito de drogas.
La sustancia se mezcla con otras drogas ilegales para mejorar su potencia, se comercializa en forma de polvos y aerosoles nasales y se fabrica cada vez más en forma de píldoras falsificadas diseñadas para imitar los auténticos opioides recetados.
Debido a la ausencia de supervisión oficial y control de calidad, estas píldoras fraudulentas con frecuencia contienen dosis fatales de fentanilo, sin lograr administrar ninguno de los supuestos medicamentos.
El informe señala que las principales preocupaciones incluyen la falta de énfasis en los derechos humanos, la transparencia y la rendición de cuentas por abusos cometidos en el pasado por las fuerzas de seguridad mexicanas. Un informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental de septiembre de 2023 también cuestionó cómo se medirá la eficacia del Marco.
El Congreso de Estados Unidos, como actor clave, tiene la autoridad para influir en el Marco Bicentenario mediante asignaciones, legislación y supervisión. La solicitud de presupuesto de asistencia exterior para el año fiscal 2023 incluyó $141.6 millones para México, y se están llevando a cabo discusiones sobre la solicitud del año fiscal 2024.
La versión aprobada por la Cámara del proyecto de ley de asignaciones destaca la retención de la ayuda hasta que el gobierno mexicano combata el tráfico de fentanilo y las TCO, reflejando preocupaciones sobre la efectividad del Marco.
Mientras la asociación de seguridad entre Estados Unidos y México enfrenta estos desafíos, el Congreso sigue siendo fundamental para dar forma a la trayectoria de la cooperación mediante decisiones de financiamiento bien pensadas y supervisión estratégica.
En el preocupante contexto del aumento de las sobredosis de drogas en Estados Unidos y de los homicidios en México, el futuro de esta alianza crucial depende de abordar la compleja red de problemas que rodean la salud pública, el crimen transfronterizo y las redes criminales.
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