PHOENIX — Este sábado, un vehículo del tren ligero de Valley Metro avanzó rumbo sur desde el centro de Phoenix por la Avenida Central, su campana resonando en el aire seco de la mañana hasta llegar a Baseline Road. Ese sonido—conocido, pero esta vez lleno de significado—marcó oficialmente el arranque de la esperada extensión del tren ligero hacia el sur de la ciudad.
Con una extensión de 5.5 millas (casi 9 kilómetros) y una inversión de 1,300 millones de dólares, la nueva línea conecta South Phoenix con el resto del sistema de transporte público mediante ocho estaciones nuevas, una red reorganizada con dos rutas (Línea A y Línea B), mejoras peatonales y ciclovías, y un centro de conexión renovado en pleno centro de Phoenix. Pero más allá de la infraestructura y los actos inaugurales, este evento revela una historia más profunda: retrasos, desplazamientos y una interrogante clave sobre quién formará parte del futuro de esta ciudad.
La inauguración del tren no solo mejora la movilidad: señala un punto de inflexión en la evolución de la identidad de Phoenix.
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Un extensión que tardó en llegar
Inicialmente previsto para abrir en 2023, el proyecto sufrió casi dos años de retraso debido a la pandemia de COVID-19, dificultades para reubicar servicios públicos y una disputa legal impulsada por opositores al plan. Estas demoras no fueron meros inconvenientes técnicos: afectaron gravemente la economía local y el tejido social del área.
Durante años, los negocios a lo largo de la Avenida Central enfrentaron bloqueos de acceso, desvíos, ruido constante y la pérdida de clientes. Algunos cerraron sus puertas definitivamente; otros lograron sobrevivir, pero con gran esfuerzo. Aunque las autoridades locales presentaban la expansión como una apuesta por la equidad, muchos residentes y pequeños comerciantes soportaron en solitario el peso de la transformación.
Hoy, con el servicio en funcionamiento, la gran pregunta sigue flotando en el ambiente: ¿esta inversión beneficiará de verdad a la comunidad, o abrirá paso a una transformación dictada por intereses externos?
Vías que redibujan la ciudad
El tren ligero no solo transporta pasajeros: redefine el paisaje urbano. La expansión hacia el sur—de Baseline Road al centro de la ciudad—ya es una pieza esencial en la visión de futuro de Phoenix. En cada vagón viajan no solo personas, sino también los intereses de inversionistas, urbanistas y actores políticos, cada uno con su propia agenda.
South Phoenix, hogar por generaciones de familias latinas, afroamericanas e indígenas, ha sido históricamente marginado de los grandes proyectos de desarrollo. La llegada del tren despierta una nueva atención, eleva los precios de las propiedades y apunta a un posible auge inmobiliario. Aunque el desarrollo enfocado en el transporte se presenta como una estrategia de crecimiento inteligente, sin políticas firmes de vivienda asequible y protección comunitaria, podría traducirse más en desplazamiento que en progreso.
La imagen del ave Fénix sigue siendo pertinente, pero no sin contradicciones. Phoenix ha renacido muchas veces, pero a menudo dejando atrás a quienes no pudieron seguirle el paso. ¿Qué surgirá a lo largo de esta nueva línea? ¿Y quién quedará excluido?
Progreso con tropiezos
Desde una óptica práctica, la nueva línea es una mejora notable. Los pasajeros ahora pueden admirar 18 obras de arte público, estacionamiento en Baseline y una red compuesta por dos rutas: la A (este-oeste) y la B (norte-sur). La renovación del centro de conexiones en el centro—en las calles Jefferson, Washington, Central y First Avenue—facilita el intercambio entre rutas.
El trayecto entre Baseline y el centro de Phoenix toma ahora solo 19 minutos. Valley Metro estima que la expansión atraerá a unos 8,000 nuevos usuarios al día, elevando el total de pasajeros diarios del sistema a más de 40,000. Los trenes circularán cada 12 a 15 minutos, dependiendo del momento del día.
No obstante, esta eficiencia tuvo un costo. Entre 2019 y 2025, la zona vivió más que una simple obra: fue una prueba del compromiso de Phoenix con una infraestructura verdaderamente inclusiva. También expuso deficiencias en la comunicación, la transparencia y el respaldo a la comunidad durante la construcción.
Un paso crucial, no el destino final
La inauguración de hoy es un hito en la historia del transporte público de Phoenix. Pero no representa un cierre.
La extensión del tren ligero hacia el sur continuará desarrollándose en medio de tensiones políticas, económicas y sociales. Ya se contemplan futuras ampliaciones hacia el Capitolio estatal y el West Valley. Está por verse si esos proyectos repetirán viejos errores o aprenderán de la experiencia reciente.
Este tren que recorre South Phoenix es más que energía, concreto y acero. Es un símbolo de conexión, permanencia y visión a futuro. Pero también un recordatorio de que el “progreso” no es imparcial: beneficia a algunos y perjudica a otros.
Quizás, con el paso del tiempo, los historiadores recuerden este 7 de junio de 2025 como el momento en que la red tranviaria de Phoenix cruzó una frontera física y simbólica. Evaluarán no solo los discursos sobre inclusión y equidad, sino los resultados reales: el alza en los alquileres, quién logró quedarse en su barrio y cómo cambió el uso del espacio.
Por eso, el sonido de la campana esta mañana no fue solo ceremonial. Fue una advertencia. Las vías ya están tendidas. El viaje ha comenzado. Y aún no sabemos si el destino final será un renacimiento verdadero… o una nueva forma de exclusión.
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