(Phoenix, Arizona) — Habiendo nacido y crecido en la gran Ciudad de México, el artista plástico y maestro de música Juan Olalde absorbió de manera natural la exuberancia de la cultura mexicana, sus costumbres y sus vibrantes colores que hoy se reflejan en su obra.
Radicado desde hace muchos años en Phoenix, Arizona, Olalde demuestra su talento a través de varias expresiones artísticas como la pintura, el dibujo, las artesanías de madera, así como en una especialidad de crear altares tradicionales del Día de los Muertos, entre otros.
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Además de proyectar el arte plástico, Olalde también imparte clases particulares de música a jóvenes y niños que desean aprender a tocar guitarra, trompeta, violín o teclado.
Así, el arte plástico y la música van de la mano como expresión dual y natural que en las palabras de Juan Olalde buscan encontrar como su propósito y su fin la misma experiencia humana.
“Simplemente es tratar de captar la esencia de nuestra comunidad”, dice Olalde. “Por medio del arte que yo hago, plasmo las inquietudes de nuestra comunidad, las vivencias, la felicidad, tristezas; las necesidades de nuestra gente”.
El genio creativo de Olalde maneja el arte en una amalgama de formas que se confabulan para fraguar una variedad de técnicas y disciplinas que hacen de este artista mexicano uno de los más versátiles de la escena de Arizona.
“Incursiono trabajando en diferentes tipos de técnicas y actividades artísticas”, explica. “El tallado de madera, la pintura, el retrato. Trabajo con metal, con vidrio, con diferentes materiales. Me llaman la atención porque todos contienen una belleza visual, pero al mismo tiempo, moldeando todos esos tipos de materiales, nosotros —yo como artista y muchos otros artistas— podemos plasmar la vivencia diaria de la gente, o las necesidades de las personas, los sueños de la gente, las creencias”.
Al evocar su génesis como artista, Juan Olalde se remonta a su niñez, cuando a muy temprana edad dentro del aula escolar descubrió espontáneamente sus rudimentos artísticos.
“Yo he oído que muchas personas comentan que hay ciertos individuos que nacen, [que son] innatos o de nacimiento, que ya lo traen de nacimiento; creo que yo soy uno de ellos”, revela Olalde. “Me acuerdo cuando yo comencé a dibujar o pintar estaba en la escuela de kindergarten. Desde ese momento yo traigo eso, esa inquietud, esa necesidad de estar en contacto con la pintura, ese trabajo manual. Pero a la vez Dios nos lo da. Yo creo que lo tienes que devolver a la comunidad, lo tienes que enfocar a la comunidad. No solamente tú lo recibes y tú lo vas a disfrutar y lo vas a guardar. Tienes que trabajarlo para darlo a la gente, porque en el camino de la vida tú conoces niños, adultos, diferentes tipos de personas, con diferentes vidas, diferentes necesidades de creer en algo, de apoyarse en algo o alguien. Entonces, por medio de lo que nosotros hacemos, pues que eso sirva para ello, para que ellos salgan de la oscuridad o del rincón o del lugar donde ellos se encuentren, para salir a flote, salir al aire y que los demás también los conozcan, sus necesidades, [que] griten qué es lo que quieren ellos expresar. Nosotros estamos para eso. Nosotros no estamos para trabajar para nosotros mismos, nosotros no estamos para enriquecernos nosotros mismos; nosotros tenemos que regresarlo [el arte] a la comunidad. Eso es lo que yo creo, y creo que debemos de pensar un poquito más en ese aspecto. No solamente el artista plástico, sino otro tipo de artistas”.
Olalde ha participado en diferentes eventos comunitarios en los últimos años, pero después de un receso en su carrera como artista que duró un par de años, ha vuelto para reconectarse con la comunidad. Recientemente ha participado en eventos culturales del Día de los muertos en el Desert Botanical Garden de Phoenix, el Mesa Arts Center, en la ciudad de Mesa, y el fin de semana del 12 y 13 de noviembre estará presentando su arte en el famoso Heard Museum, en Phoenix, dentro del marco del tradicional y conocido evento llamado Spanish Market.
Juan Olalde, el artista como maestro
Al reflexionar acerca de su función como maestro de música, Juan Olalde va más allá de su gusto personal de toda la vida por la música. Profundiza acerca de lo que para él representa el papel del artista en la comunidad. Escoge con cuidado sus palabras para declarar que el artista debe desempeñar una labor didáctica profesional, no solamente para transmitir su arte a la gente a través de la enseñanza, sino para formar buenos estudiantes de arte.
“Me encanta la música. Toda la vida he estado trabajando y practicando en ello, educándome [en] la música, la escritura”, cuenta Olalde. “Yo creo que un artista completo debe de educarse en diferentes aspectos de la vida y manifestación artística, porque de esa manera, tú, al ser un profesional completo, le puedes dar lo mejor al estudiante, y ese estudiante se puede desarrollar mucho mejor. Porque a veces cuando a nosotros nos hace falta la educación, la instrucción, hay falta de ciertos detalles cuando tú estás enseñando algo, hay lagunas que después en el estudiante se pueden convertir en vicios o cosas que le pueden afectar en su desarrollo artístico. Entonces, nosotros tenemos que educarnos al máximo para dar lo mejor de nosotros mismos. Como artistas no solamente crear o palpar la expresión de los demás sino también ser educadores, ser nosotros profesores”.
Al apreciar el arte y entender su papel como maestro, Olalde es una figura promisoria que dará mucho bueno de qué hablar en la comunidad de Phoenix. Su serio compromiso con un arte de la gente para la gente lo señala como un artista de extracción popular que posee una filosofía de servicio más que una aspiración de grandeza artística individual. Su arte, su enseñanza y su ideología artística casi pudieran resumirse en términos sociológicos como una tendencia enfocada en ayudar a “los de abajo”. Sus palabras así parecen demostrarlo.
“Yo, de alguna manera, he notado toda la vida que hay ciertas fuerzas, cierto poder, que quiere permanecer arriba mientras que hay gente abajo, agobiada por la vida, [que] quiere un escape, quiere una manera de expresar lo que ellos saben hacer o lo que ellos sienten o lo que ellos opinan. [Eso] me ha dado mucho qué pensar y decir: ‘yo tengo que prepararme y enseñarle a estas gentes que sí hay un camino, que si hay una manera de poder salir adelante’. Porque si ellos no han tenido esa oportunidad, yo que la estoy viviendo, yo que la estoy observando, por qué no dar ese extra, ese más, ese cambio en mí para poder un poquito revolucionar a los demás; que los demás de repente tengan esa habilidad o aprendan o despierten, cómo te diré, [que] saquen a flote ese líder que está en ellos, esa dirección que está en ellos, esa verdad que está en ellos, esa necesidad que está en ellos, sin necesidad de esperar a que alguien o algo los haga realizar o dar ese o paso”.
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