(México) — El nombre de Manuel Buendía Tellezgirón, el renombrado periodista mexicano asesinado en 1984, es emblema de un periodismo sobresaliente y trascendente que no se eclipsa a casi 40 años del súbito final de su carrera.
Justo antes de su muerte, el oriundo de Zitácuaro, Michoacán, había cumplido 58 años de edad, 35 como periodista, habiendo ejercido el oficio en algunos de los diarios de mayor circulación, en la época en que el papel y la tinta en la forma de periódico impreso ocupaba una posición preponderante en la sociedad mexicana y el resto del mundo.
Hacer periodismo en los tiempos de Manuel Buendía representaba una batalla diaria contra la hora del cierre de edición, en la que las armas eran la máquina de escribir, la cámara fotográfica de film, el revelado e impresión de fotografías en el cuarto oscuro, el teletipo de las grandes agencias de noticias del mundo, así como los nacientes ordenadores electrónicos que algunos medios comenzaban a usar.
Llegar al lector entonces no era tan rápido ni tan sencillo como lo es hoy gracias a la proliferación de los dispositivos móviles y a las alertas generadas por los cientos de aplicaciones digitales de los medios de comunicación, que propagan las noticias instantes después de suscitarse o en el mismo momento de los hechos.
Manuel Buendía, periodismo de ayer que hace eco hoy
Casi a partir de la década de 1950 hasta los primeros años de los años 80, Manuel Buendía no sólo sobrevivió en una carrera tan compleja como el periodismo, sino que paulatinamente destacó ocupando altos puestos en diarios como La Prensa, El Sol de México y El Universal. Su carrera periodística llegó a la cúspide como autor de la columna Red Privada en el influyente diario Excélsior.
Desde Red Privada, el columnista revelaba información que ningún otro periodista publicaba. Mediante esta importante tribuna, Manuel Buendía alcanzaba a millones de lectores por todo el país, ya que Red Privada tenía una redifusión a más de dos centenares de periódicos en todo México.
La columna del también maestro de periodismo trataba temas como las operaciones encubiertas que la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés) llevaba a cabo en México durante la Guerra Fría, los grupos de ultraderecha, la corrupción de funcionarios del gobierno y las grandes empresas privadas, así como acerca del narcotráfico en los tiempos del Cártel de Guadalajara.
Este periodista mexicano estaba muy lejos de ser una simple columnista de opinión; Red Privada era un foro periodístico de denuncia que exponía a los poderosos ante el gran público de lectores de periódicos impresos.
El periodismo que Manuel Buendía ejercía en los primeros años de 1980 hace eco cuatro décadas después como un ejemplo de periodismo audaz, así como por el ahora cotidiano y sin precedente asesinato de periodistas en México.
Para los estudiantes de periodismo y aquellos que comienzan su camino en esta dura profesión en la segunda década del siglo XXI, el ejemplo profesional de Manuel Buendía debía hacer eco también por un consejo que dio a los “estudiantes del oficio” en abril de 1979, cinco años antes de su brutal asesinato.
La solemnidad y la mediocridad en el periodismo
“Nunca sean solemnes”, así se tituló un corto artículo escrito por Manuel Buendía publicado en el periódico estudiantil Diacrítica¹, cuya intención −explicó su autor− “más que pretensión de artículo” buscaba ser “una charla muy breve, ligera, coloquial, entre un periodista con treinta años de ejercicio y un grupo de estudiantes…que tratan de sobresalir”.
El periodista y maestro dedicó ese espacio impreso para advertir a los estudiantes de periodismo acerca de la mediocridad y la solemnidad que amenaza esta profesión.
“Este impulso por sobresalir quizá los pondrá a salvo de caer más adelante en ese mar de los sargazos² llamado mediocridad, a donde llegan —para morir en vida— la mayoría de los egresados de las escuelas de periodismo y los periodistas ‘prácticos'”.
Manuel Buendía llamó a los estudiantes de periodismo, así como a aquellos que en ese tiempo aprendían el oficio en “la práctica”, a recordar que “uno de los tres grandes males de nuestro periodismo es precisamente la mediocridad; los otros dos son la impunidad y la solemnidad. Por favor, nunca sean solemnes”.
El autor de la legendaria columna Red Privada prosiguió diciendo: “Detrás de esta actitud se esconden la pedantería y la ignorancia…ninguno de los grandes periodistas que he conocido directa o indirectamente ha sido solemne”.
Manuel Buendía prosiguió citando a otro periodista de polendas que trabajó en Excélsior, José Alvarado³ como ejemplo de anti-solemnidad. “José Alvarado…el más grande de los periodistas contemporáneos ni en los momentos más dramáticos de su vida se ponía solemne…jamás acudía a las ridiculeces de la erudición, del culteranismo, de lo alambicado o excesivamente barroco. Todas éstas son falsificaciones del estilo; enmascaramientos de la impotencia”.
El elemento clave de Manuel Buendía para sobresalir en el periodismo
Consciente de los cambios en el periodismo de su época y de la complejidad intrínseca del oficio periodístico, Manuel Buendía reflexionó en este artículo de 1979 sobre la dificultad de sobresalir en esta profesión.
“Lograr un buen sitio en el periodismo profesional, es cada día más difícil. Sobran periodistas, y a pesar de ello, las escuelas continúan produciéndolos. En ninguna redacción hay un escritorio con el nombre de ustedes, esperando a que lleguen”, señaló. “Los editores disponen de un ‘lumpen periodístico’ y echan mano de él a bajos costos. Pocos editores tienen interés en abrir oportunidades a los jóvenes egresados de las escuelas”.
En su recomendación final a quienes aspiran a destacar en un medio como el periodismo, Manuel Buendía exhorta a la juventud estudiantil de aquella época –como a la de hoy– a esforzarse y valerse de un elemento clave para distinguirse como periodistas.
“Ustedes tendrán que abrirse paso por sí mismos, con un sólo elemento a su favor: calidad, Si carecen de ella, su futuro está con los fantasmas de aquel mar de los sargazos”.
ENLACE EXTERNO → Aprende más sobre el asesinato del periodista mexicano Manuel Buendía
¹ Diacrítica, periodismo de acción. Revista mensual independiente. Abril de 1979, Año 1, No. 12. Nunca sean solemnes, por Manuel Buendía (ejemplar original en los archivos del autor).
² El Mar de los Sargazos es una región del Océano Atlántico delimitada por cuatro corrientes que forman un giro oceánico. Aquí Manuel Buendía emplea el término como una metáfora de estancamiento.
³ José Alvarado Santos (1911-1974) fue un periodista, narrador y ensayista mexicano que escribió para Excélsior y otros periódicos del país. Fue rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Video relacionado: Asesinato del periodista Manuel Buendía
© 2023 - 2024, Eduardo Barraza. All rights reserved.