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El surgimiento de la cultura azteca fue el último gran acontecimiento en la historia del México precolombino. Los aztecas habían dominado la región tanto política como culturalmente durante más de dos siglos antes de la llegada de los españoles.
Los primeros registros de los aztecas —también llamados tenochcas o mexicas— se apegan más a la mitología que a la historia. Se sabe que se trataba de un pueblo nómada que había emigrado de un lugar mítico llamado Aztlán. Este pueblo de migrantes se auto llamaron aztecas, conforme al nombre de Aztlán, su lugar de origen.
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Nadie conoce con precisión dónde se ubicaba Aztlán, pero se supone que pudiera haber estado en el altiplano de Guanajuato, en la cuenca del Altiplano Central conocida como el Valle de México, aunque existen varias versiones.
Durante su migración se deduce que pasaron por Tula, en el estado de Hidalgo, donde la cultura tolteca se aproximaba a su ocaso. Posteriormente después de peregrinar por muchos lugares del Valle de México, finalmente se asentaron cerca del cerro Chapultepec.
En su búsqueda por la tierra que su mitología les indicaba cómo se debían establecer, los aztecas se encontraron con un gobierno tolteca de esa región, el de los señores de Culhuacán, por quienes fueron subyugados por un tiempo.
Tras liberarse del yugo que se les impuso en Culhuacán, los aztecas continuaron su travesía vagando erráticamente hasta que arribaron a un islote en donde dedujeron que se había cumplido la profecía de su deidad, Huitzilopochtli.
La leyenda indica que en este lugar vieron un águila devorando una serpiente, la señal que Huitzilopochtli les describió como el lugar donde debían fundar su ciudad.
En 1325, en este sitio se sentaron las bases políticas, religiosas, económicas y culturales de lo que llegaría a convertirse en la gran Tenochtitlán. Hoy en día, en esta misma área se ubica la Ciudad de México.
Al principio, los líderes aztecas vivieron bajo la subordinación de los señores de Azcapotzalco, sin embargo, sus tres primeros tlatoanis, Acamapichtli (1366-1391), Huitzilihuitl (1396-1417) y Chimalpopoca (1417-1427) se encargaron de desarrollar la ciudad por medio de calpullis (barrios) y estableciendo las primeras bases de una sociedad. Durante el gobierno del cuarto tlatoani Itzcóatl (1427-1440), los aztecas lograron desprenderse del yugo de los señores de Azcapotzalco.
Ya como un pueblo libre, la cultura azteca experimentó un periodo de gran crecimiento constante que llevaría a su máxima expansión y apogeo. Fue durante el gobierno del tlatoani Tenoch (1347-1363) que los aztecas llamarían a su ciudad Tenochtitlan, que en la lengua náhuatl significa “el tunal divino donde está Mexitli”.
El auge y plenitud de los aztecas se registró durante los gobiernos de los tlatoanis Moctezuma Ilhuicamina (1440-1469), Axayácatl (1469-1481), Tizoc (1481-1486) y Ahuizotl (1486-1502).
Los aztecas llegaron a alcanzar su grandeza y apogeo debido en gran parte al desarrollo de una organización militar y la guerra. Culturalmente, la sociedad azteca se convirtió en la culminación de todos los logros de las culturas precolombinas anteriores de México como los olmecas, los mixtecos, los zapotecos, los mayas y los toltecas.
La cultura azteca fusionó elementos de estas culturas y también implementó nuevas formas que los llegaron a distinguir de sus antecesores, estableciéndose como una amalgama de las culturas tradicionales. Mediante la guerra y el tributo, los aztecas llegaron a dominar el área más grande de México estableciendo un control militar y económico efectivo en las otras tribus.
ENLACE EXTERNO → Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología e Historia
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