(México) — La Ciudad de México es fuente inagotable de descubrimientos arqueológicos, en particular el área del Centro Histórico de esta gran metrópolis y capital del país.
La arqueología, así como los constantes hallazgos, son componentes esenciales del palpitar cultural de esta urbe de gran densidad demográfica que se desarrolló hace casi siete siglos a partir de un mítico islote sobre un lago prácticamente extinto hoy.
La Ciudad de México es la ciudad más grande, así como la más poblada de América del Norte, y desde hace algunos años una de 32 entidades federativas del país.
Lo que aún yace sobre su subsuelo y lo que se ha excavado a través de los siglos y recientemente, son un contundente testimonio de la civilización mexica, que no obstante su aniquilación tras la invasión de los conquistadores españoles al mando de Hernán Cortés, dejó impresionantes muestras de su arte, gobierno y religión, algunos casi intactas.
Sería imposible enumerar la cifra de objetos arqueológicos encontrados, pero la lista a continuación ayudará a responder cuáles son los más sobresalientes descubrimientos arqueológicos en la Ciudad de México a partir de 1978.
Los siguientes datos breves nos dan un vistazo rápido a estos hallazgos, pero en este artículo describiremos en más detalle cada uno de ellos.
Descubrimientos arqueológicos en la Ciudad de México desde 1978
- Monolito de Coyolxauhqui – 1978
- Monolito de Tlaltecuhtli – 2006
- Cuauhxicalco – 2011
- Ruinas del Huei Tzompantli – 2015
- Vestigios del Templo de Ehécatl y de la cancha del Juego de Pelota – 2017
COYOLXAUHQUI, HALLAZGO DECISIVO DE LA ARQUEOLOGÍA MEXICANA
El monolito de Coyolxauhqui simboliza el parteaguas definitivo de la arqueología mexicana tras su descubrimiento casual el 22 de febrero de 1978. El punto de encuentro de esta piedra labrada de ocho toneladas de peso confirmó la ubicación del sitio exacto del Templo Mayor, cuyas ruinas fueron completamente excavadas a partir de ese año. La fascinante historia de su hallazgo incluye el dato curioso de que no fueron arqueólogos quienes la encontraron en el corazón de la Ciudad de México. El de Coyolxauhqui es sin lugar a dudas uno de los descubrimientos arqueológicos contemporáneos más fundamentales.
TLALTECUHTLI, EL SURGIMIENTO DE UNA MARAVILLA ARQUEOLÓGICA
Otro de los descubrimientos arqueológicos más impresionantes y comparable al de la piedra de la deidad mexica de la luna en 1978 fue el de un imponente monolito. El 2 de octubre de 2006, el INAH informó sobre el hallazgo de una colosal escultura que se identificó como una representación pétrea de la deidad mexica de la tierra, Tlaltecuhtli. La gran piedra de más de casi 12 toneladas de peso, cuatro por tres metros, y un espesor de cerca de 40 centímetros, surgió a la luz tras cinco siglos oculta. El sitio del descubrimiento fue justo al frente de las ruinas del Templo Mayor. Este monolito, al igual que el de Coyolxauhqui, están en exhibición permanente en el Museo del Templo Mayor.
CUAUHXICALCO, PLATAFORMA CIRCULAR CON MÚLTIPLES CABEZAS DE SERPIENTE
El 6 de octubre de 2011, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) anunció el hallazgo en un área contigua a las ruinas Templo Mayor de lo que describieron como una “plataforma circular” de grandes dimensiones de al menos 500 años de antigüedad. Los especialistas determinaron que se trataba de un cuauhxicalco –un edificio ceremonial– con varias esculturas en forma de cabeza de serpiente de piedra. La estructura mide 15 metros en diámetro y se ubicó dentro de lo que fue el recinto sagrado de los mexicas. Hoy puede ser vista en la entrada al la zona arqueológica del Templo Mayor.
HUEI TZOMPANTLI, EL ATERRADOR TORRE DE CRÁNEOS
Excavaciones en un predio en la Calle de Guatemala en el centro de la Ciudad de México –contiguo a la Catedral Metropolitana– sacaron a la luz una “plataforma rectangular” cuyo núcleo consistía en un elemento circular hecho a base de cráneos humanos. Arqueólogos del INAH dieron a conocer este hallazgo el 20 de agosto de 2015 tras varios meses de trabajo. Expertos mexicanos de renombre determinaron que la plataforma no era sino el Gran Tzompantli (o Huei Tzompantli), que según fuentes de la época provocó terror a los conquistadores españoles en 1521. El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma teorizó que muchos de los cráneos pudieran haber sido de enemigos capturados, sacrificados y decapitados por los de los mexicas. Dos años después del hallazgo se habían documentado 350 cráneos.
RUINAS DEL TEMPLO DE EHÉCATL Y CANCHA DEL JUEGO DE PELOTA
Tras varios años excavaciones a cargo de arqueólogos de Programa de Arqueología Urbana del INAH se dio a conocer el descubrimiento de las ruinas del principal templo dedicado a la deidad mexica del viento, Ehécatl, así como el de una esquina del Juego de Pelota de Tenochtitlan. El descubrimiento hecho el 7 de Junio de 2017 determinó que estos vestigios mexicas están dentro una zona que abarca siete cuadras en donde se encontraba el Recinto Ceremonial de México-Tenochtitlan. La mayor parte de este espacio aún está bajo tierra.
¿Qué podemos aprender de los hallazgos arqueológicos en la Ciudad de México?
La arqueología es una disciplina que permite a una sociedad aprender sobre el pasado de su cultura mediante el estudio de objetos, artefactos y huesos de humanos y animales, entre otros elementos. El estudio de ellos abre una ventana al pasado para darnos una idea de cómo era la vida de las personas que vivieron cientos de años atrás y que influenciaron de diversas maneras la vida presente.
Los arqueólogos mexicanos, unidos a diverso grupo multidisciplinario, han llevado a cabo difíciles excavaciones en las que han hallado un gran cantidad de artefactos y estructuras de la cultura mexica. Posteriormente, su estudio de las características de lo encontrado los ha llevado a deducir científicamente cómo vivieron los fundadores de la Ciudad de México.
Así, las grandes piedras como las de Coyolxauhqui y Tlaltecuhtli, y las estructuras y artefactos encontrados y estudiados por los arqueólogos, nos llevan más allá del registro histórico escrito y de nuestra propia imaginación para visualizar en lo posible la vida del mexica y su civilización.
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