(Ciudad de México) — Nací el día 16 de junio de 1962 en la Ciudad de México, Distrito Federal. Soy hijo del señor Luis Moreno Carrasco y de la señora Elpidia Salinas Romero, quienes me brindaron una formación tradicionalista y con principios bien cimentados
Durante mi niñez fui un pequeño tímido y retraído, con pocos amigos y una vida social muy restringida, ya que de acuerdo a las reglas impuestas por mis padres, no se me permitía salir a convivir con los niños que vivían por mi casa; mis únicas distracciones eran practicar futbol americano y observar desde el balcón de mi casa cómo todos se reunían en la calle para jugar.
- Parte 1: Banda “Los Panchitos”: Antecedentes socioeconómicos
- Parte 2: ¿Cómo nace la Banda “Los Panchitos”?
- Parte 4: ¿Qué motivó el surgimiento de la Asociación Movimiento el Hacha
Cursé la educación primaria en la Academia Militarizada México en el Distrito Federal en el año de 1969 concluyendo en 1974. Posteriormente ingresé a la secundaria Escuela Técnica Industrial No. 118 (E.T.I.) de 1976 a 1978, para pasar a la Escuela Vocacional #2 Miguel Bernard de 1981 a 1984, equivalente a la preparatoria. Más tarde, a principios de la década de los 90s, cursé estudios en Long Beach, California, Estados Unidos.
En 1981 se llevó a cabo una redada en el Distrito Federal donde me tuvieron detenido por ser líder de “Los Panchitos” por un lapso de tres meses. En 1985 me vuelven a detener por los mismos delitos que en 1981, y tuve que enfrentar un juicio por tres años del cual salí absuelto en 1988.
Una vez que me convertí en un joven, descubrí que, a diferencia de los demás chicos de mi edad, tenía un ideal y un don de liderazgo que hacía que muchos de los alumnos de la secundaria me siguieran y se identificaran conmigo. Fue entonces cuando me eligieron como presidente de la sociedad de alumnos, haciendo una labor impresionante dentro del núcleo escolar que me llevó a relacionarme con otras escuelas y a hacer más extenso el movimiento.
A partir de ahí, me convertí en un personaje reconocido entre los jóvenes, lo que me permitió ingresar a la Vocacional #2, en donde ocupé el cargo de presidente del Grupo Cultural y Social de los Insurgentes.
Sin embargo, las cosas en mi hogar eran muy diferentes, ya que mi padre siempre quiso someterme a su régimen de educación casi militar, lo que ocasionó la rebeldía por parte mía y mientras más poderío adquiría debido a mi manera de atraer a la gente (sobre todo al sector juvenil), cambié de ser un niño tímido a un joven con carácter y determinación.
“El Hacha”, líder y dirigente de “Los Panchitos”
Para ese entonces ya me llamaban “El Hacha”, y aunque mis amigos eran reducidos, otras bandas bajaban hasta la Colonia Daniel Garza, en Tacubaya, para pedirme ayuda y poder vencer a los enemigos. Fue así como poco a poco se fueron congregando más chavos, al grado de haberse juntado hasta 500 muchachos que se enfrentaban a las bandas contrarias como “Los Buk”, provocando el terror en la gente que nos veía como pasábamos con cadenas, piedras y palos, dispuestos a dejar el espíritu en cada batalla.
Fue así como yo, “El Hacha”, me convertí en el líder y dirigente de la emblemática banda de “Los Panchitos”, quien conjuntamente con otros integrantes de la banda movilizaron el Distrito Federal, y marcaron una época que aún es recordada por las personas de ese tiempo.
Algunos nos recuerdan como una banda que los tenía aterrorizados debido a nuestras confrontaciones, en las cuales destruíamos todo a nuestro paso. Otros recuerdan que éramos chavos con espíritu de lucha y altruismo, que nos preocupábamos por proteger a los más vulnerables, y que se unían e incluso para causas nobles. Tal fue el caso del terremoto de 1985, cuando ayudamos al gobierno del Distrito Federal a quitar escombro y a rescatar a las personas que estaban sepultadas entre las ruinas.
Sin embargo, y pese a todo esto, como mencioné anteriormente, en el año de 1981 se hizo una redada en la Ciudad de México en busca mía por ser el líder de “Los Panchitos”. Yo era el blanco perfecto para distraer a la gente de la realidad política del país, centrando las atenciones en la captura de “El Hacha”. Me convertí en la persona más buscada de la ciudad, pues se me atribuían diversos delitos, por los cuales caí preso mientras se abría una investigación que a final de cuentas arrojó mi inocencia.
No todo paró ahí. Una vez que conseguí nuevamente mi libertad, y en base a la popularidad y liderazgo que adquirí, tuve la oportunidad de conseguir logros que hasta la fecha me llenan de satisfacción. En 1984 elaboré y presenté un proyecto que fue aceptado por el departamento de Desarrollo Social de la Delegación Álvaro Obregón y me permitieron obtener un local que anteriormente era un cine abandonado. Ahí implementé un centro social ubicado en la Colonia Molinos de Santo Domingo, el que tenía por nombre Coordinación Juvenil Sex Panchitos, y en donde se realizaban actividades sociales, culturales, recreativas y deportivas.
Tiempo después tuve oportunidad de participar como orador en un foro al aire libre con el ex-Presidente de la República Carlos Salinas de Gortari, quien en ese entonces era candidato a la presidencia, obteniendo su reconocimiento, e incluso su interés para que me uniera a su equipo de abogados consultores de la república.
Asimismo, participé nuevamente en un concurso de oratoria organizado por la Escuela Libre de Derecho, en foros juveniles por parte de Desarrollo Social de la Delegación Álvaro Obregón. En 1989 presenté un proyecto para la adquisición de un gimnasio para complementar el centro social del cual era dirigente, además de implementar conferencias y pláticas ecológicas, círculos de estudio para la alfabetización y regulación en primaria y secundaria.
Coordiné con maestros y directores de escuelas en la Colonia Santo Domingo y autoridades de la Delegación Álvaro Obregón para sumar esfuerzos en una lucha contra la farmacodependencia y drogadicción. De 1990 a 1991 fui invitado por la Delegación Miguel Hidalgo para participar en el programa piloto “Programa Integral de la Mujer al Desarrollo”, coordinando actividades en la misma Delegación (PINMUDE).
También participé en investigaciones psicológicas del Niño de la Calle y Menor Trabajador, coordinada por el psicólogo José Gómez Hernández. De 2003 al 2006 trabajé en la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, adscrito a la Subprocuraduría de Averiguaciones Previas Centrales, realizando trabajos de investigación y obteniendo un reconocimiento por parte del Procurador de Justicia, el Maestro Bernardo Bátiz Vásquez, del Jefe de Gobierno Alejandro Encinas Vásquez, y del Secretario de Seguridad Pública, Joel Ortega Cuevas, por el operativo parques y jardines dispuesto para la captura y aprehensión de Juana Barraza, alias la “Mataviejitas”. De igual forma me fue extendido por el subprocurador un reconocimiento por haber colaborado en la captura de un defraudador.
Como parte de mi preparación dentro de la procuraduría, asistí a Estados Unidos de América al seminario acerca de los laboratorios clandestinos de metanfetamina, la Mara Salvatrucha, y el grafiti subliminal, en donde obtuve un reconocimiento por parte de la DEA, la agencia contra las drogas de Estados Unidos, por mi participación, el cual tiene valor curricular.
Recientemente trabajé dentro de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal desempeñándome como asesor político del diputado Humberto Morgan Colón, Presidente de la Comisión de Participación Ciudadana.
Tuve oportunidad de coordinar varias campañas políticas con resultados considerables, lo que me llevó a conocer diversas personalidades de ese medio con las que colaboro a través de mis proyectos que se inclinan por apoyar a las nuevas generaciones, implementando la erradicación de las drogas, el alcoholismo, pandillerismo y la delincuencia. He conseguido la participación de jóvenes de diferentes estratos sociales mediante la concientización de los mismos, realizando trabajos comunitarios y estableciendo una relación estrecha entre padres, hijos y sociedad.
De esta manera, mi mayor interés es que no se cometan los mismo errores del pasado y se dé el impulso que los jóvenes y adolescentes necesitan para que tengan acceso a mejores posibilidades de desarrollo integral, alejados de las cosas y tentaciones que les pueden perjudicar, estableciendo un núcleo de respeto con la autoridad, fortaleciendo la confianza hacia el Estado, sin pretender solamente imponer reglas, sino enseñando y hablando el mismo idioma que ellos.
Página de Facebook de José Luis Moreno Salinas, ex líder de “Los Panchitos”
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