México, una tierra llena de misterios antiguos y tesoros culturales, ha abierto una vez más sus bóvedas arqueológicas para revelar un hallazgo notable: una cautivadora escultura prehispánica que representa al enigmático Chac Mool. Tanto para los entusiastas de la arqueología como para los michoacanos, el descubrimiento de esta escultura de Chac Mool es nada menos que sensacional.
El sorprendente hallazgo arqueológico en la ciudad de Pátzcuaro, Michoacán, se dio a conocer el 30 de septiembre de 2023 por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). La escultura fue tallada en basalto y mide 90 centímetros de largo y 80 centímetros de alto, y data del período Posclásico Tardío (1350-1521 d.C.).
El Chac Mool es una figura recurrente en la cultura mesoamericana, a menudo representada como una figura masculina reclinada con la cabeza vuelta hacia un lado. Se cree que estas esculturas sirvieron como mesas rituales en la época prehispánica, y su propósito es motivo de intriga y especulación. Algunos creen que se utilizaban en ceremonias que implicaban sacrificios y ofrendas.
Lo que hace particularmente notable este descubrimiento en Pátzcuaro es su rareza en la región occidental de México. Si bien se han encontrado esculturas de Chac Mool en varias partes del área mesoamericana, como Tula, Hidalgo, Chichén Itzá, Yucatán y el Templo Mayor de la Ciudad de México, han sido menos comunes en Michoacán. De hecho, este hallazgo de Pátzcuaro es la primera escultura de Chac Mool ubicada dentro del contexto del pueblo.
Marco histórico de la presencia del Chac Mool en Michoacán
Para brindar un contexto histórico, es importante mencionar que a fines del siglo XIX, el etnólogo noruego Carl Lumholtz adquirió un Chac Mool en Pátzcuaro, pero fue extraído de Ihuatzio, no de Pátzcuaro mismo.
Lumholtz pasó numerosos años en México durante la década de 1890, aventurándose en las regiones remotas del oeste de México y el norte del país. Su objetivo principal era acumular datos y materiales etnográficos y arqueológicos. Sin embargo, a menudo encontró una resistencia por parte de la población local, que se oponía a la excavación de sitios arqueológicos.
En la ciudad de Zacapu, Lumholtz realizó excavaciones en el llamado ‘Palacio del Rey Caltzontzin’, donde desenterró varios esqueletos. Informó haber recolectado más de cien cráneos, junto con otros descubrimientos como campanillas de cobre y varias cuentas.
Durante su estancia en Tzintzuntzan, Lumholtz adquirió dos esculturas elaboradas en piedra volcánica, ambas representaciones inequívocas de la figura que otro arqueólogo, Augustus Le Plongeon, había encontrado en Yucatán y que bautizó como “chacmol”. Una de estas esculturas fue excavada en el pueblo de Ihuatzio.
Unos años más tarde, el Dr. Julián Bonavit mencionó figuras del mismo tipo que las descritas por Lumholtz. No lejos del pueblo de Ihuatzio, en un lugar conocido como Plaza de Armas, se descubrieron tres grandes esculturas de piedra: dos del tipo “chacmool” y la tercera, un macizo trono o mesa en forma de coyote.
Según Bonavit, los habitantes del pueblo sentían un cierto “miedo supersticioso” hacia estas esculturas, que se hizo evidente cuando se desenterraron.
Esta información se deriva del libro publicado en 2020 Ancient West Mexico in the Mesoamerican Ecumene (El antiguo México occidental en la Ecúmene mesoamericana), por Eduardo Williams, que profundiza en la historia cultural del antiguo México occidental, abarcando desde los primeros habitantes humanos hasta los desarrollos culturales finales antes de la invasión española en el siglo XVI.
Las esculturas de Chac Mool ocupan un lugar único en los anales del arte y la cultura mesoamericana. Si bien sus orígenes y propósito continúan desconcertando a los investigadores, su presencia en diferentes regiones habla de la compleja interacción de culturas y creencias en el México antiguo.
Volviendo al reciente descubrimiento en Pátzcuaro, la ausencia de materiales arqueológicos asociados ha llevado a los especialistas a teorizar que la escultura pudo haber sido reubicada desde un sitio original cercano y posteriormente enterrada dentro del relleno de construcción de la ciudad. Esto plantea preguntas intrigantes sobre la historia de la ciudad y su conexión con antiguos rituales y creencias.
Las figuras de Chac Mool encontradas en México brindan una visión fascinante de la vida espiritual y ceremonial de las culturas prehispánicas. Sirven como testimonio de los misterios perdurables que continúan desenterrándose en México, un país repleto de maravillas arqueológicas que esperan ser reveladas.
En tanto se desarrolla el proyecto de rescate arqueológico del INAH, sólo podemos anticipar los nuevos conocimientos y secretos que Pátzcuaro, Michoacán, puede depararnos en el ámbito de la arqueología y el patrimonio cultural.
Entonces, ya seas un estudiante de arqueología experimentado o simplemente un explorador curioso, los tesoros arqueológicos de México prometen cautivar e inspirar a las generaciones venideras.
© 2023 - 2024, Eduardo Barraza. All rights reserved.
