(Estados Unidos) — Un estudio reciente está desafiando las ideas arraigadas sobre los patrones migratorios y los orígenes lingüísticos de los pueblos indígenas de California.
Titulado “Continuidad genética y cambio entre los pueblos indígenas de California“, el estudio en inglés, publicado el 22 de noviembre, presenta evidencia sorprendente de que cazadores-recolectores de México emigraron a California hace más de 5,000 años. Este hallazgo remodela nuestra comprensión del rico tejido cultural y lingüístico de la región.
El autor líder del estudio, Nathan Nakatsuka, genetista de poblaciones y becario postdoctoral en el Centro del Genoma de Nueva York, basó su investigación en datos de todo el genoma de 79 individuos antiguos en California y 40 del norte de México.
El estudio revela una continuidad genética entre las personas de las Islas del Canal del Norte de California y las de la costa continental adyacente de Santa Bárbara a lo largo de un lapso de 7,400 años.
Nakatsuka y el resto del equipo de investigadores se adentraron en el estudio del ADN antiguo al extraerlo de dientes y huesos de restos humanos en 79 asentamientos antiguos descubiertos en sitios arqueológicos del centro y sur de California. Estos restos se remontan a un período que abarca desde hace 7,400 hasta 200 años.
Asimismo, se extrajo ADN antiguo de los restos de 40 individuos provenientes de sitios en las regiones noroeste y centro-norte de México, fechados en un periodo que va desde 2,900 hasta 500 años atrás.
Al comparar los genomas antiguos de 119 individuos, los investigadores descubrieron evidencia que señala hacia una mayor migración desde el norte de México hacia las regiones del sur y centro de California hace aproximadamente 5,200 años.
Esta investigación reveló relaciones genéticas significativas entre individuos antiguos del noroeste de México y aquellos del sur y centro de California en ese periodo.
Hallazgos desafían la narrativa sobre los antiguos pueblos indígenas de California
Este descubrimiento desafía las suposiciones actuales y propone que las lenguas uto-aztecas pueden haber sido introducidas en la región casi 1,000 años antes de lo que se creía anteriormente. La investigación de Nakatsuka desafía la creencia popular de que estas lenguas se extendieron hacia el norte con la migración de las comunidades productoras de maíz desde México.
Uto-azteca es una familia de lenguas indígenas de América, compuesta por más de treinta idiomas. Estas lenguas están predominantemente ubicadas en el oeste de Estados Unidos y México. El nombre de esta familia lingüística fue concebido para reflejar que abarca tanto la lengua ute de Utah como las lenguas nahuas (también conocidas como aztecas) de México.
Antes de la colonización europea, California contaba con más diversidad lingüística que toda Europa junta. El estudio revela que la complejidad lingüística de la región incluye importantes grupos como el álgico, el atabasco, el yukiano, el utiano y el chumashan.
Este último caracterizó a las Islas del Canal del Norte y al continente adyacente en la región de Santa Bárbara. En el sur de California, las lenguas uto-aztecas dominaban, siendo ejemplos destacados el tongva y el payomkawichum.
Esto sugiere una migración sustancial hacia el norte que podría haber jugado un papel en la difusión de las lenguas uto-aztecas, desafiando la narrativa de que la lengua y la agricultura se difundieron simultáneamente.
Es importante destacar que el estudio se fundamenta éticamente*, con consultas realizadas con comunidades indígenas en California y México durante todo el proceso de investigación. Los coautores colaboraron estrechamente con las comunidades Chumash, Tongva y Ohlone, asegurándose de que el estudio reflejara sus perspectivas y prioridades.
El documento aborda preocupaciones comunitarias clave, como la comprensión de las relaciones entre los pueblos antiguos y la distribución histórica de las lenguas indígenas.
Los hallazgos arrojan luz sobre la intrincada historia de los pueblos indígenas de California, sugiriendo que hace más de 5,000 años, poblaciones relacionadas con hablantes uto-aztecas del noroeste de México moderno emigraron a la región, influyendo en los paisajes genéticos y lingüísticos.
Esto cuestiona la noción de que la expansión de la agricultura fue el único impulsor de los cambios demográficos y lingüísticos en la zona.
En conclusión, la investigación de Nakatsuka no sólo redefine la historia antigua de California, sino que también subraya la importancia de la colaboración comunitaria y las consideraciones éticas en los esfuerzos científicos.
Las implicaciones de este estudio se extienden más allá de la genética y llegan al corazón de la diversa herencia cultural y lingüística de California.
ENLACE EXTERNO → Accede el estudio (en inglés)
* Los autores del estudio advierten que el descubrimiento científico es un proceso dinámico e iterativo, y que su estudio no representa la última palabra a nivel científico, ya que investigaciones adicionales seguirán refinando y mejorando los modelos e interpretaciones. También subrayan que la ascendencia genética difiere de la identidad, que a menudo se fundamenta en relaciones sociales en lugar de vínculos biológicos. Los investigadores afirman que es crucial entender que los hallazgos genéticos no deben interpretarse como un desafío a la identidad cultural.
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