Los mexicas de Tenochtitlan son una de las culturas antiguas de México que más han sido estudiadas durante los últimos siglos y en la actualidad. Recientes descubrimientos arqueológicos en el núcleo de su civilización continúan revelando nuevos datos sobre su esplendor y posterior caída.
Hace casi cuatro décadas, el hallazgo fortuito de una misteriosa y antigua piedra labrada en la Ciudad de México abrió la compuerta a uno de los proyectos de excavación arqueológica más importantes y duraderos de la historia de esta disciplina, así como a una larga lista de importantes descubrimientos de la arqueología mexicana.
Fue en 1978 cuando el monolito de Coyolxauhqui volvió a ser expuesto de forma casual a la luz después haber permanecido enterrado durante siglos, ante la mirada atónita de los especialistas que acudieron a las calles del centro de la ciudad a ver de qué se trataba aquel hallazgo accidental.
La ubicación de esa mítica piedra ―representante de la deidad de la luna en la mitología mexica― daría lugar a un proyecto de excavación masiva de las ruinas de lo que fuera el Templo Mayor de aquella antigua civilización, cuya edificación se desarrolló de 1325 a 1519, a través de varias etapas de ampliación.
Los mexicas de Tenochtitlan, rodeados de misterio
Los trabajos de excavación de estos vestigios se convirtieron en un parteaguas de la arqueología mexicana, ya que a medida de que los expertos en diversas disciplinas desenterraban fabulosos artefactos y estructuras, y daban a conocer sus sorprendentes hallazgos, la sociedad mexicana y el mundo podían asomarse por fin a conocer muchos de los misterios asociados a la religión, la vida, la muerte y las costumbres de la cultura azteca.
Tras casi 40 años, el acervo de información resultado de los trabajos continuos en las ruinas del Templo Mayor y sus áreas aledañas han descifrado innumerables misterios, confirmado registros históricos y contradicho otros, trazando en el proceso una rica monografía de una de las sociedades antiguas más influyentes y temidas en Mesoamérica.
Sin lugar a dudas, la destrucción sistemática y masiva causada por los conquistadores españoles y sus aliados, así como las actuales barreras físicas y los largos lapsos que toma a los arqueólogos y otros expertos llegar al epicentro de un nuevo descubrimiento y descifrarlo, muchos de los detalles de los mexicas de Tenochtitlan nunca lograrán conocerse, mientras que otros tardarán aún más en encontrarse.
No obstante, a casi cuatro décadas de aquel 21 de febrero de 1978 del surgimiento de la piedra Coyolxauhqui, estos son algunos de los más notables datos que conocemos sobre los mexicas:
Aztlán
Los fundadores de Tenochtitlan creían que originalmente procedían de un lugar llamado Aztlán, de donde se deriva el nombre aztecas. Mítico o no, de aquel sitio habrían partido hacia donde fundaron su ciudad en 1325, en una serie de islotes rodeados por las aguas del gran lago de Texcoco.
Los mexicas de Tenochtitlan, pueblo poderoso
La historia de México data de unos 20 mil años. Entre otras culturas influyentes previas al advenimiento de los aztecas destacaron las de Teotihuacán, Monte Albán, Palenque y Tajín. Los aztecas o mexicas aparecen en el siglo XIV tras terminar un periodo de servidumbre con la tribu de Azcapotzalco, y tras formar una alianza con los pobladores de Texcoco y Tacuba. Mediante la guerra lograron una enorme expansión en lo que hoy es México, en el área de la antigua Mesoamérica. Datos indican que a la llegada de los conquistadores españoles a principios del siglo XVI, los mexicas tenían bajo su yugo a más de 370 pequeñas ciudades-estado que eran forzadas a pagar tributos en diferentes clases y bienes a los amos de Tenochtitlan. Esto a la larga les traería consecuencias fatales.
Guerreros y agricultores
Los dos aspectos sobresalientes que hicieron prosperar a la civilización mexica fueron la guerra y la agricultura. Correspondientemente, sus dos deidades más importantes eran el dios de la guerra, Huitzilopochtli, y el dios de la lluvia, Tláloc. En esencia, los aztecas fueron conquistadores militares por derecho propio, motivo por lo cual lograron expandirse, así como establecer un sistema de tributos forzados a los habitantes de los pueblos conquistados. Por tanto, los aztecas eran fuertes debido a su poder militar, su religión y su sistema tributario.
Contribuciones y logros
Los mexicas desarrollaron su propio calendario, el cual consistía de 18 meses de 20 días cada uno. Asimismo construyeron grandes ciudades y enormes pirámides y templos. En el cultivo, desarrollaron un sistema de chinampas, basado en el cultivo en lechos poco profundos de los lagos. Cultivaron maíz, frijol, tomate, calabaza y chile, entre otros. Las contribuciones de los aztecas al mundo moderno son numerosas, desde productos agrícolas hasta técnicas agrícolas, arte y una arquitectura admirable.
Politeísmo y sacrificio humano
Los mexicas creían en diferentes dioses, esto es, eran politeístas. Sus muchas deidades eran veneradas con abundantes ofrendas. Tonatiuh era su dios del sol, a quien los aztecas ofrecían sacrificios humanos para complacerlo, a cambio de continuar recibiendo luz y vida. Su creencia era que el sol se detendría, con la consecuente muerte de todo, si no le ofrecían vidas humanas.
Los mexicas y su Templo Mayor
La estructura de mayor relevancia para la cultura mexica era el Templo Mayor, el cual constituía el núcleo de su imperio, así como su lugar más sagrado. Los primeros indicios de las ruinas del templo se ubicaron en 1914, aunque transcurrirían otros 64 años antes de que se confirmara la ubicación exacta de las mismas. Las ruinas de Tenochtitlan yacen sobre el subsuelo de la actual Ciudad de México, por tanto para excavar las ruinas del Templo Mayor se procedió a un trabajo masivo de arqueología que dio inicio en 1978 bajo el nombre de Proyecto Templo Mayor. Este proyecto continúa vigente hoy en día. El Museo del Templo Mayor, ubicado en la zona de las ruinas del templo, ofrece una amplia panorámica de la cultura de los mexicas.
Caída y derrota los mexicas de Tenochtitlan
La civilización azteca llegó a su fin no solamente por la invasión de los conquistadores españoles, sino por las alianzas que pueblos subyugados por los mexicas formaron con estos. Entre los pueblos súbditos había un gran descontento por el sistema tributario al que estaban sujetos por Tenochtitlan. Entre estas tribus sometidas a ese yugo tributario estaban, por ejemplo, los totonacas, que en 1519 tras el desembarco en Veracruz del conquistador español Hernán Cortés y sus huestes, hicieron patente su inconformidad a los españoles en contra de Moctezuma II, el tlatoani azteca. Esto llevó a la formación de alianzas entre pueblos sometidos y conquistadores, creando un frente común contra los mexicas de Tenochtitlan De tal modo que no sólo fueron cientos de españoles los que derrotaron el gran poderío de Tenochtitlan, sino los muchos enemigos de los aztecas que habitaban en las regiones aledañas.
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