(Estados Unidos) — La primera aplicación de un elemento químico para llevar a cabo ejecuciones en la cámara de la muerte de Estados Unidos ha marcado otro polémico capítulo en la práctica de la pena de muerte, al concretarse la primera ejecución por gas nitrógeno en el país.
Kenneth Eugene Smith, de 58 años, fue sometido el 25 de enero a esta inusual forma de ejecución por las autoridades penitenciarias de Alabama. Este repentino desvío de la norma establecida de utilizar la inyección letal para llevar a cabo una ejecución representa un acontecimiento sin precedentes en el panorama de las ejecuciones en el país, hecho que quedará grabado en la historia del sistema de justicia penal estadounidense.
La aplicación de este controvertido método de ejecución por gas nitrógeno no hizo sino complicar el ya de por sí acalorado debate en torno a la pena de muerte, que siempre ha sido objeto de intensos y apasionados argumentos en la nación. La elección del gas nitrógeno como medio para llevar a cabo la ejecución de Smith sin duda intensificará las discusiones en el ámbito legal y social, impulsando a la sociedad a cuestionar la pertinencia y moralidad de la pena de muerte en el siglo XXI.
Smith, condenado por el asesinato de una mujer en 1988, se convirtió en el primer recluso en Estados Unidos en ser ejecutado mediante la inhalación de gas nitrógeno. Este hecho singular establece un precedente importante en la aplicación de métodos de ejecución y suscita debates sobre el uso de sustancias químicas en el cumplimiento de la pena capital en el país.
Este caso se añade a la controversia alrededor de este reo, ya que en 2022, un intento previo de ejecución de Smith mediante la inyección letal resultó fallido. En respuesta a las crecientes dificultades para obtener los fármacos necesarios para las inyecciones letales, algunos estados, incluyendo Alabama, han explorado métodos alternativos, como la hipoxia de nitrógeno.
El gas nitrógeno, al desplazar el oxígeno y provocar hipoxia, se ha presentado como una alternativa que algunos defienden como más humanitaria que otras formas de ejecución.Aunque aprobada en varios estados, su aplicación práctica no había sido probada hasta la ejecución de Smith.
Alabama, un estado en la región sureste de los Estados Unidos y una de 27 entidades que aún practican la pena de muerte en Estados Unidos, optó por utilizar este método no probado, provocando una controversia que va más allá del propio castigo. Por tanto, la ejecución de Smith ha suscitado inquietudes sobre la eficacia y la ética de este método, ya que se reportó que el prisionero experimentó angustia visible durante el proceso.
Según las autoridades penitenciarias, la ejecución de Smith, que se inició a las 19:53, se llevó a cabo mediante la administración de gas nitrógeno durante aproximadamente 15 minutos. Desde el momento en que se descorrió la cortina para permitir a los testigos observar la ejecución hasta que se cerró, transcurrieron aproximadamente 22 minutos.
Testigos de medios de comunicación presentes informaron que Smith pareció estar consciente durante unos diez minutos, seguido de momentos de temblores y respiración agitada, hasta que finalmente la respiración se volvió imperceptible.
La ejecución por gas nitrógeno de Kenneth Smith pone de relieve las incertidumbres y la complejidad que rodean la pena de muerte en Estados Unidos. Mientras la sociedad continúa debatiendo sobre la moralidad y la humanidad de estas prácticas, eventos como estos siguen generando preguntas sobre el futuro de la pena capital en el país.
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