Hallazgo de trampas para cacería del mamut en México da giro a prehistoria

Según arqueólogos del INAH, las recientes excavaciones en el poblado de San Antonio Xahuento, en México, representan un "parteaguas" en el conocimiento sobre la cacería del mamut en la Cuenca de México. Foto: INAH
Según arqueólogos del INAH, las recientes excavaciones en el poblado de San Antonio Xahuento, en México, representan un "parteaguas" en el conocimiento sobre la cacería del mamut en la Cuenca de México. Foto: INAH

(México) – Los recientes hallazgos arqueológicos en torno a los métodos para realizar la cacería del mamut hace unos 15 mil años en la Cuenca de México, están revelando algunos aspectos de la vida de los primeros pobladores de esta región, ubicada a 45 kilómetros al noreste de la Ciudad de México.

El trabajo de los arqueólogos mexicanos en el poblado de San Antonio Xahuento, en el municipio de Tultepec, estado de México, está descubriendo un escenario distinto acerca de las tácticas empleadas por los pobladores para atraer a estos animales de grandes proporciones con el fin de cazarlos.


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El descubrimiento de diversos y numerosos huesos de mamut en esta zona arqueológica ya había llevado a llamarle a Tultepec “tierra de mamuts”, pero lo sorprendente de los más recientes hallazgos en dicho entorno son lo que los especialistas han descrito como “cortes verticales” en los estratos o capas del sitio.

Restos óseos de mamuts en la zona arqueológica de Tultepec. Foto: Melitón Tapia | INAH.
Restos óseos de mamuts en la zona arqueológica de Tultepec. Foto: Melitón Tapia | INAH.

Según datos del Instituto de Antropología e Historia (INAH), los arqueólogos encontraron dos fosas con paredes de casi 90 grados, de 1.70 metros de profundidad y 25 metros de diámetro. Este escenario los llevó a deducir que los cazadores utilizaban estas fosas como trampas para acorralar a estos grandes mamíferos y darles muerte.

Los expertos explican que en este escenario arqueológico, grupos de decenas de cazadores llevaban a cabo la cacería del mamut, incitando a una manada por medio de antorchas y ramas para aislar a un mamut y atraerlo a las trampas como las encontradas. En esas circunstancias, el voluminoso animal quedaba atrapado para después encontrar la muerte.

A más de tres metros y medio de profundidad de estas fosas, los arqueólogos han recuperado más de 800 restos óseos de mamut, entre los que enumeran ocho cráneos, cinco mandíbulas, un centenar de vértebras, casi 180 costillas, 11 escápulas, cinco húmeros, así como pelvis, fémures y tibias, entre otros huesos.

Se estima que esta gran cantidad de huesos representa un total de 14 mamuts. Según los arqueólogos, el sitio se habría utilizado exclusivamente no solamente para la caza sino también para destazar a los mamuts.

Según los peritos del INAH, este hallazgo constituye en una “fuente inagotable de conocimiento” sobre la Prehistoria de México.

“El mamut de Tultepec”

En 2015, en el proceso de construcción del drenaje público en San Antonio Xahuento, se descubrieron 200 restos óseos de un mamut enterrados a dos metros y medio de profundidad de la superficie de la calle La Saucera.

Tras las obras de excavación en 2016, la osamenta armada y restaurada del antiguo mamífero fue instalada en el Museo de la Casa de Cultura “Víctor Urbán Velasco”, en Tultepec. A la estructura ósea de más de 400 kilos se le conoce ahora como “El mamut de Tultepec”.

En marzo de 2019, el INAH confirmó otro hallazgo de restos de mamuts en Tultepec, lo cual condujo al descubrimiento de las fosas usadas para la cacería del mamut y las osamentas de los 14 mamíferos.

Todos estos hallazgos vinieron a confirmar la presencia de huesos de gran tamaño sobre los que se rumoraba en Tultepec desde la década de 1960 a 1980.

Hallazgos sobre la cacería del mamut reescriben la prehistoria

Durante décadas, el conocimiento hasta entonces disponible y que se impartía a los alumnos en las escuelas sobre la caza del mamut era el de un escenario hipotético en el que los cazadores de la Cuenca de México mataban a este extinto mamífero cuando uno quedaba atascado en el fango.

Esta escena tradicional sobre la cacería del mamut fue representada tanto en ilustraciones como en maquetas para dar una idea sobre los métodos de subsistencia hipotéticos de aquellos pobladores antiguos de la Cuenca México.

El trabajo arqueológico del INAH en esta zona de la Cuenca de México ha resultado en el hallazgo de centenares de restos óseos de mamuts. Foto: Edith Camacho | INAH.
El trabajo arqueológico del INAH en esta zona de la Cuenca de México ha resultado en el hallazgo de centenares de restos óseos de mamuts. Foto: Edith Camacho | INAH.

Los expertos suponen que las encontradas no son las únicas trampas de mamut que existen en el área, ya que habitantes de San Antonio Xahuento han informado acerca de otros sitios aledaños en los que supuestamente habría más restos.

De confirmarse lo anterior, los arqueólogos podrían llegar a identificar una serie de trampas con la que los cazadores llevaban a cabo una estrategia —más compleja de la tradicional— para tener éxito en la cacería del mamut.

Las recientes excavaciones, hallazgos y análisis, vienen, por tanto, a dar un giro considerable al conocimiento tradicional sobre la cacería del mamut, ya que las trampas empleadas por los cazadores dan a entender otro nivel alcanzado en cuanto al aprovechamiento del terreno y la organización social de aquellas tribus antiguas.

Otros hallazgos de mamuts

Otros hallazgos de restos mamuts en la Ciudad de México y el estado de México incluyen “El mamut de Milpa Alta”, cuya estructura ósea fue rescatada en 2012 por paleontólogos después de que habitantes de Santa Ana Tlacotenco reportaron haber encontrado “piedras extrañas”, las cuales resultaron ser los molares de un mamut.

En 2012, otros restos de un mamut se encontraron en Querétaro, en el municipio de Huimilpan. Los paleontólogos determinaron que se trataba de un ejemplar gigante por las dimensiones de los huesos. Debido a su gran tamaño se le nombró “El Mamut de Columbia” (Mammuthus columbi,, su nombre científico).

Los trabajos de construcción y expansión de siete líneas del Sistema de Transporte Colectivo, Metro, efectuados entre 1970 y 1995 en Ciudad de México, condujeron a los descubrimientos de los restos de 13 mamuts. Uno de ellos fue encontrado durante la construcción de la Línea 4 del Metro. Los huesos del mamut están a la vista del público en la estación Talismán del Metro, cuyo ícono es precisamente un mamut.

“El mamut de Ecatepec” fue encontrado en abril de 1995 en San Cristóbal, Ecatepec, Estado de México. Los restos de este gran ejemplar son llevados por el INAH a los principales museos del país.

En 1955, en Santa Isabel Ixtapan, Estado de México —a unos nueve kilómetros de San Antonio Xahuento— se registró el hallazgo de los restos de un mamut, que tras ser estudiado se determinó que tenían lesiones producidas por cuchillos de piedra.


Video relacionado: Hallazgo de 14 mamuts en Tultepec, Estado de México

 

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