(Phoenix, Arizona) — El 2 de junio de 2024, Claudia Sheinbaum se convirtió en la primera mujer elegida como Presidenta de México, marcando un hito histórico en un país profundamente arraigado en una tradición política dominada por hombres. Su victoria representa un cambio relevante en el panorama de la política mexicana, en marcado contraste con el estado de la política cuando ella nació el 24 de junio de 1962.
En este artículo exploraremos la dramática transformación de la escena política mexicana en las últimas seis décadas, destacando cambios clave y continuidades subyacentes.
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La escena de la política mexicana en 1962
En 1962, México estaba bajo el firme control del Partido Revolucionario Institucional (PRI), una fuerza hegemónica que dominaba la esfera política desde su fundación en 1929. El entonces presidente, Adolfo López Mateos, había sido elegido en 1958 con un abrumador 90.4% de los votos. Esta elección fue particularmente notable por ser la primera en la que las mujeres mexicanas pudieron votar, un paso importante aunque tardío hacia la igualdad de género en una sociedad altamente patriarcal.
Durante la presidencia de López Mateos, el PRI ocupaba 153 de los 162 escaños en la Cámara de Diputados, mostrando su amplio control sobre el poder legislativo. Este dominio continuó con la elección de Gustavo Díaz Ordaz en 1964, quien ganó con el 89% de los votos. El PRI aseguró 175 de los 210 escaños en la Cámara de Diputados, reforzando su supremacía política.
Las mujeres estaban prácticamente ausentes de los puestos políticos, y los pasillos del poder eran abrumadoramente dominados por hombres. La cultura política de la época era de autoridad centralizada y oposición limitada, con el control del PRI aparentemente inquebrantable.
El presidente de México Adolfo López Mateos y el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy saludan a la multitud durante una caravana por la Ciudad de México el 29 de junio de 1962.
El cambio de la política mexicana hacia un sistema multipartidista
Avanzando al siglo XXI, el panorama político comenzó a diversificarse. El año 2000 fue un momento crucial cuando Vicente Fox del Partido Acción Nacional (PAN) ganó la presidencia, poniendo fin a más de 70 años de gobierno ininterrumpido del PRI. Esto marcó el inicio de un sistema multipartidista más competitivo.
Andrés Manuel López Obrador (AMLO), un ex miembro del PRI, se convirtió en una figura opositora prominente en la política mexicana. Después de intentos presidenciales fallidos en 2006 y 2012, fundó el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en 2011. Morena se registró oficialmente como partido político en 2014, y en 2018, AMLO ganó la presidencia con el 54.71% de los votos, significando otro cambio importante en la dinámica política.
Las elecciones de 2024 y la victoria de Claudia Sheinbaum
Las elecciones del 2 de junio de 2024 marcaron otro punto de inflexión histórico con la elección de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta de México. La victoria de Sheinbaum, con el 59.76% de los votos, representa un logro notable en un país donde la política ha sido durante mucho tiempo un bastión masculino.
Estas elecciones no se limitaron solo a la presidencia. También estaban en juego los 500 cargos de la Cámara de Diputados y los 128 miembros del Senado. Morena, el partido de Sheinbaum, consolidó su dominio al ganar una supermayoría en el Congreso, obtener siete gubernaturas, la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y la mayoría de los principales distritos de la capital.
De la hegemonía del PRI a la dominancia de Morena
Si bien la victoria de Claudia Sheinbaum es un acontecimiento clave para la igualdad de género, también plantea preocupaciones sobre el regreso a un sistema de partido hegemónico. Los analistas políticos han trazado paralelismos entre la dominancia actual de Morena y el control del PRI durante la mitad del siglo XX. Esta similitud es sorprendente dado que el ascenso de AMLO al poder se basó en la oposición a la hegemonía de larga data del PRI.
El rápido ascenso de Morena y su consolidación del poder recuerdan la dominancia histórica del PRI, sugiriendo una posible regresión a un control de partido único. Los críticos argumentan que, aunque los protagonistas han cambiado, el juego sigue siendo el mismo, con el poder concentrado en un partido dominante, lo que podría sofocar la pluralidad democrática y ahuyentar la inversión financiera.
El contraste entre el panorama político de México en 1962 y 2024 es marcado. La trayectoria desde un sistema de partido único y dominado por hombres hasta la elección de la primera presidenta refleja un progreso importante en términos de igualdad de género y diversidad política. Sin embargo, las similitudes entre la dominancia actual de Morena y el control histórico del PRI plantean importantes preguntas sobre el futuro de la democracia mexicana.
Claudia Sheinbaum asumirá el cargo el primero de octubre de 2024, y la esperanza es que su presidencia continúe avanzando en los principios democráticos y la igualdad de género, asegurando que el progreso logrado en las últimas seis décadas no se vea revertido por un regreso a la política de partido hegemónico.
El próximo capítulo en la historia política mexicana aún está por escribirse, y sin duda será observado de cerca tanto a nivel nacional como internacional.
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