(Estados Unidos) — Los desafíos que plantea el narcotráfico, el tráfico de personas y la trata de personas a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México han sido durante mucho tiempo una preocupación para las agencias encargadas de hacer cumplir la ley. El vasto y accidentado terreno a menudo se convierte en territorio clave para quienes buscan evadir la detección. Sin embargo, un aliado tecnológico ha transformado la forma en que operan los agentes de la Patrulla Fronteriza: pequeños sistemas de aeronaves no tripuladas, comúnmente conocidos como drones.
En los paisajes áridos del sur de Arizona y otras zonas, la Patrulla Fronteriza ha integrado desde hace unos años drones en su arsenal, brindando apoyo aéreo crucial a los agentes en tierra. Los drones resultan esenciales en escenarios en los que individuos o grupos que ingresan a Estados Unidos sin autorización eluden los métodos de vigilancia tradicionales.
Los drones ofrecen una solución rápida, eliminando la necesidad de aviones más grandes. Según las autoridades de inmigración, el programa de sistemas de pequeñas aeronaves no tripuladas mejora el conocimiento de la situación al proporcionar una vista aérea, multiplicando las capacidades de los agentes sobre el terreno. Estos sistemas aprobados por el Departamento de Defensa de EE. UU. están lejos de ser juguetes de consumo y están diseñados para un reconocimiento y vigilancia serios.
Según la agencia federal Aduanas y Protección de Fronteras de EE. UU., centenares de drones se utilizan en todo el país. Los agentes de la Patrulla Fronteriza emplean dos tipos de drones: cuadricópteros de despegue y aterrizaje vertical y modelos de ala fija. Estos drones, equipados con sofisticados sensores, pueden volar de forma autónoma, cubriendo áreas designadas por los agentes en tierra.
Los sistemas ciberseguros operan en tiempo real y brindan información vital sobre los traficantes de drogas o los cruces fronterizos ilegales. Las capacidades de los drones incluyen volar durante aproximadamente 30 minutos, dependiendo de las condiciones climáticas, a una altura de 1200 pies.
Las cámaras infrarrojas diurnas y nocturnas con un zoom óptico de 30 aumentos permiten a los agentes observar y coordinar discretamente las operaciones terrestres. Con coordenadas precisas y un puntero láser, los agentes pueden navegar de manera eficiente en terrenos desafiantes, garantizando una respuesta más segura y efectiva.
Agentes de la Patrulla Fronteriza enfatizan la seguridad que brindan los drones, especialmente en entornos desafiantes. Los drones representan una ventaja significativa, ya que ofrecen una nueva herramienta para una toma de decisiones más inteligente.
En la batalla en curso contra las actividades ilícitas en la frontera entre Estados Unidos y México, los drones se han convertido en una herramienta vital para los agentes de la Patrulla Fronteriza. Con su capacidad para proporcionar inteligencia en tiempo real, mejorar la seguridad y aumentar las capacidades de los agentes en tierra, estos pequeños sistemas de aeronaves no tripuladas están revolucionando la seguridad fronteriza.
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