(Ciudad de México) — Más de una decena de entierros precolombinos y varias estructuras arquitectónicas fueron descubiertas en Azcapotzalco, un distrito localizado a 10 millas al noroeste del Zócalo de la Ciudad de México.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio a conocer el hallazgo de restos arqueológicos, afirmando que habrían pertenecido al periodo previo a la llegada de los españoles a lo que hoy es México.
En tiempos precolombinos, Azcapotzalco fue una región del Valle de México ubicada en las orillas poniente del Lago de Texcoco, y fundada supuestamente por los Chichimecas.
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Según expertos en arqueología, el descubrimiento es evidencia de un barrio de comerciantes tepanecas que habría tenido su auge hace 700 años, estos es, dos siglos antes de que el imperio mexica dominara en la Cuenca de México.
En base a un comunicado del INAH, el descubrimiento corrobora que el actual distrito de San Simón Pochtlán fue un asentamiento de familias dedicadas al comercio. Los pochtecas eran comerciantes viajeros. Los arqueólogos estiman que esa zona comercial existió durante la época prehispánica, hacia los siglos 1200–1300 d.C.
Entierros precolombinos de niños
El hallazgo es el resultado de dos meses de trabajos arqueológicos los cuales continuarán, ya que el encuentro de vestigios, principalmente de entierros, ha alentado la labor de los expertos.
Alejandra Jasso Peña, directora del trabajo arqueológico, reveló que su equipo ubicado al menos una decena de entierros precolombinos, los cuales se encuentran en posición sedente —ya que fueron amortajados en forma de bulto—, y son casi todos de niños. Esto, según los arqueólogos, implica la alta tasa de mortalidad de niños en aquella época, quienes morían en sus primeros tres años de vida.
La unidad de excavación donde se ubicaron estos entierros mide 4 metros de ancho por 22 metros de largo, aproximadamente.
El INAH explica lo siguiente en su comunicado: “La mayoría de estos depósitos funerarios, que se hallan dentro de fosas excavadas en el sustrato, están distribuidos bajo un patio que estuvo apisonado. Todos los entierros infantiles presentaron ofrenda, compuesta por objetos cerámicos: flautas, sahumadores, incensarios, copas, cajetes, malacates con representaciones de aves, y platos —varios volteados bocabajo como símbolo de lo efímero de la vida—, algunos de los estilos Azteca II (característicos por el tono negro sobre naranja) y Rojo Texcoco”.
Jasso Peña explicó que dentro de ese espacio se halló también el sepulcro de una mujer que habría muerto a los 25 años aproximadamente, y de quien especulan que habría fallecido de posparto. Esto se basa en que arqueólogos encontraron la osamenta cubriendo los restos óseos de un recién nacido.
Los restos óseos tenían un ajuar, compuesto por un par de orejeras y una pulsera con cuentas de obsidianas de diversos tonos, en forma de gotas, lo que indicaría de se trataba de una persona importante del barrio de los pochtecas, según el INAH.
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