Jornaleros en Phoenix aún buscan trabajo frente a Walmart

Prohibidos de utilizar el estacionamiento de una tienda Wal-Mart en el este de la ciudad de Phoenix, Arizona, este grupo de jornaleros usa ahora la banqueta contigua en espera de que alguien los contrate para trabajar. La tienda ha sido foco de protestas. Foto por Eduardo Barraza | Barriozona Magazine © 2015
Prohibidos de utilizar el estacionamiento de una tienda Wal-Mart en el este de la ciudad de Phoenix, Arizona, este grupo de jornaleros usa ahora la banqueta contigua en espera de que alguien los contrate para trabajar. La tienda ha sido foco de protestas. Foto por Eduardo Barraza | Barriozona Magazine © 2015

(Phoenix, Arizona) –– El estacionamiento de la tienda Walmart del que recientemente fueron desalojados los jornaleros que regularmente se reunían en busca de trabajo, se encuentra casi lleno de autos justo al mediodía de este día viernes.

Decenas de personas entran y salen de esta sucursal de la cadena minorista ubicada al este de la ciudad, actual blanco de protestas y de un boicot comercial parcial, acciones en respuesta a la decisión de la gerencia de la tienda de no permitir más a los jornaleros en su estacionamiento.

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El tráfico vehicular en el estacionamiento convertido en punto de contienda, así como el flujo de clientes de Walmart, se presenta normal, sin que el anuncio del boicot haya causado aparente efecto en la mayoría de población que vive alrededor de la tienda.

¿Los jornaleros? También están presentes, aunque no en el área del estacionamiento donde acostumbraban estar en espera de oportunidades de trabajo.

¿Ha habido un cambio?

Una docena de jornaleros se encuentra en la entrada principal del centro comercial Desert Palms Power Center, que congrega, además del Walmart en cuestión, a otras tiendas de cadenas minoristas como RadioShack, The Home Depot y Walgreens.

Prohibidos de utilizar el estacionamiento, los trabajadores ambulantes usan ahora la banqueta contigua en espera de que alguien los contrate.

Parados en un punto estratégico donde cientos de vehículos entran y salen de los estacionamientos de las tiendas durante todo el día, los jornaleros que se agrupan en este lugar no parecen verse impedidos de continuar su práctica de hacerse visibles a los clientes de las tiendas que, con frecuencia, los contratan para trabajos diarios y ocasionales.

Durante la visita de Barriozona Magazine a este complejo comercial, el grupo de trabajadores no se muestra inmutado ante la prohibición a la que han sido sujetos por parte de Walmart, estando más bien atentos a una posible señal de algún conductor que pudiera requerir su mano de obra temporal.

La inercia de los jornaleros se rompe de pronto cuando una camioneta pick-up GMC Sierra 2500HD blanca disminuye su velocidad. El grupo corre hacia el vehículo y lo rodea. La camioneta, manejada por un hombre, se detiene por completo. El trato se hace rápido. La puerta del pasajero se abre. Un afortunado jornalero se sube y la pick-up se aleja del lugar.

El resto de los trabajadores comienza su regreso a la esquina. En sus rostros se nota una actitud seria, la mayoría visten gorras de béisbol, algunos llevan un teléfono móvil en la mano, otro fuma un cigarrillo. En segundos retoman su posición constante de espera e inercia.

Protestas semanales en Walmart; boicot parcial

Tras observar tal escena, el Walmart casi lleno de vehículos y clientes —incluyendo familias mexicanas—, el incesante tráfico vehicular, y los jornaleros en busca de trabajo como de costumbre —excepto ahora fuera del estacionamiento—, se pueden plantear algunas interrogantes.

La principal es: ¿tendrá éxito el boicot contra Walmart? Al parecer, el esfuerzo del boicot está programado solamente tres horas a la semana, ya que los activistas comunitarios que buscan la permanencia de los jornaleros dentro del estacionamiento sólo han llamado a una protesta semanal, cada sábado, y solamente por espacio de tres horas, de las 9 de la mañana a mediodía.

Con base al aparente limitado esfuerzo de boicot, surge otra pregunta: ¿es posible que la tienda Walmart sienta el efecto económico en sus ventas y ganancias en general como resultado de tres horas de protestas semanales y un esfuerzo de boicot parcial?

Quizá la interrogante más decisiva es: ¿ha sido realmente afectada la habilidad de los jornaleros de encontrar trabajo tras su expulsión del estacionamiento del Walmart?

Con certeza, la respuesta a estas y otras preguntas variará desde la perspectiva de los intereses particulares de cada parte involucrada. Sin embargo, la visita de este día por parte de esta publicación constató que el esfuerzo parcial de boicotear a la tienda no ha tenido, evidentemente, efecto en el alto número de clientes en un día cualquiera ni en las operaciones usuales de la tienda.

Como puede verse, los jornaleros continúan buscando trabajo en el área del centro comercial, la mayoría en la entrada principal, un par de ellos en el acceso este y otros pocos en la entrada oeste, frente a la tienda Walgreens.

Al menos uno de ellos logró ser contratado por el conductor de la camioneta Sierra blanca. Nadie impidió que el conductor detuviera el vehículo para recoger al trabajador, ni que todos los jornaleros corrieran por la calzada de la entrada y rodearan la pick-up. Nadie, ni siquiera el oficial afroamericano de la policía de Phoenix fuera de servicio —aunque uniformado— que fue visto más temprano en el mismo estacionamiento junto a su auto particular, y que fue contratado por Walmart para asegurar que los trabajadores no estén dentro de su estacionamiento.

Sin duda, los organizadores de la protesta/boicot buscan ser efectivos en sus esfuerzos. Para conseguirlo, se requerirá que el boicot sea permanente, y que la mayoría de la población de esa área esté enterada y consciente de las acciones en contra de Walmart. Adicionalmente, la presencia de un número considerable de manifestantes debe ser visible diariamente.

Quizás el mayor obstáculo para los organizadores comunitarios sean los mismos jornaleros, que en su necesidad de trabajo diario han demostrado que pueden buscarlo sobre la banqueta pública, a unos metros de donde lo hacían dentro del estacionamiento antes de que fueran expulsados por la gerencia de la tienda.

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