(Phoenix, Arizona) — La violencia contra la mujer es un problema mundial que afecta a mujeres de todas las edades, razas y niveles socioeconómicos. En Guatemala, la violencia contra las mujeres es particularmente generalizada y, a menudo, queda impune.
En su nuevo libro en inglés, Textures of Terror, The Murder of Claudina Isabel Velásquez and Her Father’s Quest for Justice (Texturas de terror, El feminicidio de Claudina Isabel Velásquez y la lucha de su padre por justicia), la profesora de antropología Victoria Sanford explora este tema al investigar el asesinato sin resolver de Claudina Isabel Velásquez, una estudiante de derecho que fue brutalmente asesinada en Guatemala en 2005.
A través de una absorbente narrativa en primera persona, Sanford conduce a los lectores por una búsqueda prolongada por respuestas al lado del padre de Claudina, Jorge Velásquez, exponiendo la índole de género del poder y la violencia en Guatemala.
Sanford también ayuda a entender el impacto de las políticas estadounidenses en América Latina y su efecto dominó en la migración, al demostrar cómo la violencia contra las mujeres constituye una fuerza impulsora que obliga a muchas mujeres guatemaltecas a abandonar sus hogares y buscar refugio en otras partes.
La evaluación detallada de Sanford del sistema de justicia penal guatemalteco revela cómo este perpetúa la desigualdad, el patriarcado y la impunidad, proporcionando pocos recursos a las víctimas de la violencia.
A través de la historia de Claudina y las de otras mujeres que han sufrido a manos de extraños, parejas íntimas y las fuerzas de seguridad, el libro, que se publicará en español más adelante, ofrece una comprensión más profunda de las complejidades de la búsqueda por justicia en países en posconflicto.
Este libro es una lectura obligada para cualquier persona interesada en los derechos humanos, la violencia contra las mujeres y las luchas que enfrentan quienes buscan justicia en Guatemala.
En la siguiente entrevista con Barriozona Magazine, la profesora Victoria Sanford se refiere a los factores que contribuyen al entorno peligroso para las mujeres en Guatemala y por qué eligió el caso del asesinato de Claudina Isabel Velásquez como punto central de su investigación.
¿Qué esperas que los lectores obtengan de tu libro más reciente, Texturas del terror: el asesinato de Claudina Isabel Velásquez y la búsqueda de justicia de su padre?
Mi intención es que las historias de mujeres en Texturas de terror ayuden a los lectores a comprender la violencia y la corrupción que está impulsando a mujeres y niños a huir de Guatemala. Las mujeres se ven obligadas a huir con sus hijos cuando encuentran violencia a cada paso, cuando no hay justicia y cuando los mismos funcionarios encargados de protegerlas son quienes violan sus derechos.
La violencia contra las mujeres y el feminicidio en Guatemala es un problema grave y generalizado. ¿Cuál fue el factor decisivo para elegir, entre otros, el caso de asesinato de esta joven?
El líder guatemalteco de derechos humanos Amilcar Méndez me pidió reunirme y acompañar al padre de Claudina Isabel, Jorge Velásquez, en su búsqueda por justicia para el asesinato de su hija. Claudina Isabel cursó su primer año de la facultad de derecho con la hija de Amilcar. Anteriormente, yo había acompañado a sobrevivientes mayas de la masacre en su búsqueda por justicia, así que asumí erróneamente que Jorge era maya. Para mi sorpresa, era un auditor, alto, de tez blanca, conservador, evangélico y de clase media alta de la ciudad de Guatemala. Inicialmente no entendía por qué él necesitaba que lo acompañara. Hasta ese momento, nunca había considerado que la justicia fuera tan inaccesible para gente como Jorge como lo era para mis amigos mayas.
En muchos sentidos, la investigación sobre derechos humanos es fortuita. Realmente no elegí este caso; el caso me eligió a mí. Jorge es implacable en su búsqueda de justicia. Lo acompañé mientras básicamente hacía una auditoría del sistema legal y la respuesta de este al asesinato de Claudina Isabel. ¿Qué sucede cuando una mujer es asesinada en Guatemala? ¿Cuáles son los protocolos de la escena del crimen? ¿Las prácticas de autopsia forense? ¿Cómo investiga la policía el asesinato de una joven? ¿Cómo construyen los fiscales un caso? A medida que encontramos grandes grietas en cada fase de la investigación, comenzamos a preguntarnos qué debería suceder. ¿Cuáles son los protocolos internacionales? ¿Por qué no se les da seguimiento y quién se beneficia de la impunidad? Los encuentros de Jorge con la policía y los fiscales ofrecen una evaluación cercana del funcionamiento interno del sistema de justicia penal guatemalteco y su preservación de la desigualdad, el patriarcado, el poder y la impunidad. La historia de Jorge pone una dimensión humana a las consecuencias de la violencia estatal estructural.
El título del libro contiene una palabra temible: terror. ¿Este término describe correctamente el entorno social en el que viven las mujeres guatemaltecas?
Sí, absolutamente. Terror es la palabra correcta para describir lo que significa ser una mujer que enfrenta la impunidad mientras vive en las fronteras inciertas y confusas de la vida y la muerte en Guatemala. Mi libro trata sobre los traumas privados de las mujeres cuando enfrentan el terror, así como sus propios sentimientos de insuficiencia en medio de niveles inimaginables de violencia. Los fiscales y la policía suponen que ciertos tipos de mujeres, como las prostitutas, no merecen protección y carecen de derechos. Y así, cuando se encuentran con un crimen contra una mujer, esa actitud se combina con una mentalidad de “culpar a la víctima”, lo que les permite descartar a la víctima como alguien cuya muerte no merece hacer una investigación. Los más mínimos detalles, como las sandalias y el anillo en el ombligo de Claudina Isabel, los llevaron a concluir que se trataba de una prostituta. E incluso cuando se demuestra que están equivocados, siguen insistiendo en que la libertad sexual debió ser la causa de la muerte de esta prometedora estudiante de derecho al afirmar que la víctima “fue a encontrarse con un novio” o “se escapó para encontrarse con un hombre”. Tratan a las mujeres como responsables de sus propios asesinatos.
¿Qué factores subyacentes crean este ambiente peligroso para las mujeres en Guatemala?
Guatemala sufrió un genocidio perpetrado por sucesivos regímenes militares entre 1978 y 1983. Este genocidio fue parte de una violenta guerra de contrainsurgencia iniciada por un golpe respaldado por Estados Unidos en 1954 y llevada a cabo por el ejército guatemalteco contra la población civil. En total, más de 200 mil personas fueron asesinadas, 50 mil personas fueron desaparecidas, 626 aldeas fueron masacradas y un millón y medio de personas fueron desplazadas. No obstante los acuerdos de paz de 1996, seguidos por una comisión de la verdad en 1999, y los procesamientos desiguales pero continuos de los perpetradores, las estructuras de violencia que facilitaron estos regímenes represivos han cambiado poco. Una Comisión de la ONU contra la Impunidad en Guatemala descubrió que entre 2015 y 2016, sólo el 43 por ciento de los casos de violencia de género fueron aceptados por la fiscalía, lo que significa que el 57 por ciento de los casos ni siquiera llegaron al expediente del investigador. Hay una tasa de impunidad del 98 por ciento para el asesinato de mujeres, lo que significa que sólo el dos por ciento de los casos son juzgados y resueltos.
Una encuesta sobre las actitudes de los hombres sobre la violencia contra la mujer encontró que el 58 por ciento de los hombres guatemaltecos creen que tienen derecho a usar la violencia física contra su cónyuge. Las estructuras represivas colocan a las mujeres y sus cuerpos al frente de las represalias contra sus parientes varones de la misma manera que las estructuras patriarcales colocan a las mujeres bajo la “protección” y la “disciplina” de sus parientes varones. En última instancia, esta violencia contra las mujeres y el asesinato de mujeres hoy es un impulsor de la migración, y está ligada a la inacción e impunidad del Estado.
Para las familias de víctimas de feminicidio, perder a un ser querido suele ser el primer eslabón de una larga cadena de adversidades, en particular para los padres que quieren justicia para sus hijas. ¿Cómo incorporaste este aspecto en Texturas of terror?
La larga cadena de adversidades para las familias que buscan justicia es absolutamente desgarradora. Después de todo, el libro es en parte memorias porque Jorge y yo trabajamos juntos en el caso de su hija durante más de una década. Entonces, el libro trata sobre nuestras experiencias compartidas, así como sobre la búsqueda de él y cómo ambos tratamos de encontrarle sentido a ese laberinto. Acudimos a las oficinas de la policía, la fiscalía y la embajada, así como a las oficinas de las ONG en Guatemala. Organicé charlas para él en Estados Unidos y en el extranjero. Amnistía Internacional declaró el asesinato de Claudina Isabel y la posterior falta de justicia como un caso emblemático del feminicidio en Guatemala. Las adversidades son más que la inacción del gobierno. Lo más impactante para mí fue la desestimación oficial del valor de la vida humana, la denigración de la víctima y su familia, la difamación del carácter de la víctima, el menosprecio de la integridad de la víctima y su familia y la insinuación de motivos ocultos porque un padre tiene la temeridad de querer justicia por el asesinato de su hija. Finalmente, fuimos a la Corte Interamericana con el caso de Claudina Isabel. Sobreviviendo a todo esto y siguiendo buscando justicia, uno se da cuenta de que la justicia solo puede ser amarga porque nada traerá de vuelta a Claudina Isabel.
A medida que miles de ciudadanos guatemaltecos abandonan su país, las mujeres siguen siendo vulnerables al mismo tipo de violencia que enfrentan en su tierra natal mientras intentan llegar y cruzar la frontera entre Estados Unidos y México. ¿Qué nos dice esto sobre la violencia contra las mujeres en un contexto más amplio?
Las mujeres son vulnerables a la violencia de género en todo el mundo. En su declaración de apertura ante la Corte Interamericana, la co-abogada de Jorge, Kerry Kennedy, presidenta del Centro Robert F. Kennedy para los Derechos Humanos, dijo: “La violencia contra la mujer es el mayor desafío que se le presenta hoy a la comunidad internacional… En todo el mundo, las mujeres que son acosadas, golpeadas, maltratadas, mutiladas y violadas pueden esperar que la policía, los jueces y los fiscales humillen a las víctimas, no investiguen los casos y desestimen los cargos. Las mujeres serán golpeadas, forzadas a tener relaciones sexuales o abusadas de otra manera en su vida. Las mujeres constituyen la mitad de la población mundial, realizan casi dos tercios de sus horas de trabajo, reciben una décima parte de los ingresos del mundo y poseen una décima parte de la propiedad del mundo”. La desigualdad es el contexto más amplio de la violencia contra las mujeres en todas partes.
¿Cómo percibes el tema de la violencia contra las mujeres en Guatemala encajando en la conversación global más amplia sobre la violencia de género y los derechos humanos?
El informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico de 1999 confirma que el Estado entrenó a sus soldados y otros agentes armados para violar y aterrorizar a las mujeres. Durante la guerra, los soldados del ejército y otros agentes de seguridad fueron responsables del 94.3 por ciento de toda la violencia sexual contra las mujeres. La violencia actual contra las mujeres en Guatemala nos dice mucho sobre lo que significa crecer en medio de un entorno de de terror y sus secuelas.
Los derechos de la mujer son derechos humanos. En el pasado, la tendencia era considerar la responsabilidad del Estado por las violaciones de los derechos humanos cuando el Estado cometía directamente la violación con intención. La discriminación de género en Guatemala refuerza aún más los principios mismos de la responsabilidad Estatal por el feminicidio en Guatemala, ya sea por la comisión Estatal del delito, la tolerancia del delito o la omisión de la responsabilidad estatal de investigar y sancionar la violencia contra las mujeres. Las tasas de impunidad de la violencia contra las mujeres son indicadores para medir la eficacia de las políticas Estatales. Una tasa de impunidad del 98 por ciento por el asesinato de mujeres protege a los perpetradores, no a las víctimas.
¿Cuáles son las medidas más urgentes para abordar de manera efectiva la violencia contra las mujeres en Guatemala?
La corrupción y la impunidad forman el vórtice de la violencia contra las mujeres en Guatemala. Guatemala necesita con urgencia un sistema de justicia que funcione. Desafortunadamente, la corrupción contemporánea y las amenazas de violencia han llevado a más de 30 gestores de justicia anticorrupción guatemaltecos (incluidos fiscales generales, jueces y fiscales) a buscar el exilio en México, España y Estados Unidos. Ya sean gestores de justicia que buscan perseguir la corrupción o ciudadanos comunes que intentan tomar un autobús para ir a trabajar sin tener que pagar un “impuesto” a la pandilla local, el estado de derecho es esencial para que la sociedad guatemalteca brinde a sus ciudadanos una garantía de seguridad. La corrupción impulsa la migración legal e ilegal porque colapsa el espacio público y la posibilidad cívica. La migración desde Guatemala se redujo en un 35 por ciento durante el primer año de trabajo anticorrupción de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) de la ONU en Guatemala. Durante cinco años, el número de guatemaltecos detenidos en la frontera de Estados Unidos siguió disminuyendo. Los éxitos de la CICIG son un modelo a seguir en la región para luchar contra la corrupción y frenar el éxodo de ciudadanos.
Aunque a los poderosos y los corruptos les desagradaba, en Guatemala la CICIG contaba con un índice de aprobación del 70 por ciento en 2017. Al trabajar con fiscales guatemaltecos, la CICIG desmanteló más de 70 redes criminales, investigó y procesó 100 casos de alto impacto, llevó a juicio a 600 sospechosos, y condenó a 400. Los procesamientos de la CICIG apoyaron a los fiscales guatemaltecos e hicieron posible que los ciudadanos comunes accedieran a la justicia. Mientras los poderosos y corruptos intensificaban los ataques implacables contra la CICIG y la administración Trump guardaba silencio, el entonces presidente Jimmy Morales, quien estaba siendo investigado y tenía un índice de aprobación inferior al 20 por ciento, no renovó el mandato de la CICIG en 2019 y un récord de 264 mil 168 guatemaltecos fueron arrestados en la frontera entre México y Estados Unidos.
¿Están los esfuerzos de organizaciones de base en Guatemala ayudando a cambiar este problema?
Hay muchos esfuerzos de base de grupos locales a grupos regionales que buscan apoyar a las víctimas y ejercen presión para obtener justicia. Desafortunadamente, el régimen actual en Guatemala está criminalizando a los fiscales y jueces que cuestionan la corrupción o simplemente intentan hacer su trabajo con transparencia. Cuando los jueces y fiscales no pueden llevar a cabo con seguridad el trabajo de la justicia en sus cargos oficiales, los líderes de la comunidad local corren el mayor riesgo. Hace poco estuve hablando con un abogado de derechos humanos en Guatemala que me dijo que él ve la criminalización de las abogadas como el último punto nodal de ataque a los derechos en los esfuerzos continuos de la oligarquía y el crimen organizado para mantener el poder a través de la impunidad.
¿Qué quieres lograr con tu libro para cumplir con el propósito de escribirlo?
Que una sola persona pueda marcar la diferencia incluso frente a la desigualdad estructural y la violencia. Que un padre afligido haya convertido su sufrimiento en una campaña internacional por la justicia para las mujeres en Guatemala y honrado la memoria de su hija al no desistir nunca de la lucha por la justicia. Que los ciudadanos puedan hacer que sus gobiernos rindan cuentas.
Victoria Sanford es becaria de la Fundación John Simon Guggenheim y profesora de antropología en la Universidad de la Ciudad de Nueva York. Ha dado testimonio experto sobre el genocidio guatemalteco en tribunales internacionales y es autora de siete libros, incluido Violencia y genocidio en Guatemala. Web: www.victoriasanford.info |
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