Los 600 discos de Latinoamérica: siete discos imperdibles de México que quedaron fuera

Aunque quedaron fuera de la lista de los 600 mejores de Latinoamérica, los siete discos imperdibles de México que se proponen este artículo, representan la riqueza y diversidad de la música mexicana. Con artistas que van desde María de Lourdes y su poderosa interpretación ranchera hasta la cumbia de Carmen Rivero y el estilo desafiante de Paquita la del Barrio, esta selección destaca sonidos que han unido a generaciones y atraen a personas de todas las edades por su legado cultural y emocional. Ilustración IA: Barriozona Magazine © 2024
Aunque quedaron fuera de la lista de los 600 mejores de Latinoamérica, los siete discos imperdibles de México que se proponen este artículo, representan la riqueza y diversidad de la música mexicana. Con artistas que van desde María de Lourdes y su poderosa interpretación ranchera hasta la cumbia de Carmen Rivero y el estilo desafiante de Paquita la del Barrio, esta selección destaca sonidos que han unido a generaciones y atraen a personas de todas las edades por su legado cultural y emocional. Ilustración IA: Barriozona Magazine © 2024

En la primera parte de este artículo, su autor reseñó los 600 discos de Latinoamérica, una lista de álbumes destacados de la región. En esta segunda entrega, analiza siete discos imperdibles de México que en su opinión también merecen un lugar en la selección.

(Phoenix, Arizona) — Aunque en esta segunda entrega me centro en los discos mexicanos que valoro y que incluiría con gusto en la lista de los 600 discos de Latinoamérica, también señalaré que, entre los 101 discos mexicanos seleccionados, las siguientes posiciones me parecen injustamente bajas:

La Madre primordial de los boleros, Toña la Negra (238),
El Tenor de las Américas, Pedro Vargas (327), y
La Reina del Mariachi, Lucha Reyes (468). Yolanda Moreno Rivas, en su libro Historia de la música popular mexicana, escribe sobre ella: “Prodigaba su voz hasta desgarrarla, gemía, lloraba, reía e imprecaba (maldecía). Nunca antes se habían escuchado interpretaciones en ese estilo”.

Respecto al género norteño, dos discos de Los Tigres del Norte (56 y 334) integran la lista. Aunque son populares, a mi juicio, son músicos mediocres; un disco habría sido suficiente. Se extrañan en la selección de los 600 discos a Los Montañeses del Álamo, pioneros en el género o, unos de mis favoritos, Los Alegres de Terán.

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María de Lourdes, Carmen Rivero y su Conjunto, El Piporro, Hermanos Martínez Gil, Juan Reynoso, Los Alegres de Terán y Paquita la del Barrio, los intérpretes de los siete discos imperdibles de México.

 

María de Lourdes, Carmen Rivero y su Conjunto, El Piporro, Hermanos Martínez Gil, Juan Reynoso, Los Alegres de Terán y Paquita la del Barrio, los intérpretes de los siete discos imperdibles de México.

Los siete discos imperdibles de México

A continuación, presento siete discos imperdibles que deberían haber sido considerados en la lista de los 600 discos de Latinoamérica:

1. La Canción Mexicana (1965) – María de Lourdes

Acompaña a María de Lourdes en este álbum el Mariachi Monumental de Silvestre Vargas. El disco es un ramillete de canciones para cantar en voz alta: el son El tren; Canción mexicana (de la pluma del chicano Lalo Guerrero); el inspirado huapango, La Cigarra; y el sublime himno (jarabe) Aires del Mayab, uno de los estandartes cumbres del género ranchero. A María de Lourdes se le consideraba la competencia de Lola Beltrán, aunque a ambas las superaba el sentimiento desgarrado, atequilado de Lucha Reyes.

2. A Bailar la Cumbia (1964) – Carmen Rivero y su Conjunto, Canta: Linda Vera

Es uno de los discos más populares e influyentes de la cumbia, no solo en México, sino internacionalmente. Contiene La pollera colorá, aquella versión que escuché mil veces a través de la radio. La original es de Pedro Salcedo y su Orquesta (1961). Carmen Rivero es considerada una pionera que se trasladó hasta Colombia para aprender la cumbia. Los arreglos tienen influencias de la música cubana, y se utilizan las trompetas, que hicieron su entrada en la música popular cubana a finales del siglo XIX. Hoy en día, la trompeta es de uso común. El disco contó con la influencia del antillano Manuel Manzanita Díaz. El libro de referencia Guinness sitúa este álbum entre los acetatos más vendidos, al lado de El último Cuplé (1957) de Sarita Montiel y Thriller (1982) de Michael Jackson.

3. Hits de El Piporro (1965) – Eulalio González

Eulalio Gonzales, con su estilo único, incorporaba abundantes comentarios chistosos. Adornaba y animaba sus canciones norteñas, proyectando el estereotipo del botudo fronterizo. El elepé incluye, entre otras, dos de sus composiciones: Chulas fronteras, y El taconazo, además de su arreglo del corrido trágico Rosita Alvírez, y su jocosa versión de El ojo de vidrio.

4. Chacha Linda y Otras Canciones Inolvidables Vol. 1 (1958) – Hermanos Martínez Gil

Los jarochos, Carlos y Pablo Martínez Gil, iniciaron su carrera musical en 1930. Cuatro años después, formaron un cuarteto de lujo con sus primos Alfredo el Güero Bojalil Gil (requinto con Los Panchos y hermano de Felipe el Charro Gil) y Chucho Martínez Gil, un conjunto de ensueño que rápidamente se desintegró. Para competir con Los Panchos, Mariano Rivera Conde, el zar de la RCA Víctor en México, juntó a los hermanos con el conjunto de Rubén Fuentes; gran acierto, ya que de esta colaboración surgieron éxitos como Chacha linda, Voy gritando por la calle y Relámpago. Sin embargo, no incluye su otro éxito, Mar y cielo. El mismo Oscar Chávez los homenajeó grabando un disco con sus grandes éxitos.

5. El Paganini de la Tierra Caliente – Grabaciones Históricas 1972–1993 (1993) – Juan Reynoso

Destaco La tortolita, La India y, en particular, El gusto federal, atribuida a Juan Bartolo Tavira, pionero de la música calentana. La canción habla dela batalla de Huetamo, que tuvo lugar entre fuerzas leales a Maximiliano I contra los cuerudos/chinacos leales a Benito Juárez. El soldado Tavira estaba bajo las órdenes del general y escritor, Vicente Riva Palacio, nieto de Vicente Guerrero. Arteaga fue el general en jefe. Hay varias versiones de la canción, por lo que atribuirla a un único compositor es problemático. También se puede escuchar la versión de Los Hermanos Tavira, nietos de Juan Bartolo. Reynoso,maestro del son calentano(proveniente de la zona del río Balsas) y un excelso violinista autodidacta, se definía así: “Soy un hombre que no conoce ni las letras; nunca fui a la escuela ni aprendí siquiera el silabario. Soy un aldeano. Lo único que puedo decir, lo digo tocando música.” Los instrumentos típicos del son calentano incluyen uno o dos violines, una guitarra sexta y una panzona de cinco cuerdas (llamada tua), así como una tamborita (tamborcito) de doble parche, de chivo por un lado y de perro por el otro.

6. Los ojos de Pancha (1965) – Los Alegres de Terán

Los longevos Los Alegres nos alegran con Los ojos de Pancha, La mesera, una canción redonda y con sabiduría pícara, y la traición de Carta jugada. Cabe agregar que entre los sonidos norteños se encuentran Los Montañeses del Álamo, un eslabón que conecta a las orquestas típicas, que florecieron en México desde la Invasión Francesa. Utilizaban la flauta y el violín y, con el tiempo, el saxofón suplió a la flauta, aparte del bajo sexto. El acordeón, pilar de esta música, ya se escuchaba a principios del siglo XX en Texas. De esa región binacional provienen Narciso Martínez, El Flaco Jiménez padre y otros.

7. Invítame a pecar (1992) – Paquita la del Barrio

Francisca Viveros Barradas, conocida profesionalmente como Paquita la del Barrio, es un fenómeno de la música mexicana. Su presentación se aleja de los cánones populares de belleza y feminidad en la música, donde predominan las artistas sexualizadas, como Shakira, La Bichota, y Rosalía. Paquita desafía los estereotipos de género, reta e incluso se burla del machismo en una cultura profundamente misógina. A pesar de sus años y sus kilitos, conquista y transporta a sus fans, en su mayoría mujeres, al paroxismo o clímax. Con Cheque en blanco, hereda la tradición de la mujer rebelde, como Chelo Silva; se independiza y se venga de un inútil con Tres veces te engañé; con Bórrate, le muestra la puerta a otro inútil, o quizá al mismo; y una de mis favoritas, Como un perro, trata sobre claudicar, pues quién por muy macho o macha que sea, no se ha arrastrado por unos ojos o por unos labios; esta pena también la sufrió Chelo.

A lo largo de este artículo, he explorado una rica variedad de discos y artistas que han dejado huella en la música mexicana y latinoamericana. Desde la poderosa voz de María de Lourdes hasta la singularidad de Eulalio González y la influencia de Los Alegres de Terán, cada uno de estos artistas representa un legado cultural que refleja la diversidad y la riqueza musical de la región.

Es imposible no sentir que estos siete discos imperdibles de México discutidos deberían haber encontrado su lugar entre los 600 elegidos. Son ecos de la historia que merecen ser escuchados, y su inclusión sería un reconocimiento a la vasta herencia musical de Latinoamérica.

ENLACE EXTERNO →  https://www.600discoslatam.com

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