(México) — Los continuos trabajos de los arqueólogos en Teotihuacan para desentrañar los secretos enterrados de la antigua ciudad están revelando que un grupo selecto y minoritario de la cultura maya habitó en la zona.
El epicentro de este nuevo descubrimiento arqueológico es una área entre la Pirámide del Sol y la Pirámide de la Luna, dentro de la llamada Plaza de las Columnas, y en donde fragmentos de un colorido mural y de cerámica de la civilización maya, así como otros vestigios de carácter ritual como una ofrenda y miles de restos óseos de humanos sacrificados, indican que miembros de la élite maya moraron en el sitio.
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El contacto entre ambas culturas, la teotihuacana y la maya, ya se había documentado previamente muy lejos de Teotihuacan, en la región maya, así como establecido que este ocurrió en el siglo IV de nuestra era. No obstante, muy pocos indicios de lo opuesto, esto es, de la presencia maya, se habían hallado hasta ahora en la misteriosa Ciudad de los dioses.
La zona de Teotihuacan se ubica a 30 millas (50 kilómetros) al noreste de la actual Ciudad de México. La distancia entre ambas regiones es de unas 800 millas (1,300 kilómetros).
La cultura maya se extendió a través de una vasta área que abarca el sudeste de México, toda Guatemala y Belice, así como en zonas occidentales de Honduras y El Salvador.
Esta antigua región mesoamericana comprende las tierras bajas del norte que van desde la Península de Yucatán y las tierras altas de la Sierra Madre, abarcando desde el estado mexicano de Chiapas, a través del sur de Guatemala y hasta El Salvador, y llegando a las tierras bajas del litoral del Pacífico.
Los arqueólogos han teorizado que la Plaza de las Columnas habría servido como residencia de la élite teotihuacana, y con los nuevos descubrimientos, también de un grupo selecto de la cultura maya. También se cree que esta área se utilizó para fines administrativos y ceremoniales hacia el año 350 d.C. Se estima que en esa época tanto los mayas como los habitantes de Teotihuacan dominaban Mesoamérica durante el periodo Clásico.
Es oportuno mencionar que en 2016, cientos de fragmentos de pintura mural estilo maya ya se habían ubicado en Teotihuacan, indicando la presencia de la civilización del sureste mexicano.
Qué encontraron los arqueólogos
El arqueólogo y profesor Saburo Sugiyama, quien ha realizado trabajos en Teotihuacan durante cuatro décadas, dijo que los restos de la pintura mural encontrados en la Plaza de las Columnas y dados a conocer “permiten afirmar la presencia de las elites mayas en Teotihuacan”.
El investigador de la Universidad Estatal de Arizona indicó que la presencia de la cultura maya fue permanente, y que tanto los artistas que pintaron el mural, así como funcionarios mayas de alto rango habitaron esta área.
Sugiyama indicó que los fragmentos del mural encontrados aún faltan por reconstruirse, de ser posible, pero que estos muestran una gran variedad de colores como blanco, rojo, ocre, verde y otros.
El investigador añadió que los fragmentos incluyen glifos mayas, un estilo fluido, dominio de la línea y su naturalismo, lo cual denota que los muralistas mayas eran artistas superiores “que conocían a la perfección la iconografía de las Tierras Bajas del Sur maya”.
Los arqueólogos fortalecieron su teoría de una presencia de élites de la cultura maya en Teotihuacan gracias también a una concentración de materiales carbonizados encontrados muy cerca, que se atribuyen a una ceremonia colectiva. Sobre estos restos se encontraba una tapa de un vaso en la que se aprecian personajes mayas con tocados de cola de lobo, un símbolo de la élite teotihuacana. Esto lleva a deducir la existencia de una alianza entre ambas culturas.
Huellas de la cultura maya
Mucho del mosaico arqueológico de Teotihuacan aún permanece en el misterio pero gracias a los trabajos de investigación actuales, el conocimiento sobre este antiguo complejo piramidal continúa aumentando.
Aunque se desconoce quiénes edificaron esta imponente ciudad, evidencia encontrada desde hace tiempo, así como los nuevos y sorprendentes hallazgos, afirman que Teotihuacan fue un asentamiento de varias culturas, incluyendo la maya, mixteca y zapoteca.
La cultura maya dejó sin duda una profunda huella en la historia de la humanidad por su escritura jeroglífica, la cual se considera el único sistema de escritura completamente desarrollado que se conoce en la América precolombina. Además, el arte, la arquitectura, las matemáticas, el calendario y el sistema astronómico de los pueblos mayas también son distintivos de esta gran civilización.
Con información del Instituto Nacional de Antropología e Historia
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