(Phoenix, Arizona) — A tan solo seis meses de las elecciones generales del 5 de noviembre de 2024 en Estados Unidos, el ambiente político se encuentra cargado de controversia. En medio de un mar de conversaciones políticas y polémicas partidistas, un término resuena con insistencia: “el giro político”.
Es probable que hayas escuchado o leído términos como “derechos de salud reproductiva” o “interrupción voluntaria del embarazo”. Estas frases, que se utilizan como un giro político para referirse al procedimiento del aborto, son un claro ejemplo de cómo políticos, organizaciones y ciudadanos en ambos extremos del debate sobre el aborto utilizan el giro para promover ya sea una mayor aceptación social o rechazo a la práctica médica del aborto.
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Otro ejemplo de giro político es la frase “técnicas de interrogación aumentadas”, utilizada para referirse a la práctica de tortura de prisioneros. El comentarista político David Brooks calificó el uso de este término para describir las técnicas utilizadas por el gobierno de Estados Unidos en Abu Ghraib, la Bahía de Guantánamo y otros lugares, como un intento por “suavizar el repudio moral”.
Estas sutilezas lingüísticas, como “derechos de salud reproductiva” o “técnicas de interrogación aumentadas”, no son meras cuestiones semánticas. Tienen un peso considerable en la formación de la percepción pública y el discurso político.
Entendiendo el giro político
El giro político es la manipulación estratégica del lenguaje o la información con el objetivo de influir en la opinión pública. Es una herramienta comúnmente empleada por políticos, partidos o grupos de interés. Su propósito es multifacético: puede servir para enmarcar los problemas de manera favorable, desacreditar a los oponentes o desviar críticas. En esencia, es la técnica de persuadir a través de la presentación selectiva de información.
El giro político busca controlar o influir en la comunicación para transmitir un mensaje selectivo. A menudo implica el uso de tácticas falsas, engañosas y manipuladoras. Las técnicas de giro pueden incluir la sincronización cuidadosa al entregar información, la presentación selectiva de hechos, la selección cuidadosa de palabras y frases destinadas a invocar ciertas respuestas en los oyentes, o la redefinición de términos y frases.
El giro político es similar a orientar hábilmente la bola blanca en un juego de billar, donde la trayectoria y el giro aplicados pueden influir estratégicamente en la ubicación final de las bolas, de manera muy similar a cómo se manipulan el lenguaje y la información para moldear la opinión pública en política.
¿Quién emplea el giro político?
El giro político es una herramienta bipartidista utilizada tanto por conservadores como por progresistas, desde presidentes hasta funcionarios locales, aunque con estrategias y agendas diferentes. Desde eslóganes contagiosos hasta narrativas cuidadosamente elaboradas, los políticos y sus estrategas son hábiles en crear el giro en sus mensajes para influir en los votantes.
Anatomía del giro político: un escenario hipotético
Imagina un escenario donde un gobierno propone una política controvertida para reformar la atención médica. En lugar de presentarlo como una medida de reducción de costos, los partidarios lo enmarcan como una “reforma de la salud” destinada a mejorar la accesibilidad y calidad. Por el contrario, los oponentes lo etiquetan como una medida de “austeridad en la salud”, resaltando posibles recortes a servicios esenciales. Ambos lados manipulan el lenguaje para inclinar el debate a su favor, dejando al público descifrar la verdad en medio de la retórica.
¿Deben los periodistas usar términos del giro?
El papel de los periodistas en este panorama es fundamental. Si bien algunos pueden argumentar a favor del uso de términos del giro bajo el pretexto de la inclusividad o la corrección política, la integridad periodística exige un compromiso con la imparcialidad y la precisión. Los periodistas deben servir como guardianes de la información, encargados de presentar hechos libres de sesgo partidista.
Importantes agencias de noticias como la Associated Press han establecido pautas para navegar el uso de términos del giro. Por ejemplo, el Manual de Estilo de AP desaconseja términos como “pro-vida” y “pro-elección”, optando en su lugar por “antiaborto” y “partidario de los derechos al aborto” para mantener la neutralidad. Del mismo modo, el diario estadounidense Los Angeles Times se adhiere a una estricta política de utilizar un lenguaje neutral para garantizar una cobertura equilibrada.
A medida que el paisaje político evoluciona, el papel del lenguaje en la formación del discurso público se vuelve cada vez más pronunciado. Frente al giro desenfrenado, los periodistas deben de mantenerse como guardianes de la verdad, encargados de defender los principios de imparcialidad y precisión.
Decisiones basadas en hechos
En una era marcada por la polarización, es imperativo permanecer vigilantes contra la influencia insidiosa del giro político, no sea que sacrifiquemos la integridad de nuestro proceso democrático en el altar del partidismo.
En la antesala de las elecciones generales del 5 de noviembre de 2024, en Estados Unidos, los votantes no solo deben de estar alertas sobre otras prácticas negativas como la desinformación, las noticias falsas y las teorías de conspiración, sino del giro político para eliminar aspectos falsos de su decisión ciudadana al emitir su voto.
Es esencial que los ciudadanos estén informados y sean críticos, para que puedan tomar decisiones basadas en hechos y no en retórica manipulada. La democracia depende de ello.
Este artículo tiene fines únicamente periodísticos y tiene como objetivo brindar información al público sobre las elecciones de Estados Unidos. Barriozona Magazine no respalda ni promueve ningún candidato, partido o agenda política específica. Nuestro objetivo es ofrecer un análisis imparcial de los datos y hechos que rodean el proceso electoral de 2024 en Estados Unidos.
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